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“Estaba ya acostado, escuché un par de ruidos y de repente el techo del hospital se cayó sobre nosotros”

Imagen el techo de la habitación 102 de la planta de cardiología.

Laura Galaup

“Estaba ya acostado cuando comencé a escuchar, clac y plaf  y se nos cayó el techo. Nos pilló a los dos pacientes que estábamos en la habitación. Mi compañero fue el que más lo sufrió, menos mal que mi familia ya no estaba por aquí”.

Así recuerda José Guerrero el incidente vivido la noche del miércoles al jueves en la habitación 102 de la unidad de cardiología del Hospital de la Paz, cuando se desplomó parte del falso techo de escayola.“La cara de los médicos cuando abrieron la puerta era un poema, estaban blancos”, añade este paciente que el viernes celebró su 72 cumpleaños ingresado.

“A mi no me causó muchos problemas, unos arañazos en el pecho, en el brazo y un pequeño chichón en la frente. Nos asustamos en un primer momento pero la peor parte se la llevó mi compañero de habitación, sobre él se desplomaron la mayor parte de los cascotes. Estaba hecho una fiera”, añade.

“Mi compañero se llevó la peor parte”

Esa misma noche fue trasladado a otra habitación situada en el mismo pasillo, allí continúa ingresado. Por su parte, el paciente con el que compartía cuarto fue dado de alta al día siguiente. El hospital informó que este paciente había resultado herido leve: “Se marchó muy enfadado, si te pones a pensarlo tiene razón. Vienes aquí a curarte y te llevas ese susto”.

Según cuenta la mujer de Guerrero, el lunes previo al incidente su marido llegó al hospital en UVI móvil procedente de su centro de salud, había acudido a la consulta por problemas respiratorios. Una semana después atiende a esta redacción, tras haber sido sometido a una colonoscopia el lunes y a la espera de que le confirmen si le tienen que cambiar la válvula del corazón.

Guerrero se define como un hombre calmado y se ha tomado con humor este incidente, que adelantó la Cadena SER. “Ha sido el cotilleo del pasillo y de mi familia. Ahora soy el consentido de la planta”, añade con sarcasmo. Su familia se enteró de este desplome a la mañana siguiente. “Cuando llegué ya no se podía entrar a la habitación, la cerraron rápido”, apunta su pareja.

Por su nueva habitación, que comparte con otro paciente, han pasado la mayor parte de directivos del hospital para disculparse e incluso el consejero de Sanidad le llamó para pedirle perdón por este suceso. “Le contesté que estas cosas pasaban porque no se invierte en mantenimiento y me dijo que tenía razón que intentarían solucionarlo. Tampoco me podía decir mucho más, añade.

Asimismo, lanza un mensaje a los responsables políticos: “Cuando te haces mayor te das cuenta de la gravedad de los recortes en sanidad y en educación, no son justos. Me he pasado mi vida laboral pagando impuestos y ahora nos quieren quitar todo lo que hemos conseguido”.

El techo que se desplomó fue arreglado al día siguiente, cuando esta redacción entrevistó a Guerrero la habitación 102 se mantenía vacía, continuaba sin estar ocupada por pacientes. La rapidez con la que se solucionó el problema en la planta de cardiología contrasta con la situación de los falsos techos de escayola que también se derrumbaron en abril – según fuentes sanitarias– en el almacén de oftalmología infantil del mismo hospital.

A pesar de que han pasado varios meses, todavía no los han reconstruido, tal y como ha comprobado esta redacción. Se mantienen cables desprendidos, tuberías al aire, goteras y un olor a humedad que impide a los profesionales de este departamento utilizar ese emplazamiento.

“Empezó a humedecerse a humedecerse y después se cayó”, explican estas fuentes, “se encuentra justo debajo de la cocina. Se ponen a fregar el suelo con una manguera y empieza a caer un poco de agua”. El desprendimiento no afectó solo a esta instalación, al lado hay un taller en el que se arregla material médico. Actualmente hay empleados que continúan trabajando allí, a pesar de esa precaria situación.

El pasado 7 de noviembre, el oftalmólogo José Abelairas  remitió un escrito al gerente –al que ha tenido acceso esta redacción– en el que le comunicaba que habían pasado “seis meses desde que se derrumbó el techo del almacén” y la situación no se había solucionado.

“Me dicen que quite las cosas para ver si lo arreglan, pero no hacen nada. Me llevé algunas pero quedan muchas cintas de vídeo de las operaciones que he realizado”, añade este médico. Abelairas fue cesado hace un año como jefe médico tras denunciar las condiciones “precarias” de su servcio.

Por su parte, desde el departamento de comunicación del hospital aseguran que no se puede arreglar ni el almacén ni el taller porque este médico no ha retirado sus pertenencias.

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