El rey Felipe VI inaugura en el Tribunal Supremo el Año Judicial
El rey Felipe VI acudió ayer al Tribunal Supremo para participar en el acto de apertura del Año Judicial, en el que la lucha contra la corrupción y la defensa de la independencia judicial fueron los temas protagonistas del discurso inaugural. Un acto que contó por primera vez con la presencia de representantes del mundo universitario, científico y cultural y miembros de organizaciones no gubernamentales.
Además del vicepresidente y los magistrados del Tribunal Supremo y de los presidentes de la Audiencia Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia, también asistieron representantes de todas las asociaciones judiciales –Asociación Profesional de la Magistratura, Asociación Judicial Francisco de Vitoria, Jueces para la Democracia y Foro Judicial Independiente–, así como el presidente de la Corte de Casación francesa y el fiscal general ante ese tribunal y el presidente de la Corte de Casación marroquí y el fiscal general del rey de Marruecos.
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, reivindicó en su la «rabiosa independencia» de los jueces y magistrados españoles. Asimismo, afirmó que, frente a quienes afirman que la justicia está politizada, los miembros de la Carrera Judicial actúan «sin aceptar injerencia alguna», singularmente en materia de lucha contra la corrupción.
«Los jueces asumimos con entusiasmo cada día la responsabilidad de procurar una justicia imparcial, eficiente y de calidad», manifestó Lesmes y que, por ello, «a los jueces nos duele escuchar que esa justicia en la que creemos y por la que trabajamos no es independiente, que está politizada, que son los partidos políticos los que dirigen la acción de los jueces».
Durante el discurso pronunciado en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo, el presidente del Poder Judicial añadió que las afirmaciones sobre la politización de la justicia, «no se ajustan a la verdad y se desmienten una y otra vez por cada uno de esos jueces y juezas que cada día se esfuerzan en sacar adelante procesos de toda clase tramitados en sus Juzgados y Tribunales».
Además, hizo referencia expresa a la multitud de causas de corrupción que se están instruyendo o enjuiciando y que «afectan a muy diversos responsables públicos e instituciones, y en todas ellas los hechos se manifiestan con terquedad en una misma dirección: los jueces están actuando con total y absoluta independencia, sin aceptar injerencia alguna».
El presidente del TS y del CGPJ señaló que, para hacer frente a este fenómeno, no basta la acción de la justicia y que debe ir acompañada de «la definición de unas estrategias de buen gobierno, de prevención y, sobre todo, de regeneración de la gestión pública».
Lesmes también hizo hincapié en el espíritu de servicio de los jueces y juezas españoles y recordó que el promedio de sentencias dictadas en 2015 alcanzó casi las 300, más que días laborables en el año, lo que se tradujo en «un millón y medio de sentencias que han significado mayor seguridad jurídica, respeto a los derechos frente al abuso y menor conflictividad social».
Por lo que respecta a la opinión pública, las encuestas y los estudios de opinión revelan que el sistema judicial suscita respeto y confianza, pero también recelo y desafección, situación que el presidente del TS y del CGPJ achaca en buena medida a «la ausencia de consensos para abordar, desde la responsabilidad institucional, las medidas que demanda nuestra sociedad en materia de Justicia», pero también al hecho de que el juez «no siempre ha sabido transmitir a la ciudadanía la esencia de su función».
Lesmes considera que es el momento de ensayar nuevas metodologías de gestión –como la mediación intrajudicial o la denominada justicia restaurativa–, de reflexionar sobre si las leyes procesales vigentes están concebidas para aplicarse en entornos absolutamente digitalizados y de alentar un giro estratégico a nivel legislativo sobre la forma de concebir la estructura del proceso judicial en el que la tecnología no se limite a facilitar las tareas procesales, sino que las vertebre en su integridad.
0