Curbelo: “Yo no soy un cacique del PSOE”

Curbelo en su despacho en el Cabildo

Pablo Jerez Sabater

San Sebastián de La Gomera —

El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, concedió este jueves una entrevista al Diario de Avisos firmada por el periodista Carmelo Rivero en la que resume con firmeza estas últimas semanas de tensión política en torno a su figura. El ya exsocialista, ahora fuera de su grupo en la Institución y bajo el paraguas de los no adscritos (aunque seguirá siendo presidente con el apoyo de sus ya excompañeros de filas), afirma con serenidad: “Me voy sin ningún tipo de atadura y ligero de equipaje. Ha sido una historia de amor que acaba con incomprensión y desaire, pero sin portazo”. 

Carmelo Rivero desgrana una entrevista que, más que eso, es una conversación a dos bandas que se produjo el día que Curbelo firmó su pase a los no adscritos y que deja varios titulares. La entrevista, a tres páginas este domingo, supone una declaración de intenciones por parte del presidente en la que sale al paso de muchas cuestiones, incluidas aquellas que tachan sus políticas de clientelares y caciquiles: “Yo no soy un cacique del PSOE. Soy una persona que ejerce la política pensando en las demás personas. Siempre he querido escuchar y mirar a los ojos. Cuando uno hace una política cercana y no mira por encima del hombro, lo tachan de eso”, afirma. 

Dice Curbelo que tiene la percepción de que será presidente de la Institución para lo que resta de mandato, aunque “las cabezas pensantes del PSOE albergan el deseo de que el grupo socialista en el Cabildo me plantee a partir de este momento una moción de censura”. Pero acto seguido también se lo plantea de otra manera: “Traería consecuencias. Yo no quisiera ser un mártir”.

Tras dar cuenta al periodista de su incidente en Madrid y de su supuesto enriquecimiento que está siendo investigado en el llamado Caso Telaraña (“Mi patrimonio es público, está declarado; lo he adquirido con transparencia y se ha ido incrementando de una manera justificada”), Curbelo habla de lo que para él es la corrupción: “Disponer de un cargo público y beneficiarse de él”.

También se muestra contundente en las críticas de quienes ven en sus políticas de empleo y ayudas (becas, entierros, etc.) un nicho de votos o una práctica clientelar: “Nunca he pedido a nadie que me vote a cambio de una ayuda”. Además, niega el culto al Curbelismo (otra de las críticas más frecuentes): “No, lo que existe es un acto de reciprocidad. ¿Por qué creen en Casimiro? Porque sienten que trabajo en su favor, y les muestro afecto, incluso mimo”.

Carmelo Rivero, incisivo, teje con prosa elegante una comparación entre las traiciones históricas del pueblo gomero (recuerda el quiebro del gánigo de Guahédum) y lo que Curbelo entiende como la suya propia: “En el PSOE se ha abierto una caza de brujas”, afirma mientras acusa a algunos compañeros de “ una traición en toda regla por ambiciones personales. Había que eliminar al presidente del Cabildo. Yo era el obstáculo”.

Asegura que la Agrupación Socialista Gomera no es un partido suyo “sino de un grupo de exmilitantes del PSOE que lo fundaron en 2011” y que “no surge del rencor y la revancha”. Eso sí, tiene claro que concurrirá al Cabildo (sería su séptimo mandato) y al Parlamento. Pero algo más: “en noviembre, concurriremos al Senado”. Dice sentirse con fuerzas. Queda Curbelo para rato.

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