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Al volante del Lexus RX 450h L: fuerza híbrida y lujo para siete

Probamos el Lexus RX 450h L.

Paula Ulloa

El RX 450h es el todocamino más grande de Lexus y el equivalente en formato SUV de su gran berlina LS. A pesar de ostentar este trono, hasta fechas recientes no contaba con la posibilidad de incorporar siete plazas en su interior, algo que sí ofrecían varios de sus competidores. La solución de la marca de lujo del Grupo Toyota a esta carencia ha sido desarrollar una carrocería específica, 11 centímetros más larga y con un diseño propio, es decir, crear una versión aparte del modelo, denominada RX 450h L, que hemos tenido ya la oportunidad de probar.

Es la parte trasera la que concentra unos cambios de orden estético que resultan bastante afortunados y aquellos otros que podemos calificar de funcionales. Aparte de los 11 centímetros adicionales que sitúan al coche en los cinco metros exactos de longitud, encontramos novedades como una segunda fila de asientos que se desplaza a lo largo un total de 15 centímetros y que se ha colocado en una posición más elevada para que los pasajeros de la última hilera dispongan de algo más espacio donde acomodar los pies.

Para acceder a la sexta y séptima plazas es necesario abatir el asiento lateral correspondiente de la segunda fila mediante una palanca manual situada en su base. Cerca de esta, en el marco de la puerta, hallaremos los pulsadores que despliegan y pliegan eléctricamente las butacas del fondo del habitáculo, que cuando no se usan quedan perfectamente enrasadas con el piso del maletero. Esta misma operación se puede realizar también por medio de unos mandos dispuestos en el compartimento de carga.

Como es habitual, estos asientos suplementarios pueden ser cómodos en sí mismos, pero el problema reside en llegar hasta allí. El hueco por el que hay que introducir el cuerpo no es grande, el techo del vehículo está cerca y debemos levantar mucho la pierna para hacer pie en el habitáculo, de manera que más vale ser joven y flexible si uno no quiere encallar a mitad de camino. Salir no precisa de tantas dotes de contorsionismo siempre que tomemos la precaución de agarrarnos bien donde podamos.

Por lo demás, como decimos, las plazas son confortables y tan lujosas como las otras cinco, cuentan con su propios altavoces, reposabrazos y climatización, y están protegidas por los airbags laterales como el resto del habitáculo. La luna trasera se halla más tendida que en el RX corto, lo que proporciona mayor altura a los ocupantes de esa tercera fila, además de ofrecer más versatilidad de carga, así que en conjunto la vida a bordo en esta zona del vehículo resulta satisfactoria –en trayectos no muy largos– para pasajeros no demasiado altos y, por supuesto, para los niños, que sienten una extraña fascinación por viajar en ella. El espacio para las piernas de que dispongan dependerá de la generosidad de quienes van delante, esto es, de lo que adelanten o retrasen su propio asiento.

En cuanto al maletero, presenta el dilema clásico de todos los modelos de siete plazas. En desplazamientos cortos no hay problema, por ejemplo, para llevar a nuestro hijo a jugar un partido de fútbol en compañía de sus amigos. Ahora bien, a la hora de emprender un viaje hay que elegir entre transportar a los pasajeros o acarrear su equipaje. La cuestión es que, con las siete plazas desplegadas, la capacidad de carga se queda en solo 211 litros, mientras que, si solo usamos dos filas de asientos, contamos con 652 litros, 113 más que en el RX convencional y más que de sobra para las necesidades de equipaje de cinco.

Pasando al terreno mecánico, no hay novedad en el sistema de propulsión híbrido, el único disponible en este modelo y compuesto por un motor de gasolina de seis cilindros y 3,5 litros y dos propulsores eléctricos que rinden conjuntamente 313 caballos de potencia. De la tracción a las cuatro ruedas no se encarga aquí un eje de transmisión al uso, sino un motor eléctrico independiente que mueve las ruedas traseras cuando las condiciones de adherencia así lo aconsejan.

Esta versión larga del RX 450h estrena un modo de conducción 100% eléctrico (EV) para distancias cortas que se añade a los tres existentes hasta ahora: el estándar, el Eco y el Sport, con el que, a nuestro parecer, el coche ofrece su mejor cara pues se muestra más ágil de respuesta sin que el consumo se vea perjudicado. En nuestro recorrido de pruebas habitual hemos obtenido un promedio de 8,5 litros/100 km, lejos de los 6 litros de un UX 250 h (puedes leer el artículo aquí) pero nada exagerado para una mole de cinco metros y caso 2.300 kilos de peso.

Del interior del Lexus conviene destacar la atmósfera de gran lujo y refinamiento que proporciona. En el caso de la versión de pruebas cabe hablar incluso de gusto exquisito por el atractivo contraste entre el color marrón chocolate del salpicadero y el marrón más claro y brillante de los asientos, la vestidura de las puertas y el contorno de la consola central.

Aunque esta versión extralarge sea reciente, parte de un modelo que no se ha renovado en profundidad desde hace tiempo, y eso queda patente en aspectos de la vida bordo como el manejo del sistema multimedia, que puede llegar a ser farragoso debido a la poca precisión del mando dedicado a tal función, o la pantalla situada entre los dos relojes del cuadro de instrumentos, muy pequeña y de escasa resolución para los estándares de hoy.

El modelo está a venta por 76.800 euros en su acabado básico (Executive), 83.600 en el intermedio (Executive Tecno) y 95.400 euros en el más lujoso (Luxury). A diferencia de otros vehículos de siete plazas, el RX 450h L no puede pedirse solo con cinco asientos por tratarse, como hemos explicado al principio, de una carrocería específica. Eso sí, una actualización reciente permite disponer de seis plazas distribuidas en tres filas (dos en cada una), una configuración que Lexus llama Captain Seats.

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