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Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.

Seguiremos soñando con un camino de baldosas amarillas al final del arcoíris

La polémica de las banderas llega al Orgullo 2020

Jesús Costa

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¿Y si yo no soy hetero? Bueno, ¿y qué? Esto es lo que este domingo podría estar cantando por la calle mientras celebro por los bares de Murcia el día del Orgullo LGTBI como un buen patriota, eso sí, guardando la distancia de seguridad y con mascarilla entre trago y trago.

Este año es de risa, porque ya no solo se nos quiere meter de nuevo en los armarios, sino que  algún listo (y digo listo por no insultar) quiere que el arcoíris no sea un símbolo del colectivo LGTBI, ¡me parto y me troncho! Entre esto y los “chis, chis, chis”, estamos sentando cátedra en la ciencia de la gilipollez.

Y aquí me acuerdo de otra lista, que nos explicaba que la libertad de cátedra para que los docentes pudieran dar los contenidos en diversidad sin veto parental, era solo para los catedráticos, ¡toma ya…! 

Pues sí señoras y señores otra vez el temita: ¿que por qué el orgullo LGTBI?, ¿que si no somos ya iguales?, ¿que si atentamos contra la familia natural?, ¿que si nuestra ideología de género atenta contra los derechos de los pobres niños?.  Y yo me pregunto ¿de verdad se creen todo lo que dicen?; ¿de verdad puede haber personas que sumando en su discurso tantas tonterías seguidas sin fundamento crean que tienen razón?  

Quiero tomármelo con humor (que no a risa), pero hay que ponerse serio y volver a recordar, porque parece que se olvida, que a las personas LGTBI se las sigue discriminando por el mero hecho de serlo. En especial a las mujeres, que si ya son discriminadas por no ser hombres todavía tienen más dificultades cuando no se entiende que puedan enamorarse de otra mujer,  llamándolas aberraciones; o que puedan querer a un hombre o a una mujer, y las llaman viciosas o indecisas (no sé que es peor). Es como llamarte tonta.

Pero si  ya nos metemos en el tema de la identidad de las mujeres trans, aquí es cuando las dos neuronas, la azul y la verde, hacen un cortocircuito y, como las palomitas en el microondas o los “chis, chis chis” del otro, explotan porque no asumen que la identidad es patrimonio de la persona. 

Todo se cuestiona, retrocedemos,  volvemos a la casilla de salida como en la Oca. Tenemos una ley extensa, concreta, meticulosa aprobada por unanimidad en la que creíamos que se avanzaba porque, por una vez, los y las políticas se habían puesto de acuerdo  y entendían que existíamos y que no nos comíamos a nadie por la calle; que no queríamos convertir a personas en maricones o lesbianas y que, por supuesto, se reconocía un amplio espectro de familias que iba más allá de la tradicional, sin menospreciarlas ésta claro. ¡Ilusas de nosotras, nada más lejos de la realidad!

Seguimos necesitando recordar todos los días, meses y años que no estamos de acuerdo con estos comentarios sexistas, con estas acciones homófobas, con esta discriminación permanente, con esta transfobia feminista, con la permisividad de los delitos de odio, con obligar a que las personas mayores LGTBI se vuelvan a meter al armario de la incomprensión y el olvido, porque está feo a su edad ser desviados;  con seguir menospreciando y atentando contra la dignidad de las familias homoparentales por no responder al esquema heterosexual y judeocristiano. ¡Basta ya! 

Pero no solo queda ahí la cosa, ahora la moral católica quiere quitar las banderas LGTBI de los balcones institucionales donde ya se estaban luciendo, denunciando a ayuntamientos que lo hacen. ¡El mundo al revés! Yo haré lo mismo cuando vea estandartes procesionales en Semana Santa.

Y ahora, que si los famosos salen del armario públicamente, que no es necesario. ¡Pues poco han tardado en criticarlo y amenazarlo en redes! ¿A quién? A ese cantante guapetón malagueño que llevaba locas y locos, señores. ¡LOCOS a muchos maricas que no necesitamos saber si es gay para que nos guste!  ¡Ole tú, Pablo Alborán!

Fíjate tú, si es heterosexual, canta, es guapo famoso y triunfa no pasa nada, pero si ¡ay! el niño es “bujarra” ya molesta.  ¿Seguís pensando que no hay que seguir saliendo a la calle el 28 de Junio? Yo creo que sí, así que heteros, gais, trans, lesbianas, bisexuales y personas varias seguid celebrando el  ORGULLO como si no hubiera un mañana, que la vida es corta.

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