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Recuperar la Línea 61: ganar la batalla del “sentido común”

La Plataforma por la Línea 61 celebra la restitución del servicio de autobús

José Enrique Ruiz Saura

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Recientemente, la Dirección General de Transporte de la CARM ha anunciado la restitución de la línea 61 de autobús (ahora línea 26B), que volverá a dotar de transporte público a los vecinos de las zonas más rurales de Aljucer, San Ginés y El Palmar después de estar más de 6 años desprovistos de este servicio público esencial.

Este es un logro de los vecinos que, ante la apatía de los responsables políticos en estos últimos años, han logrado persistir y visibilizar su problemática, siendo los principales afectados en muchos casos vecinos de avanzada edad o en situación de dependencia los que se preguntaban por qué el pago de sus impuestos no les reportaba los mismos servicios que a los residentes en la zona norte del municipio. En este texto trataremos de contar lo más destacado de este triunfo de la movilización vecinal.

El comienzo de esta travesía tiene lugar al comienzo del otoño de 2012. Después de que el precio del billete de la Línea 61 hubiera subido repentinamente meses atrás de 1,10 € a 2,15 €. Pese a que, antes de este “tarifazo”, se estimaba que el número anual de viajeros oscilaba en torno a 500.000, la reducción de estos durante el verano de ese año se convirtió en el pretexto que la Consejería de Fomento utilizó para suprimir esta línea a la vez que lo hacía con otras tantas.

A raíz de ello, las protestas vecinales se pusieron en marcha en 2013. Destaca en este periodo el corte de la Carretera de El Palmar que llevaron a cabo vecinos de las pedanías afectadas el 20 de octubre de ese año, haciéndose eco varios medios de tirada regional. A continuación, la siguiente forma de presión que idearon los afectados por el recorte de la línea, fue la de concentrarse semanalmente ante la puerta de la alcaldía de Aljucer, mostrando de paso su rechazo hacia el alcalde pedáneo en ese momento por entenderse que no mostraba ningún tipo de sensibilidad hacia lo que se consideraba el mayor problema de falta de servicios que padecían los vecinos de esta pedanía.

El fruto de esta primera ola de protestas fue que, los grupos municipales presentes en el Ayuntamiento de Murcia, aprobaron por unanimidad en el pleno celebrado en fecha de 27 de febrero de 2014 instar a la Consejería de Fomento a restablecer las frecuencias y horarios que se perdieron con la desaparición de la Línea 61. No obstante, después de varias reuniones con los vecinos, el Director General de Transportes en aquel momento, Antonio Sánchez-Solís, terminó por no dar el paso definitivo para atender la petición del ayuntamiento. Esto, sin duda, supuso un golpe en la moral de los vecinos.

Después de las elecciones municipales de 2015, la presidencia de la Junta Municipal de Aljucer recayó en manos de Ainhoa Sánchez (PSOE), quien previamente hubo de suscribir un acuerdo con otras fuerzas políticas comprometiéndose a llevar a cabo unas iniciativas concretas para, entre otras cosas, exigir contundentemente la reposición del servicio de autobús.

Desde la suscripción del acuerdo hasta la primera iniciativa que se ha llegado a poner en marcha, transcurrió aproximadamente un año. Concretamente, al final de 2016, se creó una comisión en la Junta Municipal para trabajar en soluciones al gran problema de la desaparición de la Línea 61. Esta comisión, tras un par de reuniones, convocó una asamblea vecinal. No obstante, la misma sólo quedó en meras declaraciones de buenas intenciones, pero sin concretarse ninguna medida de presión concreta en pos del objetivo. Hasta ahí llegó esa iniciativa.

Después, tras un cierto letargo en estas reivindicaciones, hemos de remontarnos a principios de marzo del año 2018 para continuar con nuestro relato. En esos días, en las paradas de autobús de Aljucer, San Ginés y El Palmar, apareció anunciado que la Línea 18 sería suprimida en breve. Esta línea venía siendo utilizada por un número reducido de vecinos de las zonas de huerta de Aljucer y San Ginés, sin embargo, dadas sus pocas expediciones diarias y dado que sólo cubría una pequeña parte del recorrido total que hacía la Línea 61, era una línea que generaba desde sus inicios una gran insatisfacción entre los usuarios.

