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Las siete claves de la peatonalización de la Gran Vía a la espera de la consulta ciudadana

Vista de la zona peatonal de la Gran Vía madrileña.

Fátima Caballero

Que la Gran Vía de Madrid cambiará, para beneficiar a los peatones, es algo que el Ayuntamiento de Manuela Carmena lleva anunciando desde hace meses. Faltaba saber más detalles de cómo se hará y este miércoles la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, y el concejal de Urbanismo Sostenible, José Manuel Calvo, han destapado algunas de las incógnitas, aunque quedan pendientes todavía muchos interrogantes.

¿Cómo se hará? “Plataforma única de una misma cota”. Así ha definido Calvo el aspecto que tendrá la Gran Vía cuando se remodele. Eso significa que no habrá aceras definidas sino que estarán a la misma altura con los carriles para vehículos. Esto cambia el proyecto inicial que había anunciado el propio Calvo, cuando explicó que habría ampliación de aceras. Para los que conozcan Madrid, la arteria que atraviesa el centro de la capital será similar a sus calles vecinas Fuencarral o Montera.

¿Será totalmente peatonal? No. Tanto Calvo como Sabanés han informado de que la Gran Vía pasará a formar parte del Área de Prioridad Residencial (APR). Por tanto, los residentes y el transporte público podrán circular. La cantidad de carriles destinados para que estos vehículos circulen será “flexible”. Teniendo en cuenta las necesidades de cada momento se habilitarán uno o dos carriles por cada sentido. Esto se hará a través de bolardos o señales luminosas para abrir y cerrar carriles al tráfico según temporadas. Incluso se plantea que la apertura de más o menos carriles se haga por horas durante el día.

¿Habrá consulta ciudadana? Sí. Lo que falta definir es qué se preguntará. El área de Participación que dirige el concejal Pablo Soto sólo precisa que buscará que los ciudadanos puedan determinar los detalles del proyecto para que “la Gran Vía sea la Gran Vía que decidan los madrileños”. Por eso, aunque Manuela Carmena apuntó a que podría ser similar a la llevada a cabo para el proyecto de Plaza España, se está estudiando todavía la fórmula.

Pablo Soto ha invitado a los grupos municipales a que participen en la consulta. Desde el Ayuntamiento indican a eldiario.es que en un principio se planteó preguntar por “peatonalización sí” y “peatonalización no”. Esta opción está descartada. El PP aunque en un principio la pidió, ha declinado apoyarla.

¿Cuándo empezarán y finalizarán las obras? El Ayuntamiento prevé que comiencen en agosto o septiembre teniendo en cuenta los trámites que quedan por delante. “Las obras empezaran en seis u ocho meses”, explican desde el área de Urbanismo a este medio. “Son seis meses de licitación y otros dos de aprobación”. Por tanto, esto no cambia respecto a lo planificado.

Este proyecto está previsto en los presupuestos de 2017 aunque todavía no están aprobados. El concejal de Urbanismo ha apostado por que las obras estén finalizadas antes de que acabe este ejercicio, lo que significa que durarán entre uno y cuatro meses. Se desconoce si se hará por tramos para habilitar parte del trayecto mientras haya obras en marcha. Calvo ha calificado las obras de “relativamente sencillas”.

¿Habrá carril específico para las bicicletas? “Seguramente será carril 30 o ciclo carril”, apuntan desde Urbanismo. No habrá un carril específico para que las bicicletas puedan circular por él. Lo que determina el carril 30 es que todos los vehículos -tanto coches, autobuses como bicis- tendrán que circular con una limitación de 30km/h y que las bicicletas tendrán prioridad.

¿Es necesario un autobús lanzadera? Lo que tiene claro el Gobierno municipal es que hay un problema con el transporte público que actualmente circula por la Gran Vía. José Manuel Calvo no ha determinado si la solución del embotellamiento de los autobuses pasa por una lanzadera como anunció Manuela Carmena.

El edil ha explicado que se está estudiando la fórmula para determinar cómo se hará, aunque parece claro que la reducción de las líneas de autobús que circulan por esta arteria será inevitable. “Estamos estudiando fórmulas de modo que el tránsito en transporte público sea más ágil y rápido”, ha explicado Calvo a lo que Sabanés ha añadido que “se trabaja con distintas alternativas desde la EMT, no se excluye ninguna”.

¿Habrá túnel subterráneo como ha pedido Aguirre? No. La negativa del concejal de Urbanismo ha sido clara. Se trata de que esta medida disminuya el tráfico, no que lo fomente. Además, una obra así es compleja y dejaría esta vía empantanada durante años.

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