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Prueba del Toyota Corolla 125H: su encanto es su eficiencia

Toyota recupera la denominación Corolla para su modelo compacto en Europa.

Pedro Urteaga

El Toyota Corolla, uno de los grandes superventas de la historia del automóvil, ha alcanzado -largamente- la cincuentena y su duodécima generación desde que se lanzó en 1966. En esta nueva entrega luce la que tal vez sea su carrocería más atractiva, tanto en su versión de cinco puertas como en la sedán y la familiar, así como la novedad de que su sistema híbrido se ofrece -salvo en la berlina- en dos variantes de potencia, 122 y 184 caballos, merced a que emplea motores térmicos distintos, de 1.800 y 2.000 centímetros cúbicos.

Hemos tenido la oportunidad de conducir durante unos días el pequeño de los Corolla Hybrid en versión de cinco puertas y acabado Feel!, a la venta por 22.600 euros. Se trata de un modelo en que Toyota ha decidido sin ambages primar la eficiencia, dando por sentado que quienes busquen mejores prestaciones se inclinarán por la opción más potente. El cronómetro lo resume todo: uno acelera de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos y el otro solo necesita 7,9 segundos.

Esto no significa que el Corolla de 122 caballos sea un coche torpe. Desde luego no lo es en ciudad, donde se mueve con agilidad gracias al aporte de potencia instantáneo del motor eléctrico, cuya actuación resulta primordial en este tipo de entornos y hace posibles consumos realmente bajos, casi siempre en la franja entre los 4 y 5 litros cada 100 kilómetros.

Como suele suceder en muchos modelos híbridos, la efectividad del sistema palidece en parte cuando circulamos por carretera y autovía, terrenos en los que se hace necesaria una mayor participación del motor de gasolina. Si el coche va muy cargado y el viaje incluye abundantes repechos o pica constantemente hacia arriba, y por supuesto si añadimos a la ecuación un ritmo de conducción alto, nos encontraremos con que ni el gasto de combustible es tan parco ni la experiencia tan grata para los sentidos.

Decimos esto último por una de las diferencias principales entre las versiones de 122 y 184 CV, que no es otra que el tipo de transmisión. El modelo 2.0 incorpora un cambio secuencial de seis velocidades que pueden accionarse mediante unas levas instaladas en el volante, en tanto que el 1.8 lleva el sistema de engranaje planetario habitual en Toyota, cuya manifestación más molesta consiste en que el ruido procedente del motor de combustión supera con mucho al ritmo al que se pretende ganar velocidad.

En este caso se carece, además, de levas con las que regular tanto la respuesta y retención del motor como el ruido asociado. Para bajar puertos de montaña y bajadas pronunciadas en general con garantías de seguridad contamos, eso sí, con la posición B (Brake) de la palanca de cambios, que sirve también para incrementar la recarga de la batería de iones de litio.

En resumen, el Corolla 125H -tal es su denominación comercial- se antoja un vehículo ideal para desplazamientos por ciudad y alrededores, cómodo para cuatro y eventualmente cinco personas y con un maletero ni grande ni pequeño comparado con los de sus competidores del segmento C (361 litros). Fuera del ámbito urbano, resulta confortable en un uso tranquilo, en el que las aceleraciones sean progresivas y los cambios repentinos de velocidad, algo que se evita salvo que no haya otro remedio.

De cualquier forma, sea cual sea el estilo de conducción, es frecuente obtener un consumo medio de gasolina netamente inferior a los 6 litros cada 100 kilómetros en un recorrido mixto que incluya trayectos urbanos, por la periferia de la ciudad, de carretera y de autovía o autopista.

Una vez concluida la prueba del Corolla, hemos sabido por un dispositivo instalado en el coche que, de los 434 recorridos, 85 lo fueron en modo cero emisiones y que, de las 7,52 horas de uso, 2,50 horas transcurrieron igualmente con el motor de combustión apagado. Estos registros, aunque no extraordinarios, hablan bien del funcionamiento del sistema híbrido -de la interacción entre la parte térmica y la eléctrica-, toda vez que la mayor parte de la utilización tuvo lugar en este caso en carretera, por razones que no viene al caso explicar.

Versión Feel!, equilibrio entre precio y equipamiento

Acabamos con una mención a la versión probada, Feel!, que presenta un buen equilibrio entre precio y equipamiento, del que forman parte no solo todos los elementos de confort comunes hoy en día sino también ayudas a la conducción como el avisador de cambio involuntario de carril, sistema de seguridad precolisión con detector de peatones y ciclistas, control de crucero inteligente con reconocimiento de señales de tráfico y accionamiento automático de luces de carretera. Todo ello a un precio que cabe considerar razonable, sobre todo para aquellos compradores urbanitas que tanto valoran los beneficios de la etiqueta Eco que el Corolla exhibe en la luna delantera.

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