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Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

“Parte de mi tristeza se debe a la situación que padece la mujer”

Elsa López en el Observatorio del Teide. Crédito: Elena Mora (IAC).

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Elsa López ha elegido el Día Internacional de la Mujer para presentar el documental Inevitable océano, un trabajo del prestigioso artista Ode Tarek que hace un recorrido por su vida y su obra. “Me gustó, me identifiqué con lo que oí, con lo que vi y con lo que me hizo sentir; creo que lo que quería transmitir Tarek a mí me lo transmitió, me sentí bien con ese personaje que él quería presentar ahí, aunque realmente me veo desde fuera, no puedo hacerlo desde dentro, hay muchos sentimientos encontrados cuando te ves a ti misma en la pantalla diciendo cosas que estoy cansada de pensar y de decir, pero me gusta mucho la manera cómo va contando las cosas, cómo va presentando a esa mujer”, ha manifestado la escritora palmera a este digital.

El documental se presentará este miércoles, a las 19:30 horas, en el Teatro Chico de Santa Cruz de La Palma. “Es muy difícil en 40 minutos tener una idea de lo que es un ser humano, de lo que piensa, de lo que siente, cómo se comporta, pero creo que el documental sí cumple ese objetivo”, asegura Elsa, quien eligió el título de una de sus obras también para el documental. “El libro Inevitable océano fue para mí muy importante porque es de una etapa de mi vida donde se reflejan todos mis deseos, mis esperanzas y mi dolor; es un libro que está escrito después de la desaparición de mi hija, de una niña que yo tuve en el año 1981, y ese libro se edita en 1982”, subraya. “Creo que es uno de los libros que le impactó a Tarek mucho porque es una historia de amor, de desamor, de pérdida, de vida, también de mucha vida”, asegura. El océano, por otro lado, “es uno de los elementos que están siempre delante de mí, y de los que yo hablo constantemente, a los que hago referencia en mi vida y en mi obra”, destaca.

La presencia de La Palma es otra constante en su obra. “La Isla está en Inevitable océano, está Garafía, amigos míos que ya han desaparecido y que fueron parte de esa vida mía”, señala. “Tarek ha sabido encontrar en ese libro quizás la parte más honda mía, de mi vida, de mi trabajo, de mi poesía”. “Una poesía en la que hablo de lo que se pierde con dolor, como perder la Isla, verla desde tan lejos y no tener el mar ni el océano, pero tú sigues en la vida, en la brecha, luchando”. Reconoce que se siente una mujer “desarraigada”. “En mi historia, en mi biografía, hay un constante desarraigo, pierdo mis raíces de África, pierdo un poco durante años a mis padres, a la familia, por alejarme de África, y luego pierdo a la abuela y a mis tíos, que son otra parte de mi vida, y el desarraigo vuelve a aparecer en mí”. “Si algún día yo tuviera que escribir mi vida, hablaría de esos constantes cambios de dejar las casas, la familia, de dejar todo atrás de vez en cuando”, cuenta. “Quizás eso también me ha ayudado a ser fuerte, a ser como soy; es decir, que a pesar de todo eso sigo amando las cosas que he querido siempre, desde África, La Palma, Madrid…sigo amando a los sitios y a las personas que han pasado por mi vida, que han sido muchísimas”.

El mundo interior de Elsa tiene un poso de melancolía. “A pesar de mi sonrisa y de mi alegría, me considero una persona triste, triste en el sentido melancólico, de la nostalgia, de querer alcanzar cosas que no alcanzaré nunca, pero quizás sea más melancólica que triste, no lo sé”, dice.

Y la tristeza de Elsa, tiene, al menos, una causa identificable. “Parte de mi tristeza se debe a la situación que padece la mujer, en ver la lucha de tantos años y tan poco progreso”. “Los pasos son tan pequeños y tan débiles, y parte de la sociedad sigue tan de espalda a nuestra lucha… Es un problema de justicia, de poner en la balanza lo que es y lo que no es, y en esa balanza las mujeres seguimos teniendo pérdidas”, se lamenta. “No hemos alcanzado lo que hemos soñado; cuando miro hacia atrás y leo los textos de mujeres que lucharon porque las mujeres tuvieran el lugar que les corresponde, me doy cuenta de que poco se ha hecho para conseguirlo…Tantas mujeres que han luchado, que han sufrido y que han muerto…” “Es triste lo que está sucediendo a las mujeres, pero no solo en el contexto en el que nos movemos, sino también mirando a África, India, América Latina… Conseguir el voto femenino es muy poco en comparación con lo que está ocurriendo, hay un gran retroceso en muchas sociedades”, concluye con pena.

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