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Sobre este blog

'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.

La actualidad de Mrs. América

"Mrs America", el feminismo contado por su mayor enemiga

Elsa Bruja

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Como para muchas personas durante este confinamiento, la oferta de las plataformas en línea se ha vuelto una actividad cotidiana (a la par que una especie de bálsamo para sobrellevar el encierro). Mientras navegaba un día, una vez que se agotaron las opciones favoritas (o recomendadas) de pronto di con Mrs. América. Esta serie estadounidense (creada por Dahvi Waller) que actualmente emite HBO, y que está protagonizada por Cate Blanchett, revisa la coyuntura política en la década de los setenta en Estados Unidos, para ratificar la Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA son sus siglas en inglés).

Cada capítulo de la serie (que aún tiene episodios pendientes por estrenar) se enfoca en una de las protagonistas de aquel momento histórico. Para poner en contexto, la famosa ratificación de la enmienda, consiste en incluir en la Constitución de los Estados Unidos una disposición expresa contra la discriminación por sexo. No me detendré a hacer ningún spoiler de la realidad y el avance jurídico de dicha enmienda.

En esta producción podemos contemplar toda la riqueza de los detalles de la esfera política pública tras bastidores en el tema de la enmienda. Por un lado los grupos feministas (sí, se observa la pluralidad de los feminismos) cuyo arduo trabajo en cada estado logró que la mayoría dentro de su legislación propia, ratificara el texto de la ERA; y por otro, los grupos conservadores que defendían la maternidad abnegada y el espacio doméstico como espacio “casi natural” de la mujer (el estereotipo de las madresposas y los roles tradicionales).

La inclusión de la enmienda dentro del texto constitucional, al prohibir la discriminación por motivos de sexo, conlleva el reconocimiento implícito de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Este punto es el que causó escozor a un grupo de mujeres blancas de clase media alta y alta, que vieron en esta enmienda la pérdida de su derecho a permanecer en casa, criando hijos/as, llegando incluso a sentir que serían obligadas a incorporarse al mundo de los trabajos remunerados fuera del hogar. Formaron el Eagle Forum, que aún se encuentra vigente, y que defiende a ultranza la idea de familia tradicional a ultranza.

El personaje de Phyllis Schlafly (perfectamente encarnado en la serie por Cate Blanchett) es quien lidera a este grupo descrito anteriormente. Me enganchó desde el inicio, con esa repulsión que alienta a ver y/o seguir ciertas conductas o discursos reaccionarios. La serie enfoca en cada capítulo el rol de las distintas protagonistas históricas de este momento histórico. Ahí vemos a Betty Friedan, Gloria Steinem, Shirley Chisholm, entre otras figuras insignes del feminismo (ya se observan fisuras entre las feministas blancas, las feministas negras y los grupos lésbicos). Pero sin duda alguna, la protagonista total e incordiosa es Schlafly, que se erige casi como voz única del conservadurismo más rancio. Al acudir a algunos artículos para obtener más información sobre este proceso histórico, efectivamente pude comprobar cómo Schlafly vertebró ese momento.

Tanto me impactó su figura que me he sentido en la necesidad de comentarlo con amigues cercanos, sobretodo por la similitud que observamos en el repertorio de acción colectiva de los grupos antiderechos. La ventriloquía encabezada por mujeres, ese odio virulento a los feminismos, o mejor dicho, a las feministas, la ceguera ante los privilegios raciales y de clase, la creencia de que el binario es más natural que la ley de la gravedad, pero por sobre todas esas cosas, ese sensación de amenaza vital que ven en el feminismo ( no conciben hablar de “los feminismos”).

Al igual que Schlafly, muchas son perfectas estrategas políticas, y tienen un dominio discursivo importante. En esa naturalización de los roles y espacios de género como algo monolítico, olvidan que esa palestra pública desde la que hablan es también una conquista feminista. En una suerte de paradoja, observamos en la serie a una Schlafly que construye su plataforma no desde la cotidianidad doméstica, sino que es un trabajo a pie de calle y que requirió un despliegue de acciones con senadores y políticos (hombres) de varios estamentos e instituciones.

Hay otro temita en el que vale la pena poner toda la atención: las feministas (y los feminismos) negras como protagonistas de la ERA. De los capítulos que se han emitido hasta este día (siete) solo hay uno que tiene como protagonista a una mujer negra (Shirley Chisholm). No sé si es una deuda de la producción de la serie, o más bien se trata de otra deuda histórica dentro de los feminismos (me decanto por esta última), pero este es otro punto en el que llega un interesante jalón de orejas (al menos yo lo sentí) y es la urgencia de leer a feministas racializadas, la deuda que tenemos en la construcción conjunta del pensamiento feminista a través de la empatía con otras realidades.

El acierto de esta serie, desde mi perspectiva, es que es una exquisita etnografía política ficcionada, increíblemente bien ambientada y documentada. Lo más importante nos sacude de los lugares comunes, ya sean estos el binario, la idea de familia tradicional, el feminismo blanco y la aparente sororidad innata. Aunque el contexto histórico político versa sobre un hecho jurídico puntual, que tuvo lugar hace más de 40 años, no hay desperdicio. Las conquistas feministas, como todo proceso histórico, están asentadas también en latidos de humanidad compleja.

Yo averigüé ya como termina la historia (la real). Aquí dejo en enlace a un artículo que explica el detalle jurídico de la ERA.

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'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.

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