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“Nunca habíamos visto tan mal el Mar Menor como en estos momentos”

Julio Mas en Isla Grossa

Elisa Reche

Murcia —

Aunque está de baja, no puede evitar acudir todas las tardes al Centro en San Pedro del Pinatar. “Nosotros somos así”, dice a modo de excusa. Ha visto la laguna salada muchas veces en mal estado, pero nunca como ahora.

¿Existen suficientes estudios sobre la situación del Mar Menor?

Ha habido mcuhos estudios de contaminación históricos desde muchos puntos de vista del Mar Menor, fundamentalmente lo que más preocupaba eran los metales pesados procedentes de la minería y luego la calidad de las aguas cuando no había alcantarillado. Ahora hay varios estudios en marcha que, desde mi punto de vista, se han producido demasiado tarde.

En el año 1980 ya tuvimos unas jornadas en el Centro -y han pasado 36 años desde entonces- y ya dijimos que la agricultura provocaría problemas en el Mar Menor.

¿Cómo se ha llegado hasta esta situación?

Además de las responsabilidades administrativas, es un problema también de la propia sociedad, que no ha sido capaz de reaccionar con la suficiente decisión para frenar este tipo de agresión. Y el problema no está solo en la agricultura, también está en la roturación de los campos, la falta de control sobre el tipo de vertidos, los deshechos mineros que están allí desde hace mucho tiempo…

El paso de la agricultura de secano a la de regadío en el Campo de Cartagena con una gran utilización de agua y de abonos y fertilizantes que acaban en el fondo de la cubeta del Campo de Cartagena ha sido uno de los grandes problemas del Mar Menor. A eso hay que añadirle la mala gestión del litoral. El Mar Menor nunca ha tenido playas, salvo la rivera interna de la La Manga. En la época en la que se regeneró, no fue tal ya que lo único que se hizo fue introducir arena en las zonas del litoral. Todo eso en su conjunto ha generado el problema ambiental que tenemos en estos momentos.

¿Cómo ve el futuro?

Me gustaría ser más optimista de lo que soy. Este problema será lento y caro de solucionar. Hemos visto al Mar Menor en condiciones bastante precarias más de una vez, pero nunca lo habíamos visto tan mal como en este momento, con los problemas de transparencia de aguas en el último año y medio; por lo tanto, cualquier previsión es bastante arriesgada. El ecosistema va a necesitar mucho tiempo para recuperar unos niveles similares, si no iguales, a los que tuvo anteriormente.

¿Qué solución ofrecen los filtros verdes?

Hay una forma de eliminar la carga de nutrientes en los primeros metros del suelo que procede del vertido de los cauces o explotaciones agrícolas que están por arriba. Se puede eliminar partes de ese exceso de abono, como nitritos y nitratos, a través de plantaciones vegetales con un rápido crecimiento que absorben mucho de estos nutrientes, incluso son capaces de absorber los metales pesados que están en el suelo. Fue muy exitoso en la regeneración de Doñana, por ejemplo.

Pero este filtro sólo está propuesto en la Marina del Carmolí, que es una zona muy cercana a la Rambla del Albujón, el principal vector de entrada de residuos agrícolas. Desde mi punto de vista también se debería tratar en origen, que hubiera unos filtros verdes en un mosaico espacial que retuvieran ese exceso de nutrientes antes de que llegaran al fondo de la cuenca. Hay que prever que esa agua no percole, no llegue al acuífero y sacarla antes de que profundice en la tierra.

¿La agricultura de regadío es el único problema?

El Mar Menor hay que entenderlo como un ecosistema único. No es sólo un problema agrícola y todas las problemáticas tienen que ser tratadas en conjunto. El Mar Menor tiene muchísimas regulaciones de protección y, sencillamente, si se hubiera cumplido la legislación, no hubiéramos llegado a esta situación.

También tenemos un problema muy grave con el nivel medio del mar debido al calentamiento global. En un horizonte de 50 años es posible perder 20 metros de costa en La Manga y es una cuestión que no se puede dejar pasar tampoco. Son cuestiones que hay que plantearse ya porque aunque nos parezcan que 50 años son muchos, para el ecosistema no es nada.

¿La reacción de la Administración y la sociedad ha sido suficiente ante un problema de este calado?

La opinión de la población del año pasado a este con respecto al Mar Menor es muy distinta y eso ha obligado a las administraciones a tomar medidas. Ahora no es cuestión de buscar responsabilidades, que se tuvieron que buscar en su momento, sino de buscar soluciones. Hay que potenciar el Plan Integral del Mar Menor. El Mar Menor no se puede tratar desde los diferentes municipios de una forma distinta, es un ecosistema integral y único. Y esta idea también es una idea muy antigua, y realmente se debe de hacer.

Se debe de crear un órgano de gestión con todas las partes implicadas, no sólo la política porque tenemos los sectores sociales como el agrícola, el turístico, la hostelería y los pescadores que deberían ser partícipes de ese organismo de gestión porque cada uno tiene intereses encontrados. La Región perdería su bandera turística, económica y de imagen importante. Para eso falta hace falta un consenso social que hoy por hoy todavía no hay, pero que es necesario encontrar. O nos ponemos de acuerdo o no tendrá solución.

La entrada de una mayor cantidad de sedimentos en el Mar Menor de la que debería por la roturación de los campos y el impacto del cambio climático deberían estar dentro del Plan Integral y ser más estudiadas.

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