Nuevamente, se había prendido le mecha de la indignación de los usuarios. A la vista de ello, la Junta Municipal de Aljucer convocó una asamblea vecinal para el 14 de marzo. Una vez comenzada la misma, la alcaldesa propuso llevar a cabo una recogida de firmas como medida de presión, no pretendiendo ir más allá de lo referente a la Línea 18. Sin embargo, la mayoría de las intervenciones en la asamblea pedían tajantemente iniciar movilizaciones, y no sólo eso, sino que planteaban que las reivindicaciones debían ser comandadas directamente por los vecinos (nada de que las encabezaran organizaciones políticas) y exigir la restitución de la Línea 61. Una de las intervenciones más sonadas vino de parte de una usuaria del autobús llamada Fina, quien dijo en presencia de los portavoces de varios concejales que, hace algunas décadas, no había tantos partidos políticos como ahora y, sin embargo, se hacían más cosas porque los vecinos salían a la calle cada vez que era necesario. Esas palabras contaron con la simpatía de la inmensa mayoría de los presentes.

Saliéndose por completo del guión que había previsto la Junta Municipal de Aljucer para la asamblea, los vecinos acordaron una concentración frente al Ayuntamiento de Murcia en la cual se pediría que la Línea 61 volviera a ponerse en marcha, fijándose para ello la fecha del miércoles 27 de marzo. En principio, la propia junta quedó encargada de la difusión de dicha concentración en el pueblo por los canales habituales: cartelería, redes sociales y megafonía. Pues bien, nada de esto se hizo, lo cual obligó a que un pequeño grupo de vecinos nos apresuráramos a la desesperada a pegar carteles e informar oralmente a los usuarios del autobús, ya que la inactividad de la junta estaba llevando a creer que nada de lo acordado en la asamblea seguía en pie. Finalmente, la concentración en La Glorieta tuvo lugar y a ella acudieron varias decenas de vecinos, lo cual tuvo cierto eco en varios medios de prensa locales. No obstante, esta experiencia concreta supuso un punto de inflexión, de tal forma que los vecinos más movilizados comprendíamos que era imprescindible dotarnos de una organización estable y autónoma que nos permitiera llevar la iniciativa en esta reivindicación ante el desinterés persistente que había demostrado la Junta Municipal de Aljucer.

Consecuentemente, en una reunión vecinal celebrada el 26 de abril, ante medio centenar de vecinos afectados, echó a andar nuestra plataforma vecinal. Fue positivo comenzar los cimientos del ciclo sostenido de movilizaciones que hemos tenido en los últimos 9 meses de 2018, muestra de ello fue que los asistentes a la reunión salieron motivados y concienciados en la necesidad de dar batalla por un objetivo justo. Lamentablemente, la parte negativa de este encuentro fue que, desde el PSOE de Aljucer, cuyos miembros llegaron a la reunión cuando ya estaba muy avanzada, se tomó la palabra para insistir a los vecinos en que, para solucionar, el problema existente de movilidad, debían centrarse prioritariamente en dejar de votar al PP en las elecciones de 2019, lo cual nos obligó a recordar a los presentes el carácter apartidista de este espacio.

Tras el nacimiento de la plataforma vecinal, lo siguiente fue la elaboración de la moción que los vecinos queríamos que fuera aprobada por el pleno del ayuntamiento, es decir, redactamos de nuestro puño y letra el contenido concreto y, sobre todo, vinculante que queríamos que tuviera la moción. Después de un trabajo intenso de muchas reuniones con los partidos políticos con representación en el ayuntamiento y con el concejal de movilidad, nuestra moción fue aprobada en el pleno del mes de mayo. Habíamos dado un paso, pero faltaba mucho por hacer todavía.

