Esta pobre palabra tiene hoy día peor prensa que un político en campaña electoral. Y más aún en las fechas que estamos, Navidad, cuando la palabra «consumo» alcanza su peor momento mediático, suscitando críticas y hastío entre la población. Démosle el beneficio de la duda a esta palabra, y busquemos qué significa «consumir» en el diccionario de la RAE:
Vale, quitando la segunda acepción, el resto justifica su impopularidad. Sin embargo, está en nuestras manos elegir que versión de la palabra escogemos. Desgraciadamente, el diccionario también nos muestra cómo nuestra sociedad ya hace tiempo que eligió: Sociedad de consumo. Dicho de la sociedad o de la civilización: Que está basada en un sistema tendente a estimular la producción y uso de bienes no estrictamente necesarios.
En las últimas palabras de la definición es donde descubrimos que la palabra no tiene esa fama tanto por su significado en sí, sino más bien por el uso que en la sociedad hacemos de ella. Y cuando hablamos de sociedad, englobamos todo el proceso de consumo: desde la multinacional o fabricante hasta el consumidor final, todos tienen su cuota de participación en que una simple palabra, que no tiene culpa de nada, tenga un significado tan negativo hoy día. Como es lógico, fabricar productos con obsolescencia programada es mucho más vil que dejarse llevar por la ola consumista, pero no vamos a entrar ahí.
A pesar de lo anterior, hay esperanza para nuestra amiga «consumo», hay otra forma de consumo que no es la convencional —dictada por el fundamentalismo del mercado—, y es la que Oxfam Intermón Murcia os da la oportunidad de ejercer: el consumo responsable. Naciones Unidas lo define así: Por «consumo responsable» entendemos la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Consumir es necesario, no se puede dejar de consumir; hasta la persona más austera tiene sus necesidades, pero no podemos perder el norte: hoy en día no se consume para cubrir necesidades, sino para cubrir deseos, emociones, vacíos interiores… que el marketing y la publicidad se encargan de explotar para hacérnoslos ver como solución a necesidades no materiales.
Como ciudadanos y consumidores, tenemos en nuestras manos la oportunidad de darle la vuelta a la tortilla, la oportunidad de premiar a productores y fabricantes que respetan el medio ambiente y los derechos de sus trabajadores, que no explotan a niños o no discriminan de ningún modo; y además, que siempre piensan en ofrecer su producto de la manera más natural posible, extremando la calidad, y no pensando en abaratar costes para ofrecer baja calidad a bajo precio.
Esta oportunidad, en Oxfam Intermón Murcia, os la queremos ofrecer a partir de ya, a pie de calle y a un nivel muy cercano, en nuestra tienda de siempre —en la Plaza de Romea, junto a la terraza del Café del Arco— y también, de manera excepcional, durante estas las fechas navideñas, en el Centro Comercial Nueva Condomina, local B1.
Así que estas Navidades, hazle un favor al «consumo», trata a esta palabra responsablemente, y regala productos de comercio justo. Además de hacer un buen regalo a esa persona que aprecias, estarás haciéndole un regalo inmenso a ese agricultor, o a esa cooperativa, en la otra parte del mundo, comprando sus productos y ayudándole a salir adelante, sin que sea presa de la opulencia del mercado. El «consumo» tiene dos caras, tú decides cuál quieres que sea más visible.
En Oxfam Intermón Murcia te esperamos para mostrarte la más amable. ¡Ven a conocernos!
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