El Supremo ratifica la condena de 12,5 años contra el hombre que intentó matar a su pareja, una enfermera que trabajaba en La Rioja

Concentración contra las agresiones machistas

Ester Fernández García

24 de septiembre de 2024 12:54 h

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El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de doce años y medio interpuesta a Santiago Martínez por intentar asesinar a su pareja a golpes con un bastón metálico en febrero de 2021 en la localidad navarra de Azagra. Así lo recoge Noticias de Navarra, donde recuerdan que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra rebajo la condena de 14 a 12,5 años al tener en cuenta el atenuante de confesión y ahora el Supremo avala la rebaja y mantiene el resto, 20 años de alejamiento y un millón de euros de indemnización, en condena firme.

La defensa del acusado, que trabajaba como profesor en el colegio de San Adrián,  recurrió la condena alejando que no existía alevosía, que la atenuante de confesión debía ser muy cualificada y, entre otra, que se le contemplara también las atenuantes de arrebato. Todas ellas se han desestimado y, en concreto, sobre la alevosía, el alto tribunal recoge que “hay ataque por sorpresa, reiteración de golpes y nulas posibilidades defensivas, con lo que la intención del acusado era matar a la víctima”.

Esta sentencia resuelve el caso de violencia de género en el que la víctima, que trabajaba como enfermera en La Rioja, estuvo a punto de morir y sufre unas secuelas cognitivo-conductuales gravísimas. Así, entre otras, ha perdido la autonomía personal para realizar algunas actividades esenciales del desarrollo de la vida ordinaria, así como para la mayoría de las actividades específicas de desarrollo personal.

Los hechos ocurrieron en el domicilio de la pareja, donde el condenado golpeó a la víctima “de forma inesperada y con la intención de acabar” con su vida con un instrumento con forma de bastón metálico de color cobre de 102 centímetros de longitud, 2,2 centímetros de diámetro y un peso de 1,38 kilogramos. Le propinó “varios y reiterados golpes” en la cabeza, cara y brazo. Él mismo se entregó a la Policía Foral de Estella donde manifestó: “He matado a mi mujer”.

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