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“Sabía que algún día haría un disco como éste”

Amarela con su disco, El viaje de la luz / PSS

Pedro Serrano Solana

Murcia —

Miriam García (Puerto Lumbreras, 1988), Amarela, anda estos días muy atareada preparando todo lo que rodea a un gran estreno. El próximo domingo presentará su nuevo disco, El viaje de la luz, en un escenario de excepción: el del Auditorio Víctor Villegas de Murcia.

Amarela es muy joven pero habla de manera reflexiva, y cuenta las vicisitudes que le llevaron a abandonar la música al poco tiempo de comenzar a sacar cabeza en ese mundo, y más tarde, a la decisión de volver y de hacer un nuevo disco. En esta entrevista hablamos de todo ello.

Ya queda poco para el concierto, ¿cómo se encuentra?

Estoy nerviosa, porque en toda presentación dedicas mucho tiempo, mucho esfuerzo y muchos ensayos, y te lo juegas todo... O casi todo. La gente que ha escuchado el disco ya conoce el trabajo, pero en un concierto de presentación tienes que ponerte ante la gente. Me hace mucha ilusión y estoy muy contenta con el trato que he recibido. Tocar en un auditorio… Agradezco a todas las personas que han contribuido con sus aportaciones a hacer este disco, y también la ayuda del ayuntamiento de mi pueblo, de Puerto Lumbreras. Además he tenido la colaboración de empresas que han financiado parte de la cartelería.

Háblenos de su disco. ¿Qué es El viaje de la luz?

Son muchas cosas. Yo lo concibo como un procedimiento de aprendizaje desde el mismo nacimiento. En este disco dedico canciones a las personas que me han cuidado, tanto a mi abuela como a mi madre, y también a mi madre cuando nació. En la última canción del disco cuento que acabo de nacer y que le pregunto a mi madre qué es lo que estoy haciendo aquí. Ese es el primer viaje de la luz.

¿Hay más?

Sí, el segundo viaje de la luz es el que da título al disco. Surge de una circunstancia que pasé en la vida, y después me he dado cuenta de que necesitaba pasar por ahí, tanto para llegar a ser quien soy, con mi carácter, como a lo que he llegado con la música. En cualquier etapa de la vida, para llegar a una meta, tienes que pasar por un proceso de, digamos, hibernación. Tienes que pasar por un bache para encontrarte y saber quién eres.

En su caso la hibernación se produjo en Portugal.

Sí, Portugal simbolizó un paso muy importante en mi carrera artística. Empecé muy joven en la música y no tenía las cosas claras. Cuando acabé la carrera de Magisterio Musical me fui a Portugal y viví en Oporto durante dos años, y allí estudié Pedagogía. Además, en Portugal cogí influencias y por ejemplo, también cambié mi nombre artístico. Antes iba con mi nombre, Miriam García, y en Portugal empecé a llamarme Amarela. Para mí fue muy importante, porque te echas a la espalda un bagaje, una experiencia… Y vives otra cultura. Portugal está muy presente en este disco.

¿Quiso ser cantante desde siempre?

No, no te creas… Empecé a cantar con 12 años porque tocaba la guitarra. En mi casa nadie lo sabía, pero yo componía un poco para distraerme. No es que me gustase versionar o ponerme delante de la gente y llamar la atención cantando. Luego, con el tiempo, me fui dando cuenta de que entre amigos, cuando cantaba canciones, a la gente le gustaba. Y más tarde comprobé que al componer, lo que estaba haciendo era sacar cosas de mí misma que yo no sabía. Como una parte oscura… De hecho, a veces escribía cosas que no sabía a quién se las escribía, y resulta que me las estaba escribiendo a mí misma.

Lo dicen muchos artistas, que sus creaciones les ayudan a interpretar el mundo pero también conocerse mejor.

Sí, pero no es fácil. En un espejo no te reconoces bien. La virtudes sí, pero los defectos… Tienes que ser muy sincera contigo misma y decir que sí, que eso es tuyo y que lo has reflejado así.

El viaje de la luz no es su primer trabajo. Háblenos de su anterior etapa, como Miriam García.

Saqué mi primer disco con 16 años, y con 18 años compuse la sintonía de la Vuelta Ciclista a la Región de Murcia. Más tarde hice mis pinitos con otras bandas sonoras, y después dejé la música y me retiré a Portugal. Al volver, ya como Amarela, grabé dos maquetas: una en estudio y otra en directo con mi banda. Monte una banda muy folk: llevaba contrabajo, trompeta, dos guitarras… Muy bonita. Con esas dos maquetas fui funcionando y logré tener esos fans que me han ayudado a grabar este disco. Y la verdad, el disco no tiene nada que ver con lo que hacía, pero me hacía ilusión grabar un disco como este, tan mágico, con mucha percusión y sonidos muy de tormenta y de naturaleza.

Cuando un artista lleva mucho tiempo componiendo y al final decide dar el paso de publicar un trabajo, ¿qué hace? ¿Busca en su mochila y selecciona canciones antiguas suyas que quiere que formen ese primer disco? ¿Se sienta y compone material nuevo? ¿Las dos cosas? ¿Qué hizo Amarela para El viaje de la luz?

Sí, hubo selección. Lo que pasa es que en el proceso de grabación tuve varias experiencias y me generaron una inspiración fortísima, y me puse a componer. Así que al final quité de la cantera que había apartado para el disco. Sólo quedó ‘El amor caduca en frío’, y el resto se agruparon por el estilo y por el mensaje que llevan. Es un disco de descubrimiento personal. No hay canciones de amor o de cosas cotidianas…

¿No hay ‘canción protesta’?

