Una de nuestras vecinas, la periodista y Cronista de la Villa de Madrid desde enero de 2009 Ruth Toledano , reflexiona hoy en eldiario. es sobre su preocupación por las obras de la Plaza de la Villa de París . Con el título "Si mi barrio fuera el Gamonal" , llama a la movilización vecinal para salvar este «reducto de recreo y concordia tanto para animales como para humanos».
En su escrito recuerda cómo los vecinos del burgalés barrio de Gamonal plantaron cara a su Ayuntamiento y se coloracon incluso delante de las escavadoras para evitar lo que muchos consideraban era algo inevitable: paralizar las obras de un Bulevar que ni querían ni necesitaba su barrio:
«[...]Hace meses iniciaron la ampliación de sus dependencias, levantando un edificio que ha roto por completo el estilo del entorno y ha elevado sus alturas por encima de lo permitido. Los responsables urbanísticos dicen que entra dentro de la legalidad y recurren a explicaciones complicadas o a triquiñuelas que lo sitúan en esos límites kafkianos que siempre benefician al aparato del poder. Además, Madrid, y el propio barrio de Justicia, está lleno de edificios oficiales vacíos o infrautilizados que podrían, y deberían, haber sido aprovechados antes de perpetrar tal delito estético (refrendado por la Comisión de Protección del Patrimonio Histórico: esto es un cachondeo) y de acometer semejante gasto en tiempos de austeridad. Pero, claro, hay que dar trabajo a los amigos, que la cosa está muy mal para constructores, arquitectos y contratistas. Si mi barrio fuera el Gamonal, piquetes de vecinos habrían parado esas obras. Pero lo peor estaba por llegar. Debajo de la plaza de la Villa de París hay un aparcamiento público. Los vecinos se enteraron de que dejaría de existir cuando fueron a renovar sus abonos. Ese espacio subterráneo pasará también a formar parte de la Audiencia Nacional y alojará, al parecer, salas de vistas. Es decir, se incrementará el problema de aparcamiento y movilidad del barrio, y se privilegiará a la Audiencia, que se apropia de un espacio de uso vecinal. Para construir esas salas, destrozarán una de las dos partes de la plaza: casualmente, la destinada a los perros (aunque es de prever que la zona de los niños también se vea afectada: esta gente no se caracteriza, precisamente, por cuidar un metro, público, más o menos). Habrá varias intervenciones que impactarán en la fisonomía actual de la plaza, como un acceso acristalado (tipo Vodafone-Sol) donde ahora hay un camino de tierra, o rampas de acceso para autobuses de acusados. Teniendo en cuenta que la Audiencia Nacional se dedica principalmente a delitos de terrorismo, que por fortuna ya casi no le dan trabajo, y a delitos económicos que causen grave perjuicio a la economía nacional, se deduce que los autobuses vendrán llenos de gúrteles , miembros del Gobierno, alcaldes y concejales valencianos, aizoones , infantas de España. Si no, ¿a quién trasladarán esos autobuses? ¿O las rampas son otro pelotazo? Si mi barrio fuera el Gamonal, habría vecinos, día y noche, defendiendo la plaza. La opacidad en la información solicitada por los vecinos ha sido indignante, parcial, ha despreciado ese derecho ciudadano. Y, como es habitual entre los responsables políticos e institucionales, lo pintan todo muy bonito. Muy bonito pero no dan detalles ni garantizan que las obras se ciñan finalmente al proyecto inicial (traducción: harán lo que les vaya viniendo en gana). Muy bonito pero no se han comprometido a tener en cuenta la opinión de los vecinos, que no queremos que cambie la fisonomía actual de la plaza. Muy bonito pero se van a cargar su valor histórico y su paisajística urbana, valores que lo son per se , más allá de consideraciones expertas y de calificaciones de protección que tantas veces hemos visto que son modificadas en aras de otros intereses. Muy bonito pero han empezado las obras a principios de verano, para que a la vuelta de vacaciones no haya marcha atrás. Si mi barrio fuera el Gamonal, los vecinos no nos moveríamos de la plaza ni con frío ni con calor. Los martillos hidráulicos ya han empezado a picar el pavimento por donde irán esas rampas. Justo al borde del tronco de los plátanos. Los responsables ministeriales (Ministerio de Justicia y Ministerio del Interior) y municipales aseguran que los árboles no se verán afectados porque no los van a talar. Nos tratan como a estúpidos: aunque no los talen, las raíces serán seriamente dañadas, por lo que, en poco tiempo, esos plátanos morirán. Son árboles que tienen muchos años, que dan buena sombra, que son bellos y frondosos, árboles que ya son muy escasos en el centro de Madrid. La pérdida de uno solo de ellos sería lamentable, la destrucción de un patrimonio natural que una ciudad como la nuestra no se puede permitir si no quiere volverse ya invivible, irrespirable y fea. ¿Queremos que no decrezca el turismo y destrozamos los mejores rincones de la ciudad? ¿Quién querrá venir a una ciudad así? Pregúntense por qué Roma es Roma o, sin ir más lejos, por qué París es París: porque conservan y protegen lo que tienen de mejor. Si mi barrio fuera el Gamonal, los vecinos impediríamos que trabajaran las máquinas (esas armas asesinas de árboles)», denuncia Toledano. «[...] Si mi barrio fuera el Gamonal, los vecinos nos enfrentaríamos a la autoridad con uñas y dientes. Si mi barrio fuera el Gamonal, los vecinos seríamos valientes y estaríamos dispuestos a que nos amenazaran, arrastraran, detuvieran. Si mi barrio fuera el Gamonal ardería un contenedor y nos echarían encima a los antidisturbios, pero los vecinos no se irían a sus casas. Si mi barrio fuera el Gamonal, a los vecinos nos llamarían violentos; a las protestas las llamarían disturbios; a los más comprometidos, provocadores. Porque si mi barrio fuera el Gamonal defenderíamos su belleza, sus valores urbanísticos, paisajísticos e históricos, que son nuestro patrimonio ciudadano. Diríamos a los políticos y a los técnicos responsables qué tipo de ciudad queremos: la que respeta íntegramente su superficie vegetal, la que pertenece a los ciudadanos y respeta su bienestar. Si mi barrio fuera el Gamonal, defenderíamos a los árboles, salvaríamos su vida; defenderíamos la plaza de la Villa de París, salvaríamos nuestra vida. Por favor, ayudadnos, porque mi barrio no es el Gamonal», concluye, y anima a todo el mundo a unirse al Grupo de Facebook Salvemos Villa de París y a firmar la petición que la plataforma vecinal ha publicado en Change.org .
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