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Sobre este blog

En este espacio recogeremos rincones insólitos de la Región de Murcia en donde pasar un día entero disfrutando de su variedad gastronómica, fiestas, paisajes e historia.

Jumilla: mucho más que un gran vino

Jumilla: mucho más que un gran vino

Miguel Hernández

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No voy a hablar de su ruta del vino, eso lo dejaremos para otra ocasión. Lo que les propongo es una visita por una ciudad donde la historia y las tradiciones tienen mucho que contarnos. Jumilla es un pueblo con patrimonio, con memoria y con alma.

He tenido la gran suerte de que su arqueólogo municipal y director del Museo Arqueológico, Emiliano Hernández Carrión, me llevara de la mano por las arterias y entrañas de una ciudad que merece la pena ser visitada y saboreada de norte a sur y de este a oeste.

La Puerta de Granada o San Roque es donde decidimos iniciar nuestro recorrido. ¿Por qué hay tantas Puertas de Granada en el sur de la Península?, le pregunto. “Porque en aquella época, siglo XVI, la Chancillería se encontraba en la ciudad granadina, y allí se dirimían todos los conflictos; actualmente sería como el Tribunal Supremo del sur peninsular”.

Las historias de la ciudad comienzan a aparecer a cada paso. Una de ellas me llama poderosamente la atención. Para evitar epidemias, la iglesia prohibía comer carne los viernes y los miércoles pero la abundancia en la que vivió Jumilla -de hecho, esta localidad murciana no tuvo una emigración masiva a América- le llevó a pedir a la autoridad eclesiástica eliminar los miércoles sin carne.

La penitencia que les puso fue que al menos un miembro por cada casa procesionase los 16 de agosto: “De cada casa el peor”, cuenta la historia. Lo curioso de esta procesión es que sin haber nada por escrito los jumillanos y jumillanas siguen manteniendo una tradición que nos puede resultar hoy difícil de entender: los hombres van delante y las mujeres detrás ¿Por qué?, le vuelvo a preguntar. “Es una tradición”, me dice.

De aquí a la Plaza de Arriba, una de las plazas más bonitas y espectaculares de la Región, hay apenas dos minutos. Entre callejuelas y rincones de pronto aparecemos en medio de un espacio lleno de luz, bajo las faldas de un castillo que sigue vigilando su ciudad.

Este edificio fue construido gracias a la financiación de las tres salinas municipales que existen y que hoy en día aún están en funcionamiento. Y es que las salinas, pero sobre todo el esparto, fueron el pulmón económico que configuraron gran parte de lo que hoy es Jumilla.

Muy interesante la visita al antiguo Concejo, que posteriormente fue cárcel y que hoy alberga el Museo Arqueológico. Moisés, uno de sus trabajadores, os lo explicará todo detalladamente. Preside la plaza junto a la Iglesia de Santiago, cuyo Pórtico es prácticamente igual que la Colegiata de San Patricio en Lorca; me dice Emiliano que eso se debe a que los planos utilizados fueron los mismos, aunque aquí por otros motivos no llegaron a terminarlo en su totalidad.

Desde aquí, y previo aviso a la Oficina de Turismo para poder acceder al castillo, es más que recomendable ascender en unos treinta minutos hasta este símbolo de la ciudad, donde un mirador espectacular lo convierte en uno de los balcones más impresionantes de la Región. Aunque también se puede subir en coche o en autobús los fines de semana, les recomiendo un pequeño pero gratificante esfuerzo.

Desde la Plaza de Arriba nos dirigimos a la Plaza de Abajo, curiosamente no hay Plaza Mayor. Durante el recorrido, dos apellidos aparecen como dos almas recordándonos que mucho no ha cambiado este país: Espinosa de los Monteros y Pérez de los Cobos.

Mientras estamos observando su fuente de las ranas y sus edificios un tanto modernistas, aparece el jumillano Antonio Bleda. Me enseña unas fotos de cuando en el año 1957 se hacían ya carreras de camareros con la bandeja en la mano. “Cuatro años -me dice- y tres las gané; en una de ellas solo tiré 14 gramos de agua”. Una nueva historia que llena la ciudad.

Desde aquí llegamos a una calle que alberga una serie de edificios de singular belleza como el Ayuntamiento o la casa modernista diseñada por un discípulo directo de Gaudí, Joan Alsina, que se hizo construir un funcionario de aduanas de Barcelona ¿cómo un funcionario se pudo costear una casa así?, le vuelvo a preguntar.