No… La única quizá sea ‘El ruido del televisor’, que hace referencia a la televisión basura. O ‘Canción desesperada’, que se refiere al positivismo que debemos tener en momentos de crisis para luchar por nuestros derechos.

Cuando uno se descubre a uno mismo, en parte también está descubriendo a la sociedad. Uno puede reconocerse muchas veces en los demás.

Claro, sí… ‘Canción desesperada’ repite un mantra, repite que es tiempo de creer y de cruzar el límite, tanto tú como la sociedad. La crisis nos ha ayudado a conocernos y a saber dónde estaban nuestros límites. Hemos llegado a extremos que nunca nos hubiésemos imaginado. Cuando parecía que todo iba muy bien, en realidad no nos conocíamos. Nos hemos redescubierto. Hay personas que lo están pasando fatal… Pero a veces te das cuenta de que eres más fuerte de lo que pensabas.

Usted ha aludido en varias entrevistas a los errores… Hay ocasiones en las que las cosas vienen mal dadas, pero en otras las cosas suceden por errores nuestros que nos ayudan a crecer. Hay quien los esconde, pero también hay quien hace gala de los errores porque demuestran experiencia. ¿De qué tipo de personas es Amarela?

Yo soy de los segundos, de esas personas... De hecho en mi primer disco me sentí muy fracasada. La gente estaba contenta, pero yo no me sentía satisfecha con el trabajo. No sabía adónde iba. Me retiré, aunque tenía una fe fuerte en que algún día haría un buen trabajo.

¿Éste?

(Risas) Sí, éste. Ha sido muy de intuición, de confiar en mí. Yo sabía que algún día llegaría.

Hablemos del ‘crowdfunding’ o micromecenazgo, método con el que se ha financiado este disco. Cuéntenos cómo fue.

Muy bien, es un método muy usado ahora. Lo que sucede es que me he pasado. He querido hacer todas las recompensas a mano, una a una, y estoy todavía haciéndolas.

Eso es buena señal, ¿no? Significa que ha habido muy buena respuesta.

Sí, pero no sólo he hecho las recompensas… De la edición de mil discos, todos han pasado por mi mano. Hice el diseño, y luego les puse el sello, les hice el agujero a las tapas, les pasé este cordón y les hice el lazo… (Amarela muestra uno de los discos). No llevan envoltorio de plástico. Pero además, a la gente que ha aportado dinero les doy una entrada prioritaria en el concierto del día 12, y una libreta que hago yo artesanalmente, forrada con tela, con las letras de todas las canciones escritas a mano y fotos exclusivas. Tardo en hacer cada libreta tres horas. Y tenía que hacer unas cincuenta… A otros les he dado un peluche cosido a mano. Todas las recompensas las he hecho yo.

Y cuéntenos lo de las “meriendas-concierto”. Era otra de las acciones, ¿verdad?

Sí, he hecho cuatro. Consistían en que yo hacía un bizcocho, y lo llevaba a una casa y les hacía un concierto privado (risas). A mí me ha encantado y fue muy sonado en su momento. Esto viene porque a mí desde siempre me ha gustado tocar los domingos por la tarde. En el café Ítaca de Murcia yo he organizado muchos conciertos. Llevaba mi merienda y le pedía a la gente un donativo. Aquello me empezó a ir bien… Y de hecho hay gente que lo está empezando a copiar. Parte de mi público es gente de 35 o 40 años, que tienen los primeros hijos y no tienen a quién dejárselos, y se los pueden llevar al concierto. Los críos se quedan muy atentos a mi música, por cierto. Los conciertos-merienda me apasionan porque estás con gente cuerda, que quiere pasar un buen rato y te escucha. Me gusta hacer que la gente lo pase bien.

¿Es mejor financiarse a través de la gente que por medio de grandes discográficas?

Bueno, es que las discográficas ahora funcionan de otro modo… Antes tú esperabas una llamada de las discográficas, y ahora ellos esperan a que tengas éxito y entonces te llaman. El ‘crowdfunding’ es una forma de empezar, pero las discográficas todavía hacen falta porque tienen los contactos, te introducen en festivales…

¿Cuáles son sus expectativas con este disco y con su futuro inmediato?

Espero que salga bien este proyecto. Me gustaría poder seguir haciendo los discos a mano, porque es mi sello, mi identidad, y me encantaría empezar a tocar en festivales, que la gente me conociese más, que funcionase en redes sociales, grabar algún videoclip…

Para acabar, dice que le gustaría empezar a tocar en festivales… Para quien no conozca su música, ¿a qué festival cree Amarela que le vendría mejor su sonido?

Yo creo que al SOS… Pero más en el auditorio, quizá. Yo soy muy de cosas recicladas, de medio ambiente… En mis conciertos siempre llevo dos flores, dos gerberas, y al final las regalo. Me gusta el ciclo vital de las flores, que nacen, mueren y luego resucitan, y vuelven a nacer la siguiente primavera. Conciertos responsables en España… Mira, por ejemplo está el Bona nit, que se hace en Barcelona, en el Poble Nou… Ahí encajaría mejor mi música. Hay comida saludable, puestos de artesanía… Es muy bonico.

Cuándo, cómo, dónde:

Amarela en concierto. Domingo 12 de abril a las 19:00 horas en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas de Murcia. Las entradas cuestan 8 euros en venta anticipada y 10 euros en taquilla. A la venta a través de www.ticketmaster.com, Halcón Viajes, Fnac Murcia y en la taquilla del auditorio. Amarela estará acompañada por una banda formada por Lupita Aina en la percusión, Goyo Sentado al bajo, Alain Murcia a los teclados, Antonio Irigoyen a la guitarra y José Manuel Jiménez al violín.

Vídeo. Amarela. “Desde cuándo”, de El viaje de la luz.

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