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“El consumidor palmero es conformista y pasivo a la hora de reclamar”

Pilar Hernández es presidenta de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Es defensora del consumo responsable, de la producción local y de realizar acciones solidarias en beneficio de las familias más necesitadas. Pilar Hernández es la presidenta de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de la Isla y árbitro de consumo, y ha asegurado a La Palma Ahora que el consumidor palmero, a la hora de reclamar, es “conformista y pasivo”. “Debemos aprender a consumir como nuestros antepasados, porque nos estamos dejando llevar por la publicidad, que muchas veces es engañosa”, advierte.

La Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de La Palma cuenta con delegaciones en Los Sauces, Las Manchas y Fuencaliente, y pertenece a la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), la primera organización de consumidores de España, con sede en Madrid, de carácter independiente, sin ánimo de lucro, dedicada a la información, formación, representación y defensa de los consumidores. Dispone de un gabinete de abogados que tramita las reclamaciones.

En La Palma cuenta con unos 800 socios que ya no pagan cuota porque han dejado de recibir subvenciones a consecuencia de los recortes. “Tuvimos que cerrar la oficina de atención al público de ámbito insular que teníamos en Fuencaliente, donde tramitábamos las reclamaciones, y ahora somos socios voluntarios”, explica. “Cuando recibimos una reclamación las remitimos a nuestros abogados en Madrid o al Gobierno de Canarias”, señala.

Pilar Hernández, que pertenece a la directiva estatal de la CEACCU, lamenta que “los laudos de consumo (una especie de juicio por reclamaciones) ya no se celebren en La Palma por los recortes; estoy reclamando que tengan lugar de nuevo en la lsla para evitar que el consumidor se tenga que desplazar a Tenerife y pagarse su billete por una reclamación que a lo mejor es de 30 euros”.

En lo que a consumo se refiere, los palmeros “somos conformistas, pasamos de estas situaciones; la gente cree que cuando compra un producto en oferta no tiene derecho a reclamar, cuando lo que se baja es el precio y no la calidad”. “Soy una defensora de la competencia en calidad y precio de grandes establecimientos, pero también del consumo de productos directos de la tierra, de los nuestro, alimentos artesanos, sin procesar”.

Recomienda al consumidor que “lea los ingredientes de los alimentos, así como la fecha de caducidad o de consumo preferente” y recuerda que los productos refrigerados “no pueden perder la cadena del frío, y muchas veces la pierden”. En las ofertas, subraya, “hay que mirar cuándo caduca el producto, porque puede ser que sea ese mismo día”. En el caso de los lácteos, por ejemplo, “no se deben coger los de la primera línea porque suelen caducar muy pronto; hay que buscar los que están detrás, que tienen un margen más amplio de caducidad”.

Ante la proximidad de las fiestas de Navidad, Pilar hace hincapié en que “tenemos que ser conscientes de la realidad que estamos viviendo; en los supermercados nos ponen bien a la vista turrones, polvorones y demás productos para que los ojos se nos vayan allí, y el consumidor va a comprar una cosa y sale con la cesta llena de otras”. “Cuando se va a comprar productos alimenticios, hay que procurar no ir con hambre para poder hacer la compra con tranquilidad y sin estrés”.

Asimismo, propone que “se espere un poco para hacer las compras, porque después de Reyes vienen las rebajas y es mejor comprar en esta fecha para gastar menos dinero, que lo necesitamos para cosas esenciales”.

Insiste en que “somos conformistas con todo y no valoramos nuestros productos, muchos de ellos artesanos, y compramos otros que llegan a los supermercados manipulados y procesados; tenemos que consumir lo de aquí, lo más cercano a nosotros”, resalta.

El palmero es “conformista y pasivo a la hora de reclamar por que existe temor a la reacción de la empresa, pero en La Palma hay muy buenos establecimientos que quieren trabajar con todas las garantías y agradecen las quejas de los consumidores”, asegura.

Pilar es una mujer solidaria y comprometida con los más necesitados. “De cara a las Navidades y Reyes hay muchas familias que no pueden comprar nada a sus hijos o a sus nietos, y yo hago un llamamiento a la sociedad palmera, pido un poquito de sensibilidad, donar juguetes o recaudar fondos para salvar a las familias desfavorecidas y que en esos días entrañables nadie se quede sin lo esencial”, concluye.

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