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Apuntes para una definición de ‘cultura’

Dailos González Díaz

Las comunidades humanas, en sus procesos de interactuación, generan una serie de elementos que les son propios y que denominamos ‘cultura’, la cual abarca numerosos aspectos de la realidad. El arte, la cosmovisión, el lenguaje, el modelo de familia, las relaciones interpersonales e intergrupales, la ideología, el modo de vida, determinadas estrategias de aprovechamiento de los recursos, etc., son elementos que pueden ser integrados dentro del concepto de cultura. Sin llegar a caer en el determinismo geográfico, el propio medio obliga al desarrollo de determinadas estrategias de aprovechamiento, influyendo decisivamente también en la propia cosmovisión de los individuos que viven y se desarrollan en dicho medio, y participan de una sociedad y modo de relacionarse determinados. Las culturas nacen, pues, en un contexto determinado.

También la cultura es el reflejo de determinadas circunstancias sociales, de las cuales nace. La estructura socioeconómica es la causante de gran parte de los fenómenos y procesos culturales, pero ello no quiere decir que el proceso sea mimético. La cultura es algo aprendido por el ser humano que se desarrolla en una comunidad, como ya dijimos mediante el proceso de interactuación, y muchos de esos elementos son adquiridos por transmisión intergeneracional. Por tanto, determinados elementos culturales siguen vigentes aún habiendo cambiado la estructura, o bien elementos propios de un contexto anterior son adaptados al nuevo contexto.

El poder también crea sus propios símbolos y elementos culturales, que tratan de imponerse al conjunto de la población, elementos que reflejan la ideología de la clase dominante y que tratan de justificar determinado orden social. Sin embargo, en determinados momentos, esos mismos elementos pueden ser modificados y utilizados por los grupos subalternos en su lucha contra la clase dominante.

Todo esto debería llevarnos a realizar una crítica a una visión simplista de lo que significa la cultura. La cultura no es un elemento fósil, sino dinámico, va cambiando a lo largo del tiempo y se van generando nuevos elementos culturales. También debemos tener en cuenta que una cultura, a su vez, puede integrar en su seno a numerosas culturas, y que no es lo mismo la cultura de un obrero canario que la de un empresario canario. No debemos olvidar el elemento de clase, hay un abismo insalvable entre la cultura de unos y otros, la cultura de las élites y la cultura desde abajo, no hablamos de lo mismo. Desgraciadamente el nacionalismo canario ha caído con demasiada frecuencia en una simplificación del concepto cultura, fabricando un concepto de ‘cultura canaria’ alejado de la realidad, sustituyendo el folclorismo nacional-flamenquista de panderetas por el folclorismo de chácaras y tambor. Pareciera como si lo que es ‘cultura canaria’ se viera restringido a elementos que en muchas ocasiones son marginales o compartidos tan sólo por grupos minoritarios de la sociedad canaria, y olvidamos que la cultura canaria puede ser mucho más amplia, y estar presente en ámbitos urbanos y contar no sólo con elementos de tiempos pretéritos, sino también actuales, ya sea por evolución de elementos anteriores o por asimilación de elementos exógenos, pero adaptados al contexto real de la sociedad.

Podemos poner el ejemplo del ‘salto del pastor’, elemento cultural propio del antiguo campesinado canario, desarrollado el contexto de una sociedad ganadera, y presente desde época precolonial. Nació en el contexto de una práctica económica concreta y en un territorio determinado, es decir, el desarrollo de la práctica ganadera-pastoril en un territorio con una orografía accidentada como Canarias. Tras la conquista, pese a imposición de un nuevo sistema socioeconómico de dominio que sustituiría al anterior, el pastor canario, ahora sujeto a otro régimen de explotación de su fuerza de trabajo, seguiría empleando muchas de las técnicas ya usadas desde antes de la conquista, técnicas que continuaron presentes hasta hace pocas décadas. Con el desarrollo del capitalismo y el retroceso de la práctica pastoril (que ya no resulta válida para el nuevo sistema), el salto del pastor está a punto de desaparecer, hasta que esta práctica es asumida por algunas personas jóvenes que lo convierten en elemento identitario, rescatando así la práctica del salto del pastor ahora convertido en un entretenimiento (y a la vez reivindicativo), aunque bastante desligado de la práctica pastoril para la que nació.

La riqueza cultural hace rica a la humanidad en su conjunto. La desaparición de elementos culturales puede suponer pérdidas irrecuperables para la humanidad, por ello debemos defender los elementos culturales generados en Canarias y que corren peligro de desaparecer. La homogeneización cultural es un arma para la imposición ideológica, y debemos hacer frente a ella. Frente a otros sistemas que más o menos permitían la continuación de elementos culturales de periodos anteriores, el capitalismo se caracteriza por su enorme violencia en ese sentido, destruyendo todo aquello que no sirva al proceso de acumulación, y este proceso se ha visto acelerado con la aparición de la llamada ‘sociedad de consumo’, con su propia cultura homogénea y al servicio del sistema. Curiosamente, los nuevos elementos culturales del capitalismo se imponen, además, casi totalmente desligados del contexto en donde van a ser asumidos.

Obviamente, no todo elemento cultural es defendible, muchos de ellos tienen el objetivo de servir de instrumento para la opresión, por ello es preciso seleccionar aquellos elementos culturales que creamos válidos para defenderlos, y desechar aquellos que no lo sean. A partir de todo esto debemos crear una cultura para la liberación.

Por ello una política de defensa de la ‘cultura canaria’, aún siendo dicho concepto bastante problemático, ha de pasar, primero, por un rescate y revitalización de aquellos elementos que corren peligro de desaparecer; y segundo, por la consideración de la cultura como algo dinámico, que seguirá generando nuevos elementos a partir de los antiguos, y la asimilación de elementos culturales exógenos adaptados al contexto canario.

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