Cifuentes quiere que las terrazas de Malasaña abran a las ocho de la mañana

Más horas de apertura y que las terrazas cubran el turno de desayuno de los más madrugadores. Este es el objetivo que persigue Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, con la aprobación parcial esta semana de la orden para modificar horarios de las terrazas y veladores a las 8.00 de la mañana en lugar de a las 10.00, como ocurre en la actualidad.

Cifuentes anunció que la medida pretende “incrementar la competitividad del sector contribuyendo a la generación de empleo” y espera el dictamen favorable de su Comisión Jurídica -que se producirá previsiblemente la semana que viene- para que la nueva orden sea aprobada definitivamente a mediados de septiembre.

El adelanto horario se ha acordado con las asociaciones de empresarios de hostelería, pero no con las de vecinos, que este miércoles protestaron enérgicamente en contra de una medida que consideran “restará horas de sueño” a los habitantes del centro de Madrid. A través de una nota de prensa, varias asociaciones vecinales entre las que se encuentra Acibu han mostrado su repulsa hacia esta nueva normativa, que aseguran limitarán el descanso de los madrileños “a cuatro o cinco horas diarias”.

Actualmente, las terrazas de Malasaña pueden abrir de 10.00 a 0.30 de domingo a jueves y de 10.00 a 1.30 durante los fines de semana. Es, decir, 15 horas y media como máximo. Con la nueva legislación estaría permitida su apertura hasta 17,5 horas al día. Solo tendrían que cerrar durante poco más de seis horas.

Pendientes del Ayuntamiento

Pendientes del Ayuntamiento

Cada ayuntamiento de la región puede poner límites a la normativa de la Comunidad de Madrid en materia de horarios, si antes lo justifica por razones sociales o medioambientales. En el caso del consistorio de la capital, se encuentra a la espera de estudiar el texto que finalmente se vote en la Asamblea de Madrid para explicar su posición.

Al principio del verano, el tema de las terrazas ocupó buena parte de la comparecencia del concejal de Centro, Jorge García Castaño, en el pleno del Ayuntamiento de la capital. El edil de Ahora Madrid anunció entonces que se estaba trabajando en una nueva ordenanza de terrazas municipal y criticó duramente la vigente, aprobada por Botella: “El Ayuntamiento alquila a los hosteleros con terraza su tesoro más preciado, el espacio público, a un precio mucho más bajo que el del mercado”; una política que, a su juicio, “está cambiando todo el centro de Madrid”.

En ese pleno el PSOE abogó por adelantar el horario de apertura “en zonas turísticas” y, a la vez, adelantar también el cierre de la terraza por la noche: “Proponemos acortar los horarios nocturnos, que sí provocan más molestias a los vecinos”, afirmó el Dávila, concejal socialista de Centro.

La abundancia de terrazas en Malasaña es uno de los problemas que más preocupa a los vecinos de la zona, especialmente las que no están autorizadas. Un estudio de este periódico reveló que la mitad de las mesas que se ponen cada día en las plazas del barrio eran ilegales. La coordinadora de Asociaciones de Vecinos del Centro de Madrid calcula que diariamente se colocan 17.000 sillas en el corazón de la ciudad, sin contar las que no tienen permiso.

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