Lo que vale una cabra

Esther R. Medina / Esther R. Medina

En la macroeconomía, una humilde cabra no pinta absolutamente nada. Sin embargo, en una familia de un país desfavorecido contar con un solo ejemplar de este animal puede significar la supervivencia de sus miembros. El veterinario palmero Juan Capote, prestigioso investigador, presidente de la International Goast Association (IGA) y hombre de inquebrantable compromiso social, sabe muy bien lo que vale una cabra. Trabaja desde hace años en proyectos en los que el ganado caprino se convierte en un instrumento para combatir el hambre y elevar los niveles nutricionales de las poblaciones más desfavorecidas del planeta. Capote, experto mundial en productividad ganadera y coordinador de Programas del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), se siente orgulloso de formar parte de iniciativas que persiguen mejor la calidad de vida de la gente sin recursos. “Yo amo a los comunidades que trabajan con las cabras, antes que a las cabras; tuve la suerte que desde niño me educaran en la solidaridad, que me enseñaran a ser una persona con consciencia de que pertenezco a un colectivo humano, y me da mucha satisfacción poder apoyar a los parias de la Tierra, aunque todavía queda mucho por hacer”, ha asegurado a LA PALMA AHORA. El interés por estos animales se lo transmitió un profesor en Madrid y, sobre todo, el desaparecido investigador palmero Antonio Manuel Díaz Rodríguez, quien ejerció una influencia decisiva en su formación. “Trabajé con él muchos años, y tuve el honor de acompañarlo en la última vuelta que dio a la Isla y también en su último viaje en el coche fúnebre que lo trasladó hasta el crematorio de Las Manchas; nos unió una gran amistad de la que yo me beneficié, y espero que él se haya divertido con la mía”, ha añadido.

'Investigador de honor'

Juan Capote, doctor en Veterinaria y miembro de la Real Academia Canaria de Medicina, pertenece a la International Goast Association (IGA) desde hace más 15 años y ejerce como presidente de esta organización mundial centrada en el estudio del ganado caprino desde 2012. “Aprendes a manejar a un colectivo de lo más variopinto, porque te conectas hoy con China, mañana con Sudáfrica, pasado con México, y cada uno tiene su cultura; debes tener flexibilidad para hablar con todos, pero aprendes mucho sobre los problemas que tienen estos colectivos, y que hay que resolver”, resalta. Este científico palmero, autor de más de 140 publicaciones, fue designado la semana pasada 'Investigador de honor' por Sociedad La Investigadora de Santa Cruz de La Palma. En el acto de reconocimiento, impartió una conferencia en la que, bajo el título 'La diferencia, una cabra', explicó a los asistentes la importancia que tiene este animal en países desfavorecidos. La desaparición de la cabra, asegura, supondría “la muerte de un montón de gente”. “En el mundo hay unos mil millones de cabras, el 80% situadas en zonas deprimidas de África y Asia; está distribuida por todos los sitios: en el círculo polar ártico, en el desierto, en la selva, cerca del mar, en áreas periurbanas o en campamentos de refugiados, sirviendo de sustento a poblaciones marginales, a los parias de la Tierra”, recuerda. “En países pobres, un niño con un pequeño aporte de leche de cabra puede crecer mucho más saludable que otro que no lo tenga; la diferencia, pues, entre un niño saludable y otro desnutrido, es una cabra”, explica. “En África te puedes encontrar a un señor pastoreando una sola cabra, porque no tienen nada y la guardan como oro en paño. Hay un programa muy bonito de una ONG que se denomina 'Gorilas por cabras' y que consiste en darles cabras a los nativos para que puedan subsistir y no maten a los gorilas”, cuenta.

Este caprino tiene muchas ventajas. “No necesita tecnología para subsistir, aunque para alcanzar altas producciones, sí; es un animal con un tipo de producción renovable, sin necesidad de dependencias exteriores; simplemente se trata de manejar bien el ganado y que se reproduzca”, aclara. Además, añade, tiene capacidad para vivir “en los peores ambientes, y cuando se trata muy bien, con las razas especializadas se logran unas producciones que superan en relación a su peso vivo (metabólico) a las de las vacas”.

Muchos viajes por el mundo

Capote, que también es licenciado en Ciencias Biológicas, está considerado una autoridad mundial en caprinos y es reclamado en numerosos países para impartir conferencias y ofrecer asesoramiento sobre la cría de este ganado. En 2013 se desplazó a Cabo Verde, México, Noruega y Alemania. Este año tiene previsto viajar a Hungría, Rumanía, China y, posiblemente, visitará de nuevo México.

En la economía de La Palma, la cabra también ha sido y es un pilar. “Al principio era un animal de subsistencia, una ganadería marginal, porque también había vacas, cerdos y équidos, pero ha pasado a ser una forma de subsistir y vivir con dignidad y comodidad -con trabajo también- con un aporte de ingresos interesantes cuando se maneja bien”, dice. “Se ha tecnificado mucho y la creación de la Denominación de Origen del Queso Palmero ha sido fundamental para los ganaderos caprinos”, destaca. “Se ha fomentado la raza local, la cabra palmera, que es imprescindible para la Denominación de Origen; este es un sector que se ha mantenido y que, al contrario que otros, no se está envejeciendo porque hay relevo generacional”, sostiene.

La producción quesera, según Capote, que dirige la Unidad de Producción Animal, Pastos y Forrajes del ICIA, está “aguantando bien la crisis, pero al turismo que viene a Canarias se le podía estar vendiendo mucho más, porque yo he estado en hoteles de cinco estrellas en los que el queso que sirven es impresentable, y no se está trabajando este tema, aunque veo buena predisposición por parte de la administración, si bien todavía no se ha hecho nada”. “El queso con Denominación de Origen se está demandando; de hecho, yo he intentando comprar estas Navidades y, a veces, no lo encuentras”, afirma.

Este científico desmonta la mala fama que tienen las cabras como animal depredador. “El impacto de la cabra en el medio natural puede ser negativo, pero bien manejada, no solo no es negativo sino que es positivo. Los trabajos que han hecho los compañeros de la Universidad de La Laguna indican que donde hay un manejo adecuado no solo hay más biomasa sino también más biodiversidad”, defiende.

Juan Capote se ha mostrado especialmente agradecido por el reconocimiento que le ha tributado la Sociedad La Investigadora. “Es muy especial para mí, porque cuando te da un premio una institución, al fin y al cabo representa a la sociedad, y cuando te lo entrega una institución científica, hay personas especializadas con capacidad crítica, pero La Investigadora es una sociedad que conozco bien, está integrada por buena gente, por personas generosas y altruistas a las que aprecio fraternalmente, y cuando ese colectivo humano te concede por unanimidad un reconocimiento y, además, en tu tierra, te produce una especial emoción”, confiesa.

No se puede hablar de Juan Capote sin mencionar su famosa colección de camisetas de cabras, en las que luce a este apreciado mamífero rumiante de múltiples formas y colores. “No sé las que tengo, pero son unas cuantas; algunas las compro, otras me las regalan y otras hasta me las hacen personalizadas; la verdad es que yo me lanzo a todo lo que tenga una cabra”, admite con el humor que le caracteriza. Para este reportaje posó con una que lleva la leyenda 'Juan Cabrote'.

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