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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Amnistía Internacional desarrolla una campaña contra la tortura

Santa Cruz de La Palma —

El grupo local de Amnistía Internacional llevará a cabo este sábado, 14 de junio, de 10.00 a 13.00 horas, una acción de calle contra la tortura que se desarrollará en la calle Real de Santa Cruz de La Palma. Los activistas de esta organización no gubernamental instalarán una mesa informativa frente al Ayuntamiento y recogerán firmas en el marco de la campaña global 'Stop tortura'. El corresponsal de Televisión Española en La Palma, Joan Marcet, será el encargado de leer el manifiesto de condena a este trato inhumano, según se informa en una nota de prensa.

Amnistía Internacional ha acusado a gobiernos de todo el mundo de traicionar sus compromisos de acabar con la tortura, tres décadas después de la adopción por la ONU en 1984 de la innovadora Convención contra la Tortura. “En todo el mundo hay gobiernos hipócritas ante la tortura: la prohíben en la ley, pero la facilitan en la práctica”, afirmó Salil Shetty', secretario general de Amnistía Internacional, en la presentación de 'Stop Tortura, la última campaña global de la organización para combatir la tortura y otros malos tratos en el mundo moderno. “La tortura no sólo está viva y goza de buena salud: florece en muchas partes del mundo. El aumento del número de gobiernos que tratan de justificar la tortura so pretexto de la seguridad nacional erosiona los constantes avances logrados en este terreno en los últimos treinta años”, aseguró.

Desde 1984, 155 Estados han ratificado la Convención contra la Tortura de la ONU, de los que Amnistía Internacional investiga a 142. En lo que va de 2014, Amnistía Internacional ha observado que “al menos 79 de ellos (más de la mitad de los Estados parte de la Convención que investiga Amnistía Internacional) siguen torturando. Otros 40 Estados miembros de la ONU no han adoptado la Convención, aunque la prohibición legal mundial de la tortura les obliga a hacerlo”.

En los últimos cinco años, Amnistía Internacional ha denunciado “torturas y otras formas de malos tratos en al menos 141 países de todas las regiones del mundo: prácticamente en todos los países sobre los que trabaja. El carácter secreto de esta práctica hace que el número real de países donde es probable que se cometan torturas sea aún mayor”, según se informa en un comunicado. En algunos de estos países “la tortura es habitual y sistemática”. En otros, Amnistía Internacional sólo ha documentado “casos aislados y excepcionales”. La organización considera que “incluso un solo caso de tortura o malos tratos es totalmente inaceptable”.

La campaña Stop Tortura se inicia con la publicación del documento '30 años de promesas incumplidas' que ofrece una perspectiva general del uso de la tortura en el mundo actual. El estudio detalla diversas técnicas de tortura —desde las posturas en tensión y la privación de sueño hasta la electrocución de los genitales— que se emplean contra presuntos delincuentes, detenidos por motivos de seguridad, voces disidentes, rivales políticos y otros.

Como parte de la campaña, Amnistía Internacional encargó una encuesta para evaluar las actitudes hacia la tortura en el mundo. “Resulta alarmante que, según la encuesta, casi la mitad (el 44%) de las personas encuestadas —de 21 países de todos los continentes— temen la posibilidad de ser torturadas si son detenidas en su país”, revelan.

La inmensa mayoría (el 82%) cree que “deberían existir unas leyes claras contra la tortura. Sin embargo, más de un tercio (el 36%) seguía pensando que la tortura podía justificarse en ciertas circunstancias”. “Los resultados de esta nueva encuesta global son sorprendentes, pues casi la mitad de las personas encuestadas tienen miedo y se sienten personalmente vulnerables a la tortura. La inmensa mayoría de la gente cree que deberían existir unas normas claras contra la tortura, aunque más de un tercio sigue pensando que la tortura podría justificarse en ciertas circunstancias. En conjunto, se puede ver un amplio apoyo global de la opinión pública a que se actúe para prevenir la tortura”, expuso Caroline Holme, directora de la empresa encargada del estudio, GlobeScan.

Medidas como la penalización de la tortura en la legislación nacional, la apertura de los centros de detención a observadores independientes, y la grabación en vídeo de los interrogatorios “han llevado a una disminución del uso de la tortura en los países que se toman en serio sus compromisos contraídos en virtud de la Convención contra la Tortura”, señalan.

Amnistía Internacional pide a los gobiernos que “implanten mecanismos de protección para prevenir y castigar la tortura, como exámenes médicos adecuados, el acceso rápido a los abogados, controles independientes de los centros de detención, investigaciones independientes y efectivas de las denuncias de tortura, el enjuiciamiento de los presuntos autores y una reparación adecuada a las víctimas”.

La lucha global de Amnistía Internacional contra la tortura continúa, aunque ahora se centrará “en cinco países donde está generalizada esta práctica y donde la organización cree que puede lograr un impacto significativo. La espina dorsal de la campaña estará formada por informes de fondo con recomendaciones concretas”. La campaña está focalizada en México, Filipinas, Marruecos y Sáhara Occidental, Nigeria y Uzbekistán.

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