“En La Palma necesitamos médicos especialistas para adultos con hiperactividad”

José Carlos Díaz García es presidente de la Asociación Besay. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Es padre de una joven de 21 años diagnosticada desde los 7 con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y asegura que tiene que recurrir a la medicina privada para que reciba tratamiento. José Carlos Díaz García, presidente de la Asociación Besay, que agrupa a medio centenar de afectados por TDAH y familiares, ha señalado a La Palma Ahora que en la Isla “solo hay una especialista, que nos costó mucho conseguir, pero atiende únicamente a menores de 18 años; a partir de esta edad tienes que buscarte la vida”. Insiste en que “necesitamos médicos que traten a los hiperactivos adultos para no tener que salir fuera de La Palma a pagar especialistas privados como hago yo”.

El TDAH es un trastorno de carácter neurobiológico que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y, en algunos casos, también impulsividad. “Con el tiempo los síntomas pueden ir remitiendo; en el caso de mi hija, la hiperactividad ha disminuido casi por completo –antes no podíamos ir con ella al cine o al teatro porque no paraba- pero el déficit de atención continúa”, explica. “Este trastorno se detecta a partir de los 6 o 7 años, cuando ya los niños están en el colegio, y una vez que son diagnosticados, hay que empezar a trabajar con psicólogos y psiquiatras, suministrarles medicación y darles pautas para que puedan seguir hacia delante”, apunta.

No hay estadísticas fiables, pero los últimos datos de que se disponen referidos a La Palma registraban algo más de doscientos niños con TDAH, aunque “hay muchos que no están diagnosticados”, subraya el presidente de la Asociación Besay, que centra su actividad en mejorar la calidad de vida de los afectados por este trastorno.

Las actividades recomendables para niños con TDAH, por los beneficios que les aportan, según José Carlos Díaz, son “todas aquellas que impliquen concentración, como el ajedrez, taekwondo, kárate o baloncesto”.

Díaz no considera que el TDAH sea una enfermedad, aunque los afectados “reciben medicación y tienen una minusvalía”. “Mi hija es una joven normal, no la veo como una persona enferma; entiendo su trastorno más bien como una condición de su naturaleza”, señala. “Un TDAH nace, no se hace, y puede ser diagnosticado desde los 6 o 7 años; nace y muere con ese trastorno”, sostiene.

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