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El Mazda2 se pasa a la hibridación ligera como sus hermanos mayores de gama

La incorporación de un sistema de hibridación ligera le otorga al Mazda2 la etiqueta Eco de la DGT.

Motor

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Mazda se halla inmersa en una renovación completa de su catálogo de producto, tanto por ofrecer a su clientela modelos lo más actualizados posible como por la necesidad, común a todos los fabricantes, de rebajar su promedio de emisiones y evitar las correspondientes sanciones de la UE. Después de lanzar el nuevo Mazda3 y de echar el resto con su apuesta más ambiciosa, el CX-30, ahora le llega el turno al benjamín de la familia, el Mazda2, que sobrevive -a diferencia de otros modelos de su tamaño- gracias a la incorporación de un sistema de hibridación ligera que en España le vale la etiqueta Eco de la DGT.

La marca japonesa ha decidido simplificar al máximo la gama de su vehículo del segmento B al eliminar el motor de 75 caballos disponible hasta ahora y centrarse únicamente en el Skyactiv-G de 90 caballos, que se combina con una transmisión manual de seis velocidades y la apuntada tecnología M Hybrid, heredada y adaptada de los Mazda3 y CX-30. El coche puede montar también un cambio automático de seis marchas, pero en este caso no lleva el sistema microhíbrido.

El motor de 90 CV es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos y de alcanzar una punta de 183 km/h. Consume en ciclo combinado 4,1 litros/100 km, con unas emisiones de CO2 de 94 g/km. La versión automática es algo más lenta, pues necesita 12 segundos para llegar a 100 km/h desde parado y presenta una velocidad máxima de 177 km/h. Su consumo medio se sitúa en 5,2 litros/100 km y sus emisiones, en 118 g/km. Mazda calcula que solo el 5% de los clientes optará por esta transmisión, que cuesta 2.450 euros adicionales.

El sistema microhíbrido instalado en el Mazda2 manual incorpora el freno regenerativo i-Eloop de la marca y un generador reversible integrado (B-ISG) accionado por una correa y dotado de un condensador. El B-ISG convierte la energía cinética del vehículo en electricidad que almacena en el condensador. En asociación con el cambio manual de seis marchas, aporta además asistencia a la propulsión y ayuda al motor a volver a arrancar más rápida y silenciosamente tras haberse detenido. Gracias a esta tecnología y a unos neumáticos de nuevo diseño, las emisiones del coche se han reducido de 111 a 94 g/km.

A nivel estético, las modificaciones son las habituales en el ecuador de un ciclo comercial y afectan sobre todo a la parrilla frontal, ahora de mayor presencia, y a unas ópticas más afiladas y con tecnología led que recuerdan claramente a las del Mazda3. El paragolpes trasero gana en volumen, y son de nuevo diseño las llantas de 15 y 16 pulgadas a disposición del eventual comprador.

En el interior se aprecia la misma calidad de materiales y ajustes que ha caracterizado tradicionalmente a este modelo. Se puede escoger entre nuevas tapicerías, incluida una de cuero en el acabado más lujoso, y cambian los asientos y el marco de la pantalla de 7 pulgadas de tipo flotante, por medio de la cual se accede a funciones de conectividad mejoradas, entre ellas la compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto.

Entre los elementos de equipamiento que pueden instalarse, resultan llamativos en un vehículo de este segmento el head-up display, que proyecta en el parabrisas la información que se desee conocer en cada momento, la cámara de visión 360 grados con sensores de aparcamiento delanteros y traseros, los asientos calefactables y el retrovisor interior de oscurecimiento automático.

Ya a la venta, el Mazda2 dispone de cuatro acabados: Origin, Black Tech Edition, Zenith y Signature. El más básico lleva ya de serie llantas de 15 pulgadas, aire acondicionado, arranque por botón, faros led, control de velocidad, frenada de emergencia en ciudad con detector de peatones incluso en la oscuridad, sensores de aparcamiento traseros, sistema de vectorización del par motor y pantalla interior de 7 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, entre otros dispositivos.

Este nivel de equipamiento tecnológico y, especialmente, el sistema híbrido embarcado hacen del Mazda2 un coche apreciablemente más caro que sus competidores. Parte de los 19.000 euros del acabado Origin y alcanza los 22.025 euros del Signature. Sin embargo, la versión más demandada será seguramente la intermedia Black Tech Edition -única por cierto que admitirá el cambio automático-, que por 19.675 euros añade a la dotación de serie la cámara de visión trasera, climatizador, sensores de luces y lluvia y sistema de aviso y prevención de cambio de carril.

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