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Carmena prepara unos presupuestos que cumplan con la regla de gasto pero sin ceñirse al acuerdo con Montoro

Manuela Carmena y Cristóbal Montoro durante su encuentro en otoño de 2016 por el PEF.

Fátima Caballero

El Ayuntamiento de Madrid está elaborando los presupuestos de 2018. Aunque a priori no cuenta con el apoyo del PSOE, su socio en la investidura y el que hasta ahora ha respaldado las cuentas, los ajustes ordenados por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, han originado el distanciamiento entre ambas formaciones.

Pese a que el voto a favor del PP fue fundamental para sacar ese acuerdo con Montoro adelante, Ahora Madrid descarta buscar en la formación conservadora un aliado para sacar las cuentas. “Ni lo hemos considerado ni lo consideraremos, además de que no queremos ni nosotros ni ellos”, aseguran fuentes del Ayuntamiento. La dificultad ahora está en convencer a un PSOE que no está dispuesto a respaldar unos presupuestos que contemplan recortes por más de 700 millones y tienen como objetivo devolver 1.000 millones de deuda en 2018, de los cuales 675 millones son pago anticipado.

Aunque la principal oposición a unos presupuestos con recortes proviene del interior del Gobierno. Según ha podido saber eldiario.es, varios concejales se niegan a que estas cuentas con ajustes salgan adelante. Al igual que hubo seis concejales que no apoyaron el plan económico pactado con Montoro, tampoco apoyarán los presupuestos. Esta posibilidad ni siquiera se la plantea Jorge Castaño o la propia Carmena, que confían en que si consiguen llegar a un acuerdo con el PSOE todos los concejales apoyarían las cuentas. “No contemplamos la posibilidad de que algún compañero no apruebe los presupuestos si llegan a Pleno, sería muy grave, algo nunca visto”, dice un miembro del gobierno.

El plan económico al que se llegó de acuerdo con Hacienda para que dejara de fiscalizar las cuentas municipales será el marco de unos presupuestos menguados. La partida más afectada es la de inversiones que se reduce hasta los 140 millones después de aplicar los ajustes y de pagar una sentencia judicial por la gestión de Alberto Ruiz-Gallardón que ha llegado este año. Carmena ha fiado la drástica reducción de esta partida a la buena voluntad del Gobierno de Mariano Rajoy, y por tanto de Montoro, que debe aprobar una disposición para que los ayuntamientos puedan gastar su superávit, en el caso de Madrid de más 1.200 millones en este ejercicio.

Algunos dirigentes de Ahora Madrid apuntan a que las cuentas municipales de 2018 se aprobarán en verano cuando el Gobierno de Mariano Rajoy dé luz verde a la disposición en los Presupuestos Generales del Estado para que las corporaciones locales puedan destinar su remanente de tesorería a estas inversiones. “Será el momento en el que se podrá ofrecer algo al PSOE y puede que entonces a los socialistas no les parezca tan mal un acuerdo”, dicen fuentes de Ahora Madrid, “pero a día de hoy lo más seguro es que no haya presupuestos, ni falta que hacen en la situación actual”.

Pero el otro plan del Ejecutivo de Carmena pasa por cumplir con la regla de gasto aunque sea sin ceñirse al plan económico. Es decir, las partidas cambiarían, una posibilidad que permite la ley. Una maniobra con la que el área de Castaño cree que convencerá a los socialistas.

“El presupuesto cumplirá con la regla de gasto aunque no se ceñirá al plan económico”, aseguran fuentes del Gobierno municipal. “Hay partidas que van a sufrir cambios y estamos seguros que el PSOE las verá con buenos ojos”, añaden. A pesar de eso, cabe recordar el poco margen del Ayuntamiento para cambiar el dinero de las partidas, debido a que más de la mitad del presupuesto está destinado al pago de deuda y a los gastos corrientes.

El enfrentamiento con el Ministerio de Hacienda personalizado por Cristóbal Montoro y el exconcejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, a propósito de la regla de gasto puso a prueba el delicado equilibrio sobre el que se sustenta el Gobierno de Ahora Madrid. Y se ha cobrado una víctima antes de sellar una paz que trae consecuencias de magnitudes inciertas. Sánchez Mato dejó de ser el delegado de Economía y Hacienda del Ayuntamiento el pasado 17 de diciembre, cayó del Gobierno municipal por su negativa a defender en el Pleno municipal un plan económico con recortes pactado con Montoro. Sánchez Mato no es un dirigente cualquiera, era el hombre encargado de las cuentas y el máximo exponente junto a la alcaldesa de una gestión económica de Ahora Madrid marcada por la reducción de la deuda en más de un 40%, unas cuentas con superávit de más de 1.000 millones de euros cada año y el aumento del gasto social.

Las discrepancias internas entre la regidora y su concejal más beligerante contra la herencia recibida del PP pesaron más que las que mantenía con el ministro de Hacienda por la interpretación de la regla de gasto que llevó a Hacienda a intervinir las cuentas municipales.La destitución de Sánchez Mato, pese a no ser la primera (ya fueron destituidos Guillermo Zapata por unos polémicos tuits y Celia Mayer de Cultura), abrió una crisis mayor en el Gobierno municipal.

Ese acuerdo con Montoro está lejos de estar resuelto. Varios concejales de Ahora Madrid se niegan a aprobar unas cuentas con el marco del plan económico. Un desacuerdo que ahondaría la crisis y que supone que los presupuestos no podrían salir adelante aunque el PSOE los apoyara.

Carmena dio por primera vez un puñetazo en la mesa para que su equipo de concejales se lo piense dos veces antes de rechazar en el Pleno medidas aprobadas anteriormente en Junta de Gobierno. En el próximo año y medio queda por delante la aprobación de dos presupuestos y la Operación Chamartín -muy contestada por un sector de Ahora Madrid- que la alcaldesa no está dispuesta a aprobar con discrepancias. Llevar a Pleno unos presupuestos sin todos los concejales conformes supondría no solo que no salieran adelante sino que agravaría la crisis abierta en Ahora Madrid.

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