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El peso, gran olvidado de la sostenibilidad y reto acuciante para el coche eléctrico

Prototipo de las baterías de un coche eléctrico.

Paula Ulloa

El peso creciente de los vehículos es un asunto al que pocas veces se presta la atención que merece, máxime en tiempos en que el medio ambiente y la sostenibilidad han pasado a ocupar un lugar preferente en las preocupaciones de la ciudadanía. Una de las grandes paradojas del sector del automóvil es que, cuanto más urgente se ha vuelto contener las emisiones contaminantes y el consumo de combustibles fósiles, más gusto ha encontrado la gente en comprar, primero, coches cada vez más equipados, y por tanto más pesados, y posteriormente modelos de tipo SUV que no destacan ni por su aerodinámica ni por su ligereza.

La relación entre peso y consumo de combustible es algo que se entiende sin necesidad de demasiadas explicaciones, y lo mismo cabe decir del peso y las emisiones, aunque en esta ecuación intervengan también otros elementos. Para comprender lo que han cambiado las cosas desde comienzos de los años 70 del siglo pasado, cuando se acercaba la primera crisis del petróleo, hasta hoy, bastará recordar que un Renault 5, que comenzó a fabricarse en 1972, pesaba un máximo de 810 kilos y que, hace pocas semanas, se ha anunciado como un hito (y lo es) que el nuevo Corsa no pasará de los 1.000 kilos en la más liviana de sus versiones.

Por seguir con Opel, un todocamino pequeño como el Mokka X ronda los 1.400 kilos con motor de gasolina y un Grandland X diésel y bien equipado se acerca a los 1.600. Si hablamos de modelos híbridos y, sobre todo, híbridos enchufables y 100% eléctricos, y sumamos los otros factores de peso (carrocería SUV y mucho equipamiento) al que ya supone el de las baterías que incorporan, las cifras se disparan, por ejemplo, hasta los 2.565 kilos de un Audi e-tron 55 quattro.

Uso intensivo de aluminio y acero de alta resistencia

En una reciente presentación en su planta de Bielefeld (Alemania), Gestamp, el gigante español de la producción de componentes metálicos para el automóvil, ha querido mostrar en toda su extensión el gran reto que, en lo tocante al peso, representa para el sector la tecnología eléctrica. Para empezar, cambia la estructura misma del vehículo, puesto que las cargas se distribuyen de manera distinta a como lo hacen en un modelo tradicional, y se añade un peso extra muy considerable, el de la batería, que obliga a acometer un aligeramiento general en el que el fabricante burgalés es un experto reconocido.

Entre las soluciones que propone se encuentran el uso intensivo de aluminio y acero de alta resistencia y la última generación de estampación en caliente –una de las mayores especialidades de la compañía fundada por Francisco Riberas–, conocida como Multistep. Los medios convocados pudieron contemplar los primeros desarrollos para vehículo eléctrico de la firma, entre ellos las cajas protectoras de baterías que Gestamp diseña y fabrica de manera integral. Bielefeld acoge una de mayores plantas y un centro destacado de I+D.

Durante el acto se visitaron las líneas de estampación para piezas tanto de chasis como de carrocería y las células de ensamblaje para componentes de alta complejidad para chasis, además del mencionado centro de I+D, donde se desarrollan piezas de chasis para todo el mundo.

Dado que los usuarios no parecemos dispuestos a renunciar a equipamiento ni a carrocerías que en muchas ocasiones no necesitamos, la única manera de reducir de forma significativa el peso de los coches del mañana la hallamos en procedimientos como los que emplea Gestamp.

En el caso de los vehículos de cero emisiones, urge hacerlo porque, cuanto más pesados sean, más electricidad consumirán, más partículas generarán al frenar y por contacto entre el firme y las ruedas, y más comprometida se verá, en general, su eficiencia. Tengamos en cuenta que con las baterías de hoy pasa lo que con los motorazos de antaño: quien antes buscaba destacarse comprando un V6 o un V8, ahora quiere una batería gigantesca que le garantice la mayor autonomía posible, y eso no hace sino disparar el peso del coche, por no hablar del extra de energía y de materiales necesario para fabricar un sistema de almacenamiento semejante.

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