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Pablo Berger: “España debe copiar de Francia su modelo de industria cinematográfica”

Pablo Berger alumbra La Base, su escuela mediterránea de cine

Rafa López

Cartagena —

“Teníamos claro que queríamos seguir en la zona del Mediterráneo. Al final la Universidad Politécnica de Cartagena nos ofrecía lo que necesitábamos para abrir la escuela”, comenta el cineasta Pablo Berger en la agradable charla que mantenemos con él. A la orilla del mediterráneo, en Cartagena, la Región de Murcia alberga su primer proyecto de escuela cinematográfica. Tras el cierre de la Ciudad de la Luz en Alicante, asfixiada por las deudas, los contratos oscuros y la grandilocuencia barata de los años de máxima filigrana en España, cuatro de sus docentes han decidido coordinar este nuevo giro a la enseñanza cinematográfica.

Berger estudió cine en la Universidad de Nueva York. Tras realizar el doctorado, un excompañero le invitó para dar clases de dirección en su nuevo proyecto, la New York Film Academy -de sus programas se han graduado, entre otros, los hijos de Steven Spielberg, y Susan Sarandon o Tim Robins, entre otros- una de las universidades más prestigiosas de todo el mundo en el ámbito cinematográfico y televisivo. El lema con el que abrió la academia era el de “aprender haciendo”.

Dicho lema será la piedra angular de la filosofía de la Escuela del Mediterráneo. Para ello, contará con una serie de cursos especializados como guión, documental social y de naturaleza o dirección de fotografía, pero por encima de todos se situará el de filmmaking. Antonio Conesa, coordinador de producción de la escuela, asegura que el objetivo principal del curso es “aprender cine haciendo cine”, y que los alumnos “van a escribir, desarrollar, rodar, dirigir, montar y estrenar un cortometraje. Van a intervenir en todas las especialidades”.

Los alumnos, por tanto, formarán grupos de cinco personas en los que cada uno de ellos dirigirá y escribirá su cortometraje, mientras el resto se encargarán del resto de tareas, incluyendo la interpretación. Berger, que será el director académico del curso de filmmaking, anuncia que está abierto a un gran abanico de posibles alumnos. “El perfil del alumno es aquel que desee pasar de espectador pasivo a realizador de cine. El curso consistirá en la iniciación y perfeccionamiento de las técnicas cinematográficas. Los alumnos podrán al finalizarlo especializarse en el área que más les atraiga”, asegura el bilbaíno.

“Hoy en día, en el mundo del cine tanto el director como los guionistas, directores de arte y fotografía… son filmmakers. El objetivo es relacionar todas las fases de producción de una película o cortometraje y que estos alumnos aprendan sobre todas y cada una de ellas”, menciona Berger. “La palabra cineasta, que sería su equivalente en castellano, puede parecer un tanto pretenciosa, pero estamos hablando de una de las figuras más tradicionales del cine”, añade.

Una de las características más importantes de la escuela será su modelo de producción. El material que facilitará la UPCT estará compuesto de cámaras digitales 4k, por lo que el objetivo principal de los cursos será el de trabajar en cine digital. El ganador del Goya por Blancanieves (2013) asegura que ahora es el momento ideal para hacer cine: “Cuando yo empecé, producir una película era una utopía, conseguir un 35mm ya ni te cuento. La información disponible era un misterio, tampoco había mucha bibliografía. Ahora todo ha cambiado, es mucho más sencillo conseguir material, se han publicado cantidad de artículos y libros sobre cine y de cómo hacer cine. Prácticamente cualquier cámara puede grabar en una calidad nítida de alta definición, hay programas de sobra para montar con un simple ordenador portátil. La única limitación que hay hoy en día para un cineasta es la voluntad de querer o no lanzarse a realizar una película”.

Hacia una nueva industria en el cine español

El coordinador de producción de la escuela será Antonio Conesa, profesional desde hace más de veinte años y que ha trabajado para producciones como Alma gitana, en la que fue productor y guionista o la serie televisiva Periodistas, para la que dirigió algunos episodios, además de ser nominado al premio Goya de mejor cortometraje en dos ocasiones. Conesa advierte de que se inspiran en otras escuelas españolas, pero que quieren dar un aire fresco a la enseñanza cinematográfica: “queremos diferenciarnos de otras escuelas que hay en España, muy buenas y con muchos años a las espaldas, pero para mantenernos un poco alejados de ellos y ser competitivos, trataremos de hacer que el propio alumno decida su formación, que no se vea obligado a seguir un plan estricto. ”Entendemos que un cineasta puede dedicarse desde a hacer videoclips y vídeos corporativos hasta webseries, por lo que queremos ser más flexibles que otras escuelas que enseñan a lo mejor única y exclusivamente para el cine“, alude en torno a las salidas profesionales del cineasta o filmmaker.

Además, la propia escuela se volcará al cien por cien con los alumnos, e incluso recurrirá a las agendas personales de los docentes para lograr ubicarlos en el sector profesional, ya sea en rodajes concretos o incluso alguna productora. “No les podremos garantizar trabajo seguro, pero sí podemos ayudarles a que den el salto al mundo profesional”, asegura Conesa.

En la selección del lugar en el que se crearía la escuela fue decisivo el material del que se dispondría. El cineasta madrileño confirma que la UPCT cuenta con instalaciones idóneas para la organización de una escuela como la suya, con material “como las cámaras 4k de las que dispondremos, o las instalaciones con platós y espacio suficiente para realizar los cursos, además de una visión de futuro y mejora que hay para añadir nuevos cursos e incluso oficializarlos”.

En cuanto al fracaso de la Ciudad de la Luz, Berger y Conesa se muestran optimistas de cara al futuro. Ambos aseguran que había muchas ilusiones en la industria española con la Ciudad de la Luz, y que su cierre fue “un paso atrás”. Además, Berger espera que en el futuro del cine español, las instalaciones alicantinas tengan un papel relevante.

Para ello, el bilbaíno, incide en la necesidad que España tiene de forjar una industria potente y sana, con miras a otros países como son Francia o Dinamarca. “Desde que empecé en el cine llevo oyendo que tenemos que emular al cine francés y su modelo de industria. Hasta que no exista un proyecto serio, respaldado por un gobierno o un partido político, no creo que ocurra el cambio. No creo que debiéramos aprender de modelo francés, tenemos que copiarlo, plagiarlo. Es una industria sana al cien por cien”,

Forjando una comunidad

Pablo Berger se muestra bastante seguro sobre la docencia en el mundo del cine: “personalmente estoy muy convencido y tengo mucha fe en la educación cinematográfica. Creo que ayuda directamente a perfeccionar este arte, y además, aunque parezca tópico, es una forma más para mí de aprender. Cuando más cine he aprendido es ahora que me dedico a la enseñanza. Es un gimnasio cinematográfico tener varios alumnos con guiones y propuestas diferentes y muchas formas de hacer cine”.

“La educación, como digo, es fundamental. Nosotros cuatro -Paco, Antonio, Pablo Mas y yo- venimos de escuelas superiores de cine”. Además, asegura que todo esto ayuda a forjar una comunidad. Por ello, además de enseñar, La Base pretende ser un lugar de encuentro, un sitio en el que los alumnos y futuros cineastas mantengan el contacto y se ayuden en futuros proyectos.

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