Tarde de números y reflexiones
Se han lidiado novillos de Adolfo Martín, presentados de forma desigual, al que no le faltaba pitones le faltaba culo, en general de buen comportamiento sin comerse a nadie ante el bochornoso espectáculo al que hemos asistido esta tarde en el Arnedo Arena. Jorge Molina de rosa antiguo y oro, pitos tras dos avisos y bronca. Diego Bastos, de ecru y azabache, silencio tras aviso y silencio. Daniel Medina, de grana y oro, oreja con fuerte petición de la segunda dando dos vueltas al ruedo y silencio.
Tarde de bochorno y no por el calor de estos primeros días del otoño y de reflexiones a la que he asistido hoy. Un despropósito escrito con mayúsculas y en el que no se salva como se suele decir ni el Tato, que las debía preparar tremendas… Desde el primer novillero hasta el señor del palco presidencial, están todos para irse, unos por respeto a la profesión y otros por respeto a sí mismos. Tarde de números, porque ni con calculadora en mano terminas hoy de contar esos despropósitos vividos y que aseguro serán difíciles de olvidar y lo peor es que es para mal. Decía que la tarde era bochornosa en lo climático pero que GRIS se ha vuelto en el coso, gris porque venían los grisis, sí sí, los grises, seis, de Adolfo Martín, y los profesionales salieron por najas. Sólo puedo salvar a uno, Daniel Medina, al que luego le daré su tiempo porque ha sido el único que no ha sucumbido a ese miedo producido en color gris Adolfo.
Realmente no sé para se apuntan a este hierro si van a pasar las de Caín, coño, sed honestos con vosotros mismos y dejar sitio para quien de verdad quieran aprovechar las oportunidades y en este caso buenas que han brindado los grisis Adolfo, que ya tampoco son lo que eran, todos se han dejado, pero el problema es que ahora no les echan dos cojones, bueno, medio huevo de los que han lidiado estos y otros peores hierros en épocas pasadas, ahora se “expresan” delante del toro y ahora el toro te tiene que dejar sentir….Pues hoy lo único que han expresado y sentido es miedo, desde los novilleros que han pasado el trámite hasta los subalternos, que ojo, que espectáculo. Alrededor de 14 veces han pasado dos subalternos para dejar 2 palos 2, dos banderillas de 28 posibles en el segundo novillo y ahí va el señor presidente y cambia el tercio con 2 palos 2. Es una pena, por el respeto que tengo a la tauromaquia y los valores, que algunos tiene, ver una plaza partiéndose la caja, bueno un tercio de ella que ya no se llena, por no decir palabras mayores con semejante espectáculo. De verdad, denle una vuelta y tomen medidas y no palmaditas en la espalda de que el toro no ha servido, una mala tarde la tiene cualquiera, tened vergüenza torera…
No es normal que un novillero abrevie como lo ha hecho hoy Jorge Molina con el cuarto, pánico le cogió, pánico contagiado por la cuadrilla. El lidiador corriendo cada vez que bufaba el animal, hasta en tres ocasiones perdió o tiró el capote, banderilleros de turno como esas ruedas aburridas que hacen los rejoneadores poniendo florecitas pero claro sin poner ni una… ni sé las veces que entró matar y tantas o más descabellando, no me extraña que hasta al apoderado le diera un sofoco. Que igual si el señor asesor artístico da su beneplácito y hace tocar la música como cada tarde, igual se pone a torear y no abrevia tanto.
Y llegó el quinto y por fin, el tercero, fue capaz de colocar 1 banderilla 1 después de muchas pasadas. Sin pena ni gloria tras otro “magnífico” espectáculo.
Y llegó la excepción, Daniel Medina, faena de Zapato a un gran toro GRIS Adolfo con el que se asentó en el albero, sobre todo de mitad de faena hacia delante. Los tres canones del toreo en sus muñecas, ligó, mandó y templó tanto por la derecha como por la izquierda en series mandonas y de mucho temple. Es el único que pudo sobreponerse en la tarde gris Adolfos. Faena que rubricó con los aceros, ya sólo la espada valía una oreja, y el palco se la robó, porque sí, era de dos orejones y sin pensarlo. Ayer otorgó oreja tras dos pinchazos, mismo presidente, diferentes varas de medir. Vuelta al ruedo al novillo excesiva. Medina dio dos vueltas al ruedo muy jaleadas por el público y gran bronca al palco.
En el sexto, un toro que desde el principio adoleció de mucha fuerza, se llegó a tumbar hasta en tres ocasiones, Medina sacó de nuevo lo mejor de sí ante un novillo que había que cuidar. Falló con los aceros y quién sabe si hubiera habido premio…
Por cierto, magnífica la banda con su tema de Francisco Alegre, una maravillosa pieza.
Una tarde para olvidar pero que por desgracia no la olvidaremos jamás. Luego queremos ver las plazas llenas, echar números y reflexionar.
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