Asimismo, el día 8 de junio, bajo el lema “Recuperación Línea 61. El transporte público no es un negocio, es un servicio”, llevamos a cabo una manifestación que mantuvo cortada la circulación en la Carretera de El Palmar durante toda la tarde. Fue la primera acción de este tipo que se hacía en los últimos cinco años y el balance fue positivo. No obstante, algo que generó malestar en el seno de la plataforma fue que, pese a haberse acordado en la antedicha asamblea que serían únicamente vecinos sin significación política quienes se situaran en la cabecera de la manifestación, las cabezas visibles del PSOE y PP en la pedanía de Aljucer no dudaron en burlar esa decisión de la asamblea y colocarse en primera línea durante todo el espacio de tiempo en que la prensa estuvo sacando fotos del corte de carretera. Una vez que se fue la prensa, ellas también desaparecieron sin importarles que la manifestación sólo acabara de comenzar.

En cualquier caso, remando contra viento y marea, estábamos poco a poco consiguiendo que la reivindicación de la nueva puesta en marcha de la Línea 61 tuviera cada vez más ruido mediático y fuera conocida por la opinión pública local. Consideramos entonces que era un buen momento para hablar con la Consejería de Fomento y plantearles nuestras exigencias de primera mano. Esta reunión tuvo lugar el día 20 de junio. En ella, pudimos hablar de nuestra problemática con el director general de transporte, sin embargo, el resultado no pudo ser más decepcionante, ya que no percibimos en esa ocasión ningún tipo de predisposición a firmar el ansiado convenio con el ayuntamiento para la restitución de la línea. De hecho, salimos con la impresión de que, desde Fomento, pretendían continuar sin hacer caso a nuestros problemas de transporte público.

A raíz de lo anterior, los vecinos tomamos la determinación de que nuestra lucha no iba a tener vuelta atrás esta vez. Si no querían hacernos caso, estábamos dispuestos a estar haciendo ruido todo el tiempo necesario hasta que reconsideraran su actitud. Por ello, convocamos una concentración frente a la Consejería de Fomento para el día 11 de julio y explicamos a los vecinos la importancia de esta movilización para forzar que la Dirección General de Transporte negociara con los vecinos una solución a nuestros problemas de movilidad. La concentración contó con el respaldo de decenas de vecinos y entonces, desde la Dirección General de Transporte, se nos prometió una reunión a tres bandas (Consejería de Fomento-Ayuntamiento de Murcia-plataforma vecinal) a principios de septiembre para abordar una solución negociada a nuestras exigencias. En esta ocasión, asistió a la concentración un miembro del PSOE de Aljucer quien se dirigió a algunos de los vecinos presentes para, en petit comité, animarlos a dejar de participar en estas concentraciones porque, según les decía, estaban siendo manipulados por el grupo promotor de la plataforma vecinal. Sin embargo, nadie hizo caso de estos comentarios.

A finales del mes de agosto, comenzamos a intentar contactar con la Dirección General de Transporte para concertar la reunión prometida. Fueron un par de semanas de llamadas y correos electrónicos que no obtuvieron respuesta. Como consecuencia de ello, tomamos la decisión más drástica de todas las que hemos tomado en este periodo: el día 13 de septiembre a primera hora de la mañana, algunas decenas de vecinos fuimos entrando poco a poco y sin llamar la atención al interior del edificio de la Consejería de Fomento, y una vez todos dentro, nos plantamos y dijimos sorpresivamente que no nos marcharíamos hasta ser recibidos por el director general de transporte. Finalmente, varias horas después de haberse iniciado el plante, éste nos recibió y atendió nuestra exigencia de estudiar una propuesta de rutas y horarios que le hiciéramos llegar los vecinos y tratar de implantarla en breve.

Unos días más tarde, volvimos a reunirnos con el concejal de movilidad, quien nos reiteró que la partida presupuestaria correspondiente a la firma del convenio con la consejería ya había sido aprobada. En esa ocasión, integrantes de la propia concejalía nos dieron a conocer sorprendidos que, personas de Aljucer de “un color político diferente al suyo” (refiriéndose al PSOE), se habían dirigido hasta esta institución para decir que la restitución de la línea no era una necesidad real, sino que esta reivindicación estaba siendo supuestamente utilizada “por unos cuantos” con el fin de manipular a los vecinos. Esto tuene su explicación en el hecho de que, desde un principio, el PSOE de Aljucer se vio imposibilitado para manejar e instrumentalizar nuestra plataforma vecinal y, por ello, sus acciones han ido encaminadas a poner palos en las ruedas por temor a que los logros de la misma pusieran al descubierto su inacción e incumplimiento de compromisos a lo largo de los años precedentes.

