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Qué es el código 78 del permiso de conducir y por qué eliminarlo favorecería la movilidad sostenible

Coche electrificado.

Víctor Celaya

Como muchos hemos podido sentir en carnes propias, el alza del precio de los combustibles ha alcanzado últimamente cotas históricas, habiéndose incrementado en pocas semanas un 42% el de la gasolina y un 48% el del gasóleo, lo cual demuestra la urgencia de ir hacia un modelo de movilidad menos dependiente de los combustibles fósiles.

Este argumento, compartido por casi todos, es el que ha esgrimido la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) para reclamar que se retire el denominado código 78 del permiso de conducir, del que seguramente no has oído hablar hasta ahora. ¿A qué hace referencia este código -te preguntarás con razón- y qué relación guarda con la movilidad sostenible?

Pues bien, para empezar CNAE se remite a los datos facilitados por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), la conocida organización ecologista, según los cuales los españoles son los ciudadanos del continente que se muestran más proclives a utilizar vehículos menos contaminantes. No obstante, en 2021 únicamente se matricularon en nuestro país 39.675 eléctricos, lo que nos sitúa a la cola de Europa.

La patronal de las autoescuelas atribuye “en gran medida” tan pobre resultado al código 78 del permiso de conducir. En él se determina que aquellos aspirantes que se examinaron con vehículos de transmisión automática (los híbridos y eléctricos, entre ellos) obtuvieron un permiso que les impide conducir un coche con transmisión manual, salvo que vuelvan a examinarse al volante de un automóvil de estas características.

Textualmente, el Reglamento General de Conductores indica en el punto 4 del Anexo VII A: «Si el aspirante realiza la prueba de control de aptitudes y comportamientos con un vehículo de cambio automático, esta circunstancia se indicará en el permiso de conducción y solo habilitará para la conducción de un vehículo de estas características».

A juicio de CNAE, la existencia del código 78 tiene un doble efecto negativo: por un lado, incrementa la demanda de pruebas en el ya sobrecargado sistema de exámenes; por otro, los alumnos prefieren, como es lógico, preparar y examinarse con vehículos dotados de una caja de cambios manual.

Ahora bien, esta situación provoca a su vez que las autoescuelas carezcan de alicientes para adquirir vehículos eléctricos, híbridos e híbridos enchufables, que son todos de cambio automático. Obviamente, así es muy difícil fomentar el uso de vehículos impulsados ​​por combustibles alternativos en general y eléctricos en particular.

Formación sin necesidad de un nuevo examen

Lo explica Enrique Lorca, presidente de la Confederación: «Tenemos que mirar a países como Alemania, Suiza o Francia, los cuales han establecido un régimen de enseñanza y pruebas para los aspirantes a conductores que les ha permitido eludir la restricción que supone el código 78. Quienes obtuvieron el permiso con dicho código pasan después por la autoescuela para recibir una formación que los capacita para ir al volante de un vehículo de cambio manual, sin necesidad de examinarse de nuevo».

«Más aún -continúa Lorca-, en Alemania el apoyo económico, en forma de subvenciones, que el Gobierno ha impulsado con el objetivo de dinamizar el cambio de modelo, ha propiciado la electrificación total o parcial del parque móvil de buen número de autoescuelas».

«Este hecho se ha convertido inmediatamente en un incremento importante del uso de híbridos y eléctricos por parte de los nuevos conductores, ya que, gracias a la formación recibida en las autoescuelas, han podido familiarizarse con el uso de los puntos de recarga y percibir las ventajas de estos vehículos, que son más sostenibles y seguros, pues consumen mucha menos energía y por lo general van más equipados con dispositivos de ayuda a la conducción (ADAS) que los de gasolina y gasóleo», prosigue.

Lorca concluye su razonamiento con el argumento de que «la crisis energética que vivimos demuestra la debilidad del modelo de movilidad vigente y nos recuerda los motivos por los que debemos apostar por una transición hacia otro más sostenible. Para ello son fundamentales tanto la eliminación del código 78 como la subvención directa a las autoescuelas, por parte de la Administración, al objeto de que estas puedan adquirir vehículos eléctricos».

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