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La Palma pone una pica en Flandes

Se ha propuesto rentabilizar el acervo cultural de su pasado glorioso. La Palma, a la hora de divulgar sus encantos, con el aludido propósito, ha puesto una pica en Flandes. En concreto, estos días promueve en los Países Bajos su rico patrimonio de arte flamenco. La iniciativa llama la atención al ofrecer como reclamo del sector turístico local, en la cuna del reseñado repertorio, un conjunto de relevantes vestigios de la corriente artística mentada. Es como si difundiese en Andalucía unas reliquias del cante jondo conservadas en la Isla desde hace más de 500 años. La Palma, sin duda, situada a unos 4.000 kilómetros de Amberes, tiene mucho arte flamenco que mostrar. Este legado ha sido catalogado como el más importante de Canarias y uno de los más relevantes de España.

El origen del extraordinario conjunto artístico, formado básicamente por pinturas y esculturas, está vinculado directamente con la industria azucarera que se implantó en la Isla, tras el descubrimiento de América, durante los primeros tiempos de la conquista de la antigua Banahoare por la Corona de Castilla. La frenética actividad comercial atrajo en el siglo XVI a potentados mercaderes de la citada zona del norte de Europa, entonces en la órbita del Imperio Español.

Según un portavoz del Cabildo de La Palma, “la Isla cuenta en la actualidad con un repertorio de arte flamenco de incalculable valor”. Los ejemplos “más interesantes y accesibles de este legado”, subraya, “los encontraremos en las estatuas y retablos de las parroquias de Santo Domingo, El Salvador, San Francisco de Asís y Las Nieves (Santa Cruz de la Palma), Nuestra Señora de Montserrat (San Andrés y Sauces), San Miguel (Tazacorte) y Nuestra Señora de las Angustias y Nuestra Señora de los Remedios (Los Llanos de Aridane)”.

Otros expertos, al resaltar las huellas que dejaron en el conjunto histórico-artístico de La Palma “estas interconexiones comerciales y culturales”, destacan la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, en la iglesia del Hospital de los Dolores en Santa Cruz de La Palma.

Esta herencia de La Palma tiene una indudable proyección a nivel internacional. El Patronato de Turismo del Cabildo de La Palma intenta aprovechar tal estímulo como foco de atracción. Al efecto, ha intensificado “la promoción que se hace en Bélgica de la Isla, realizando una campaña puerta a puerta en las ciudades de Bruselas y Brujas, y siempre aportando como aliciente la vinculación cultural e histórica existente entre ambos territorios”, expuso una fuente de la primera Corporación palmera.

La presidenta del Cabildo de La Palma, Guadalupe González Taño, y el consejero insular de Turismo, Julio Cabrera, hace escasas fechas viajaron a Bélgica y mantuvieron un encuentro “con distintos agentes relacionados con el turismo de ese país para valorar acciones de promoción en dicho mercado”.

El Patronato de Turismo de La Palma, añade la repetida fuente, “trabaja desde hace meses estrechamente con el Consulado de Bélgica en Canarias y con la Delegación del Gobierno de Flandes en Madrid, en la creación de una ruta turística asociada a la presencia de comerciantes de aquella ciudad flamenca en La Palma, sobre todo, vinculado al legado que dicha cultura dejó en la Isla”.

La presidenta insular destaca en este sentido “la colaboración prestada por parte de las autoridades flamencas en España, quienes han ofrecido todo el apoyo para promocionar la misma e impulsar la vinculación de Flandes con La Palma, contribuyendo de esa forma en la promoción turística de la Isla en el mercado belga”.

Coincidiendo con la visita y promoción de la Isla desarrollada por el Patronato de Turismo en Bélgica, el viernes de la semana pasada se presentó en la Sala Gótica del Ayuntamiento de Brujas el libro De Brujas a La Palma, escrito por Ana Viña Brito.

La burguesía ilustrada que llegó del centro de Europa

La explotación de la caña de azúcar fue la primera actividad económica a gran escala introducida en La Palma tras su conquista en 1493. De los vastos cañaverales que cubrieron las vegas de San Andrés (en el noreste) y Argual - Tazacorte (en el occidental Valle de Aridane) se obtenían ingentes cantidades de ron, aguardiente y, por supuesto, azúcar. A lo largo del siglo XVI, esta potente industria agroalimentaria se financió en gran medida con los capitales llegados desde las 17 Provincias Unidas, entonces en la órbita del Imperio Español.

La extensión aproximada de estos territorios colectivamente denominados “flamencos” corresponde con los actuales países de Bélgica, Holanda, Luxemburgo, el norte de Francia y una franja de la región alemana de Renania. Numerosas familias adineradas procedentes de esta región centroeuropea (Van Dalle, Van Ghemert, Groenemberg) se asentaron en La Palma. Y desde muy pronto se hicieron acompañar de obras de arte producidas en sus lugares de origen.

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