A la semana siguiente de esta reunión, nos pusimos manos a la obra y confeccionamos una propuesta de nuevas rutas y horarios que contenía las 15 expediciones diarias que fuimos planteándole al concejal de movilidad desde antes del verano. Esta propuesta fue discutida y aprobada mayoritariamente en la asamblea celebrada el 20 de septiembre. Acto seguido, fue remitida a la Consejería de Fomento.

No obstante, en esta última asamblea, surgió la idea de llevar a cabo una nueva acción que demostrara lo clamorosa que era la demanda de los vecinos de restituir la Línea 61: intentar juntar 1.000 firmas y hacer una nueva concentración frente a la consejería para hacer entrega de estas. En sólo una semana, se lograron 1.322 firmas de vecinos que apoyaban las reivindicaciones de nuestra plataforma vecinal, y la entrega de las mismas se produjo el 11 de octubre. Esto supuso una demostración de fuerza en toda regla que puso de manifiesto la capacidad de movilización que había desarrollado la plataforma y el amplio arraigo que tenían nuestras reivindicaciones entre los vecinos.

En esa misma semana, la Dirección General de Transporte nos convocó a una reunión a tres bandas con la empresa LAT. En esta ocasión, partiendo de nuestra propuesta inicial, se nos trasladó una contrapropuesta que suponía pasar de 15 expediciones diarias a 14, no obstante, había mayores frecuencias en las horas punta del inicio de la mañana y el mediodía. También se producía una ligera variación en la ruta. Esta contraoferta de LAT y la consejería fue finamente aceptada en asamblea vecinal el 17 de octubre. Después de un largo análisis, los vecinos la consideraron adecuada, lo cual le fue trasladado inmediatamente a Fomento.

Después de “tocar varias veces la puerta” para que la Dirección General de Transporte nos diera unos plazos concretos, el día 9 de noviembre nos citó para una reunión. En ese caso, se nos dijo que aún estaban pendientes de llegar a un acuerdo económico con LAT para que se pusieran en marcha los horarios y rutas acordados. Ante ello, nuestra respuesta fue la de organizar un nuevo corte de carretera que llegara hasta las instalaciones de LAT, en la Carretera de El Palmar, para pedir a empresa y administración pública que llegaran a un acuerdo inmediato por el bien de los usuarios. Esta acción tuvo lugar el día 23 del mismo mes. He de destacar que, la mañana previa a la concentración, la empresa LAT nos llamó para una reunión de urgencia en sus instalaciones. En esa ocasión, afectados por la presión de las protestas, se comprometieron a firmar un acuerdo económico con la consejería en los términos planteados por esta última.

A partir de ahí, los hechos se precipitaron. El 30 de noviembre, el concejal de movilidad anunció que el ayuntamiento había aprobado la firma del convenio con la consejería. Por su parte, el Director General de Transporte, se pone en contacto con nosotros el 3 de diciembre para informarnos de que la consejería hará lo propio en breve. En asamblea vecinal celebrada el 10 de diciembre, el concejal y el director quisieron estar presentes y, ante todos los vecinos, anunciaron la puesta en funcionamiento el 21 de diciembre de la ruta y horarios decididos en la asamblea anterior.

De esa noche, destaco que el propio Director General de Transporte reconoció que todo ello ha sido propiciado por las movilizaciones y reivindicaciones de los vecinos. Los presentes allí estallaron en alegría, pero, sobre todo, henchidos de orgullo por el esfuerzo y la lucha llevada a cabo de manera infatigable durante mucho tiempo. Recuperar nuestro derecho a un transporte público digno, ha sido ganar “la batalla del sentido común”.

*José Enrique Ruiz Saura es miembro de la Plataforma Vecinal por la Recuperación de la Línea 61

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