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'Patrulla Animal' es un espacio coordinado por Elisa Reche en el eldiario.es Murcia, para defender los derechos de los animales como seres sintientes. 

Mi gato Tico: cómo actuar en caso de negligencia veterinaria

Tico con suero en el veterinario

Raquel López Teruel

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Estoy realmente preocupada porque no paro de recibir emails cada vez más frecuentes de personas angustiadas porque han sufrido la pérdida de su animal por la comisión de presuntas negligencias veterinarias y me piden consejo para saber qué hacer en estos casos.

He de decir que adoro a los veterinarios. Sin ellos no habría podido atender y salvar la vida de casi 700 animales que he rescatado de diferentes casos de abandono, maltrato, cesiones voluntarias, entre otros. De hecho, mis mejores amigos son veterinarios y son una parte fundamental del equipo de DeAnimals, si bien, como en todos los gremios, hay `profesionales´ imprudentes o negligentes.

Voy a explicar un caso de negligencia veterinaria que me ha ocurrido. Mi gato Tico se enfermó el pasado 12 de julio. Dejó de comer, de beber y estaba apático. Gracias a mis queridos veterinarios se le puso un tratamiento con antibiótico, vitaminas y suero y se recuperó de un virus que tenía.

Poco después, enfermó de nuevo. Mi pareja y yo detectamos que después de haber pasado el virus y de estar tres semanas sin limpiarse se había hecho una de sesión de lavado a tope de gama, como dice mi amiga Ana Belén. Vamos, que se había dejado `limpito total´ y poco después dejó otra vez de comer y de beber agua, así como de ir a su aseo. Intuimos que tuviera algún serio problema por `pelos internos´ que no pudiera expulsar. A fecha 12 de agosto, vísperas del puente de agosto en el que la mayoría de autónomos y de veterinarios se van de vacaciones, mi Tico se había puesto muy grave otra vez. Mis veterinarios de cabecera hicieron todo lo posible por él, pero me recomendaron finalmente ingresarlo para que le pusieran suero porque estaba muy deshidratado.

Inmediatamente llamé a una protectora de gatos y les pedí consejo sobre alguna clínica donde lo pudieran ver con lupa y donde se pudiera quedar ingresado. Me desplacé a la clínica que me recomendaron y allí me atendió un veterinario muy amable que me dijó que le iba a hacer una analítica y que me llamaría más tarde. Esa misma tarde me llamó, me dijo que tenía la glucosa por las nubes, que se quedaría ingresado esa noche y que ya me llamaría por la mañana. Entonces le miraría de nuevo la glucosa ya que la tenía muy alta, así como que le pondría una “medicina mágica” para que comiera.

Llegó el día siguiente y pasé toda la mañana sin recibir ninguna llamada del veterinario. Entendí que no me llamara porque podía estar liado, así que a primera hora de la tarde me presenté en la clínica. Cuando llegué allí una persona del centro me entregó a mi gato y me dejó estar con él en una habitación, donde pude acariciarle y apreciar que estaba un pelín mejor por el suero. También observé que en la vía que se comunicaba con la sonda conectada al suero había bastante sangre. Una hora después de mi llegada, llegó el veterinario, quién me explicó que no había tenido tiempo de hacer nada con mi gato. Es decir, se quedó ingresado y no le había mirado la glucosa como me dijo, ni alimentado con una “medicina mágica” (que mis amigos veterinarios me dijeron que era Voltaren, no entiendo por qué el veterinario se las dio de “mago” y no me dijo el nombre).

Delante de mí, le tomó una muestra de sangre y el valor fue de 242 de glucosa, le había bajado de 553 de la noche anterior. Al preguntarle al veterinario si era normal que tuviera sangre de la vía hasta casi más de medio metro de sonda, me dijo que era por culpa del animal, que se había mordido la vía. Cosa que no discuto, lo único es que si pago un ingreso de mi gato, no entiendo cómo no se le vigila la vía, cómo no se le pone el medicamente para que coma, cómo no se le mide antes la glucosa y lo que es peor: ¿cómo es posible que dejarán a mi gato junto con perros en la misma sala de animales ingresados? y ¿por qué se quedan los animales ingresados solos de noche sin nadie vigilando? De todo esto, me enteré al día siguiente, cuando me llevé a mi gato, tras pagar 181,00 euros.

En fin, todo esto no tiene demasiada importancia. Lo más grave fue cuando el veterinario me dijo que mi gato casi seguro era diabético y que le pusiera desde ese momento dos pinchazos de insulina dos veces al día y que también le diera tratamiento para la tiroides a diario porque, según él, la tenía un poco alta.

Gracias a mis amigos veterinarios y a familiares diabéticos que estaban continuamente pendientes de mí y de mi gato al teléfono, al comentarles el presunto diagnóstico y tratamiento me dijeron que no le pincháramos al animal la insulina antes de mirarle el nivel de glucosa, al igual que hacen los diábeticos. Y eso hicimos: le medimos la glucosa y resulta que tenía ¡¡78!!, es decir, que la tenía más bien baja, de modo que si le hubiéramos pinchado la insulina para que le bajara puede que mi gato Tico ya no estuviera aquí.

Para todos aquellos que me preguntáis, ¿dónde se puede denunciar una negligencia veterinaria? La respuesta es en cualquiera de estos sitios o en todos ellos.

1. Se puede poner una queja en el colegio de veterinarios.

2. Se puede poner una reclamación en Consumo.

3. Se puede demandar judicialmente, para ello, es importantísima la pericial de un veterinario que acredite que ha habido una mala praxis por parte del veterinario objeto de demanda.

Querido/a lector/a si deseas realizarme alguna consulta sobre protección animal o formarte conmigo, puedes contactarme a través de mi web https://www.deanimals.com/

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