“¿Seguimos?”, me dice mi anfitrión mientras miro cómo los cables eléctricos y telefónicos inundan el paisaje de sus callejuelas; y es que aquí, como en muchas ciudades de la Región, ésta sigue siendo una de nuestras grandes asignaturas pendientes.

Atrás dejamos las calles de Canalejas, Castelar y la parte más antigua de la ciudad. Ya estamos en la calle de Cánovas del Castillo, expresidente del Consejo de Ministros hasta en seis ocasiones, que estuvo casado con una jumillana y cuya relación con la ciudad es profunda.

El Ayuntamiento sigue siendo una fuente inagotable de entradas y salidas, merece la pena visitar su patio interior a modo de corrala. Junto a este edificio aparece uno, que son tres, con una historia peculiar. Pida que se la cuenten.

Antes de entrar a saborear Jumilla, nos queda por conocer la historia del Teatro Vico y su entorno, donde la industria del esparto tuvo mucho de culpa. Podríamos definirlo como el hermano menor del Teatro Romea de Murcia, lo que le otorga un encanto especial.

Y llegamos al Mercado, donde Casa Sebastián pone sobre el escenario el mejor restaurante no de la comarca sino de la Región, en cuanto a cocina de cuchara. Lola y Sebastián, ganadores de la medalla de oro al mejor gazpacho jumillano de conejo, pollo, codorniz y caracoles serranos, se abren de par en par para enseñarme su cocina.

Gente así hace grande una ciudad y la exporta al mundo. Él es un torrente de ideas y con lógica echa en falta un mejor aprovechamiento de un mercado que sin duda da mucho más juego que el actual.

Antes de terminar, les recomiendo que se acerquen a su particular pulmón de la ciudad, el parque Don Pedro I; Pedro el Cruel, aquí conocido como Pedro el Justiciero, también dejó aquí su impronta. Y es que Jumilla aún tiene demasiadas historias que descubrir.

Un jardín situado a 500 metros exactos sobre el nivel del mar, en el que hay una curiosidad que no debes dejar de observar. Sus sorprendentes ‘manises’ que fueron traídos de los restos de empresas sevillanas, en el que puedes encontrar desde figuras de Walt Disney, hasta parajes de Don Quijote de la Mancha. Sin duda, sus bancos y estructura te traen recuerdos de la Plaza de España en Sevilla.

Llegó la hora de comer y si hay un lugar donde la gastronomía emana a borbotones es Jumilla. En la Oficina de Turismo te informarán puntualmente de toda su oferta, donde el vino se convierte en su hilo conductor. Como dice José López, responsable del restaurante 3 Soles, “desde que se apostó por la calidad nos hemos convertido en una referencia”.

Este local está poniendo encima de su mostrador tapas creadas de manera autodidacta y a base de esfuerzo. Por cierto, es de agradecer que uno no tenga que pedir una botella de vino para probarlo: Que cunda el ejemplo. Es tan sorprendente como variada su coca jumillana, con masa y verduras horneadas con anchoa en salmuera.

Casa Agustín ofrece no solo una relación calidad precio muy buena, sino que tiene en el trato de su personal uno de sus mejores estandartes. Aquí tanto Ana María como su marido Pedro Piqueras y Patro, hermano de Ana, han conseguido llevar su establecimiento a niveles muy altos. Seguramente nunca ganarán una estrella Michelín, ¿Quién sabe?

Pero con lo que sí te ganan es con su ilusión, profesionalidad, limpieza y esmero. Compartir con Ana María unos minutos en la cocina, donde su 'Superman Carlitos' habita en cada rincón de la luz de su mirada, es quizás la mejor historia de amor que uno pueda conocer.

Dónde dormir

  • Hotel Monreal
  • Hotel Pio XII
  • En la página oficial www.jumillaturismo.es podrás encontrar toda su oferta hotelera y de turismo rural

Dónde comer

  • Reyes Católicos
  • San Agustín
  • Casa Sebastián
  • Los 3 Soles
  • En la Oficina de Turismo de turismo y en su trabajada página web, encontrarás toda su oferta

Imprescindible

  • Monasterio de Santa Anta (Museo y Cristo de Salzillo) a 6 kilómetros
  • Yacimiento Íbero de Coimbra a 5 kilómetros
  • Fiestas del Vino de Jumilla, 15 de agosto
  • Procesión de Martes Santo (madrugada) y Viernes Santo
  • Nota: Es conveniente solicitar información previamente en la Oficina de Turismo

Artículo dedicado a 'Superman Carlitos'

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En este espacio recogeremos rincones insólitos de la Región de Murcia en donde pasar un día entero disfrutando de su variedad gastronómica, fiestas, paisajes e historia.

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