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Audi A5 Sportback g-tron: etiqueta ECO y un problema de autonomía

Prueba a fondo del Audi A5 Sportback g-tron.

Pedro Urteaga

Desde la primavera pasada, los modelos de Audi que admiten el uso de gas natural comprimido (GNC) presentan novedades de importancia que convierten a este combustible alternativo en aún más preponderante mientras la gasolina queda únicamente como recurso de emergencia. Los A3, A4 Avant y A5 Sportback que lucen el emblema g-tron ven menguar algo la capacidad de los depósitos de gas, pero el gran sacrificado es el tanque de gasolina, que pasa de 25 a solo 7 litros.

Hemos tenido la oportunidad de probar esta tecnología a bordo del A5 Sportback, un atractivo cupé que es con seguridad el modelo más distinguido que emplea GNC, al menos por estos lares, tanto que el taxista con el que coincidimos en una gasinera de Madrid dijo no haber repostado nunca junto a un coche tan lujoso.

Para los que no sepan demasiado de este combustible, diremos que el conductor no aprecia diferencia alguna cuando el vehículo está haciendo uso de él o de la gasolina –tampoco tiene que molestarse en tocar nada, pues el cambio es automático cuando el gas se agota–, y que los 170 caballos de esta versión acuden con la misma suavidad y solvencia. También el interior es idéntico al de cualquier otro A5, salvo por los dos indicadores de nivel de carburante y autonomía, uno para el GNC y otro para la gasolina.

Lo que sí cambia, claro, es el precio de uno y otro, y he aquí la razón de ser de un modelo como este, porque los 0,926 euros por kilogramo que pagamos en la estación de servicio están lejos de los 1,3 euros/litro que cuesta de media hoy la gasolina en España.

Teniendo en cuenta que el g-tron consumió durante el recorrido de la prueba, de unos 300 kilómetros, unos 5,5 kg/100 km, el gasto se situó en 14,5 euros. Con un modelo de gasolina equivalente que consuma 7,5 litros/100 km, la cifra se iría a 29,25 euros, y con uno diésel poco sediento (pongamos 6 litros/100 km) no bajaría de 22, tomando como precio medio del gasoil 1,2 euros por litro.

Otra cosa es la amortización de una versión como esta, que cuesta 46.840 euros. La diferencia con el A5 Sportback que lleva motor de gasolina de 150 caballos (35 TFSI) y el mismo cambio S Tronic de siete velocidades es superior a 5.000 euros. La otra opción más o menos equiparable es el 40 TFSI de 190 caballos, que, a igualdad de transmisión, sale asimismo por 820 euros menos.

Naturalmente, el sobreprecio puede compensar a un usuario que recorra muchos kilómetros al año, porque a partir de los 150.000, aproximadamente, la inversión comenzará a salirle a cuenta. El otro beneficio indiscutible de esta versión, que no por difícil de cuantificar es menos poderoso, es el distintivo ECO que puede exhibir en la luna delantera, debido al menor impacto ambiental, respecto a los combustibles convencionales, que se atribuye al GNC.

Un problema de autonomía

La mayor falla que presenta el g-tron tiene que ver justamente con el uso intensivo que podría justificar un desembolso de esta magnitud. Porque, si el depósito de gasolina se reduce de forma drástica, los de gas también menguan lo suyo, de 19 litros en la variante anterior a 17,3 litros en esta, con el resultado de que los 300 kilómetros de nuestra prueba son en la práctica la distancia máxima que cabe recorrer usando GNC.

Si esta autonomía es a todas luces insuficiente, los siete litros de gasolina de reserva apenas aportan otra cosa que cierto margen para ir localizando una gasinera, algo que tampoco resulta fácil ni siquiera en una gran ciudad como Madrid. Audi considera con razón que los nuevos modelos g-tron son ahora casi “monovalentes”, pues funcionarán prácticamente siempre mediante gas. En cualquier caso, la autonomía conjunta con ambos combustibles no supera por mucho los 400 kilómetros, pues, una vez agotado el GNC, el A5 consume más de 7 litros/100 km de gasolina.

Los depósitos de gas natural en los g-tron pasan de cuatro a tres, dos de ellos construidos en polímero reforzado de vidrio y fibra de carbono y un tercero de acero. Todo sea por la seguridad, ya que son capaces de resistir fuertes impactos sin sufrir una rotura y equipan además nuevos mecanismos de control: si una de sus capas está dañada, cambia de color para que sea rápidamente detectada en una inspección visual.

Aunque la presencia de estos tanques supone perder 90 litros de capacidad de carga (390 litros en vez de 480), lo cierto es que el maletero sigue siendo muy aprovechable y práctico, especialmente gracias a que cuenta con portón, lo que siempre facilita las cosas. Esta versión pesa también 90 kilos más que las dos que pueden comparársele, pero no hemos percibido ningún cambio significativo ni en su comportamiento ni en su respuesta, que no puede calificarse de brillante pero sí de satisfactoria y acorde a la potencia disponible.

En resumen, el A5 Sportback g-tron es el mismo bello cupé de siempre equipado ahora con una tecnología que puede permitirte un ahorro notable (dependerá del uso) y la posibilidad, merced a la etiqueta ECO, de moverte sin otras restricciones que las que impone su limitada autonomía.

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