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“A los vecinos del barrio de El Roque nos tienen abandonados”

Manuel Montesino y Dionisio Hernández cerca de sus viviendas. Foto: LUZ RODRÍGUEZ

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

“Pagamos nuestros impuestos como los demás pero aquí no tenemos servicios”, se lamentan Manuel Montesino Cruz y Dionisio Hernández Felipe, dos vecinos del desconocido barrio de El Roque, ubicado en la parte alta de Santa Cruz de La Palma, tras la Vía Exterior, que carece de red de alcantarillado y de un acceso “en condiciones”. “Estamos abandonados por el Ayuntamiento y el Cabildo, no saben ni que existimos”, aseguran. 

Las viviendas de El Roque, en las que habitan unos 80 vecinos, están desperdigadas por las laderas de los barrancos, en un bucólico paraje donde reina la tranquilidad. “Lo principal es el acceso, porque aquí no puede venir ni una ambulancia, ni un taxi, ni el camión de la basura”, asegura Manuel Montesino con tono de indignación. “Y cuando llueve fuerte y corre al barranco, nos quedamos encerrados como cochinos”, recalca. 

Este núcleo poblacional no cuenta con red de alcantarillado y el olor a aguas fecales se percibe en algunas zonas.  “Parece mentira que esto sea un barrio de Santa Cruz de La Palma”, se queja Dionisio, quien está promoviendo la constitución de una asociación de vecinos. “Aquí estamos dejados de la mano de Dios, y  los niños para ir al colegio no les queda otro remedio que caminar por el arcén de la Vía Exterior, que no tiene  ninguna protección para los peatones”, afirma. 

Manuel Montesino recuerda que por la zona discurre un camino real que va al santuario de Las Nieves “por el que pasan todos los días muchos extranjeros y no está en condiciones adecuadas”. 

Manuel y Dionisio, en resumen,  reclaman la canalización de uno de los barrancos para no quedarse aislados en época de lluvias intensas, un acceso en condiciones y una red de alcantarillado. “La basura está un montón de días en los contenedores, porque aquí vienen en una camioneta de vez en cuando a retirarla, y los perros y los gatos rompen las bolsas”, dice Manuel. “En el Ayuntamiento nos dicen que somos pocos vecinos, pero creo yo que aunque seamos pocos tenemos derecho a vivir con dignidad”, concluye.

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