Descubren nuevos vestigios prehispánicos en la zona de Buracas

La Palma Ahora

Villa de Garafía —

Las consejerías de Cultura-Patrimonio Histórico y Medio Ambiente del Cabildo de La Palma, que dirigen María Victoria Hernández y Nieves Rosa Arroyo, respectivamente, informan de que los últimos trabajos de adecentamiento y mejora en el sendero de Buracas (Las Tricias, Garafía), realizados entre finales de 2014 y principios de 2015, han tenido como consecuencia el descubrimiento de un yacimiento con interesantes vestigios prehispánicos (cazoletas y un gran canalón) en la zona, informa la primera Corporación en un comunicado.

Según explica el inspector y jefe de sección de Patrimonio del Cabildo de La Palma, Jorge Pais, lo encontrado en la zona ha sido un grupo de cazoletas de tamaño mediano y pequeño, bastante profundas, que estaban intercomunicadas por canalillos que, en su mayoría, habían desaparecido. Además, Pais destaca que lo más sorprendente de todo, y hasta el momento único en la etapa prehispánica palmera es el hallazgo de un gran canalón de más de 4 metros de largo, 1 metro de ancho y unos 80 centímetros de profundidad, ubicado a los pies de los canalillos y cazoletas.

“Desde la Consejería de Medio Ambiente, no podíamos ser insensibles con el deteriorado estado que presentaba el transitado y bello sendero de Buracas. Si con su arreglo y mejora hemos conseguido, además, facilitar el descubrimiento de un nuevo yacimiento arqueológico prehispánico, debemos congratularnos todos y agradecer el cariño y dedicación del operario de Medio Ambiente Artemi García para con los senderos y entornos naturales de nuestra Isla y hacer extensible este agradecimiento al jefe de Patrimonio Jorge Pais”, señala la consejera Nieves Rosa Arroyo.

“La Palma ya es un referente por sus importantes yacimientos arqueológicos repartidos por la geografía insular. Al departamento de Patrimonio no se le escapaba que Buracas aún podría albergar nuevos vestigios interesantes para la ciencia, y finalmente nos encontramos con este descubrimiento, que a buen seguro propiciará más estudios de profesionales sobre las costumbres rituales de nuestros antepasados, así como el interés de muchas personas interesadas en conocer más sobre la vida de nuestros ancestros”, señala la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico María Victoria Hernández.

Las Consejerías de Cultura-Patrimonio Histórico y Medio Ambiente llevan años colaborando en diferentes proyectos de adecentamiento y protección del patrimonio arqueológico insular. “Estas actuaciones se han sucedido en el tiempo para facilitar el acceso de los turistas que visitan algunos de los parajes más emblemáticos de la Isla como, en este caso, el área de Buracas, en la que al interés prehispánico se debe añadir el etnográfico, paisajístico y botánico de la zona”, se indica en la nota.

Añaee que “el continuo deambular de los miles de turistas que visitan la zona arqueológica de Buracas, el fuerte desnivel que se debe salvar y el uso de troncos de pino hicieron que el sendero se fuese deteriorando progresivamente”. Por todo ello, operarios de la cuadrilla de Medio Ambiente de Puntagorda procedieron a finales del año 2014 y comienzos del 2015, al adecentamiento de los senderos mediante la realización de obras que facilitasen la accesibilidad, la sustitución de los troncos de pino por otros de castaño, la delimitación con empalizadas de los dos grupos de grabados que se ubican a ambos extremos del caboco, así como la limpieza de la vegetación que cubría los dos puntos de agua existentes en este lugar.

Tras la inspección de las cazoletas que habían aparecido en esa zona en 2010 y, atendiendo a las características del yacimiento y del terreno, Patrimonio Histórico ya contemplaba que podrían existir otros vestigios cubiertos por la tierra y la vegetación. Así, posteriormente, “la nueva toma de contacto entre las áreas del Cabildo para supervisar la adecuación de los senderos y la delimitación de los grupos de petroglifos tuvo como consecuencia el hallazgo de este nuevo yacimiento”.

Las cazoletas y canalillos “son conjuntos que se suelen encontrar sobre rocas de superficie más o menos plana”. Su disposición es de tal forma que “las cazoletas suelen estar comunicadas a través de los canalillos, de manera que cualquier líquido que se vertiera en una de las cazoletas se fuese distribuyendo a las demás”. Según los estudios y “por lo general, los habitantes prehispánicos de las Islas usaban este sistema para recoger el agua de lluvia o de nacientes próximos, aunque también se contempla que se usaran para verter leche, un ritual mágico con el que se demandaba la llegada de la lluvia”.

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