El tradicional cultivo del ñame se encuentra en la Isla “en situación muy crítica”

El ñame necesita agua de forma permanente. Foto cedida por la Agencia de Extensión Agraria de Los Sauces.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

El tradicional cultivo del ñame se encuentra en la Isla “en situación muy crítica” y casi a punto de extinguirse. Diego Emiliano Pérez Hernández, un agricultor de San Andrés y Sauces dedicado a la producción de este tubérculo, ha reconocido a La Palma Ahora que “el cultivo está abandonado, con la mitad de las plantaciones asilvestradas y comidas por las zarzas”. “Hay zonas de las que no se extrae ningún fruto desde hace seis o siete años, pero se reproduce solo”, dice. “Es un cultivo en retroceso porque ya no tiene rentabilidad”, afirma. “Algunos agricultores vivían prácticamente de él pero ya no pueden subsistir, la situación está muy crítica en el sector”, insiste.

Pedro Batista Toledo, técnico de la Agencia de Extensión Agraria de San Andrés y Sauces, perteneciente al Servicio de Agricultura del Cabido, explica que “su introducción en Canarias es confusa, posiblemente debió llegar a las Islas en los primeros años después de la Conquista, traído desde el Mediterráneo por los españoles, o tal vez desde el norte de África, siendo La Palma la que le dedica una mayor superficie, y su principal zona de cultivo radica en el noroeste, en los municipios de San Andrés y Sauces y Barlovento”.

El referido técnico recuerda que “no es un producto básico de la alimentación canaria, pero siempre ha tenido un papel tradicional en nuestra gastronomía. En algunos momentos de crisis alimentaria cumplió la labor de sustituir a los boniatos”. “La forma de consumo varía según la isla: en Gran Canaria se utiliza como verdura fresca, que pelada será ingrediente en los potajes; en cambio, en Tenerife y La Palma, previo al consumo, se realiza un laborioso proceso de guisado para eliminar la acidez (debida a los cristales de oxalato cálcico)”, detalla.

“El ñame es una de las plantas más silvestres de entre todo los cultivos de regadío que hoy se realizan en La Palma, al ser poco exigente en labores y abonos. Necesita agua permanente en el terreno pero no estar encharcado”, expone Batista.

Este tubérculo, comenta Diego Pérez, “cada vez tiene menos salida porque antiguamente se consumía en potajes; ahora la dieta mediterránea se ha abandonado un poco y se va a lo fácil”. “El primer consumidor de toda la vida ha sido Gran Canaria, y cuando cierran allí los colegios, baja el consumo porque se sirve en los comedores escolares en potaje”. 

En la actualidad, la exportación semanal de ñame fresco con destino a Gran Canaria ronda los 2.000 kilos. “Este año no he vendido nada porque lo que te da rentabilidad es el ñame grande y el que quieren es el pequeño, y con este no te sale la hora ni a un 1,5 euros, es complicado subsistir con esos precios”, se queja Diego. Recuerda que “Sodepal (Sociedad para el Desarrollo Económico de La Palma, empresa pública dependiente del Cabildo) hizo un estudio sobre el ñame para potenciar su comercialización y que no pasara lo que está pasando, pero cayó en saco roto”. “Está considerado un cultivo en vías de extinción y se concede una subvención de 600 euros por hectárea, pero en La Palma, que yo sepa, nadie tiene un hectárea, la superficie es muy fraccionada, en pequeñas explotaciones familiares”, indica este agricultor.

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