Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Nacho Temiño, corresponsal: “En Polonia existe una auténtica cultura del martirio en lo que se refiere a su pasado reciente, al comunismo y a la II Guerra Mundial”

El corresponsal murciano de Efe en Polonia Nacho Temiño recibe el premio a mejor periodista extranjero del año concedido por el Club de Prensa Polaco / Krzysztof Mystkowski

Elisa Reche

Murcia —

0

Nacho Temiño (Murcia, 1977) llegó a Varsovia en 2009 para trabajar un año en la embajada española. Ese puesto no tenía nada que ver con el periodismo, pero le dio la oportunidad de asentarse en Polonia, donde la agencia Efe era el único medio español con una corresponsalía estable. Esa situación le permitió cumplir un “antiguo sueño” de ser corresponsal en el extranjero, primero con El Mundo, RNE y luego con Efe.

Después de diez años trabajando como periodista en Polonia y haber aprendido la lengua del país, Temiño acaba de ser reconocido por el Club de Prensa Polaco (Polski Press Club) con un premio al mejor periodista extranjero del año.

Polonia es un país del Este de Europa que sufrió una dictadura comunista. También mayoritariamente católico, como España. ¿Qué te resultó familiar y qué extraño durante los primeros años que viviste allí?

Precisamente me sorprendió la intensa devoción católica que tiene gran parte de la sociedad polaca. La religión se vive en Polonia de una manera más íntima y familiar que en España, donde todo parece más folklórico y teatral. Recuerdo que hace algunos años era hasta tabú hablar de cuestiones como el acceso al aborto, incluso entre la gente más joven. Eso chocaba con la realidad en España, donde sucedía todo lo contrario. Así que la religión es la misma, pero la intensidad y la forma de vivirla son diferentes.

También me sorprendió la formalidad, el nivel cultural y las maneras respetuosas de la gente, algo que considero como una de las pocas herencias positivas que ha dejado el periodo comunista sufrido en este país. Pero todo esto está cambiando rápidamente. Polonia se ha abierto mucho en los últimos cinco años y ha aumentado considerablemente el número de extranjeros que trabajan en este país. Las costumbres también cambian, especialmente en las grandes ciudades, cada vez más globalizadas.

¿Cuál ha sido la cobertura más impactante que has hecho durante estos años?

El accidente del avión presidencial polaco en Smolensk (Rusia), en 2010, me permitió cubrir una auténtica tragedia nacional. Fui testigo del llanto de todo un país por los fallecidos, entre ellos, el entonces presidente de Polonia. Por un momento, la sociedad polaca olvidó sus diferencias, incluso se produjo un histórico acercamiento a Rusia. Fueron días de mucho trabajo, pero siempre con la conciencia de estar asistiendo a un momento histórico.

También he cubierto otros eventos importantes y muy complicados desde el punto de vista informativo, como cumbres del clima de Naciones Unidas, encuentros de la OTAN u otros acontecimientos internacionales relevantes, pero ninguno tuvo el componente emocional que supuso el accidente del avión presidencial polaco en Rusia.

¿Cómo es la vida de un corresponsal en el extranjero?

Una vida que exige estar constantemente al tanto de lo que sucede en el país donde estás. Es lo que yo llamo la dictadura del estar siempre informado. Los medios locales son la forma habitual de saber lo que pasa, pero también es muy importante contar con una red de contactos a los que recurrir cuando se precisa información o declaraciones. Esto es complicado en el Este de Europa, donde la Agencia Efe es casi desconocida, por lo que requiere cultivar mucho las relaciones personales.

Tras la crisis económica los medios de comunicación en España cada vez le dedican menos espacio a la cobertura de noticias internacionales porque es una de las secciones más costosas de mantener, ¿consideras que a pesar de la globalización cada vez conocemos menos la realidad de otros países?

En general el nivel cultural y la inquietud de la población han disminuido en los últimos años. Sea por la crisis económica -que todavía sigue-, por la omnipresencia de Internet o por la globalización, lo cierto es que gran parte de la población renuncia a informarse de lo que sucede a nivel internacional, a pesar de que, por primera vez en la historia de la humanidad, dispone de acceso casi gratuito a innumerables fuentes de información. Deberíamos hacérnoslo mirar.

El museo de Auschwitz, situado en el sur de Polonia, pidió este año a los visitantes que dejaran de hacerse selfies en el que fuera uno de los campos de concentración nazi donde se exterminaron a más personas. ¿Cómo se vivió esta experiencia en el país? ¿Cuál es la política del gobierno en lo que respecta a la memoria histórica del nazismo y el comunismo? ¿Todavía ves traumas al respecto en la sociedad?selfies

Aunque te parezca mentira, Auschwitz es más interesante a nivel informativo para el público internacional, especialmente el judío, que para los propios polacos. Por supuesto que en Polonia se habla de Auschwitz, pero no tanto como puedas imaginar. Concretamente, esa información se valoró positivamente, ya que nadie en su sano juicio quiere que se banalice un lugar con el simbolismo trágico que tiene Auschwitz.

Pero fíjate que, a día de hoy, el principal objetivo del Gobierno polaco en lo que respecta a Auschwitz es evitar que los medios internacionales se refieran a él como un “campo de concentración polaco”. Muchos medios, especialmente anglosajones, así lo hacen. De hecho, el año pasado Varsovia aprobó una ley para penalizar eso, así como a los autores de cualquier estudio, artículo o conferencia donde se sugiera que el pueblo polaco colaboró con los nazis en el Holocausto. La ley recibió un aluvión de críticas al considerarse una vulneración a la libertad de expresión.

Por lo demás, en Polonia existe una auténtica cultura del martirio en lo que se refiere a su pasado reciente, al comunismo y a la II Guerra Mundial. En cada localidad ves decenas de pequeños monumentos o placas adornadas con flores donde se honra a soldados muertos o a víctimas de la represión comunista. El pasado sigue siendo parte del presente, incluida la política.

Polonia ha dado un giro político importante hacia el conservadurismo y la extrema derecha: ¿qué medidas políticas consideras que han afectado más a la sociedad polaca?

Sectores de la sociedad polaca, como el colectivo LGTBI, denuncian que el Gobierno polaco promueve la homofobia y limita sus derechos. La oposición liberal afirma que las reformas del Ejecutivo, sobre todo la de la justicia para imponer un sistema en el que los políticos nombran a los jueces, suponen un ataque a la democracia, la separación de poderes y el estado de Derecho. Desde Bruselas se opina lo mismo. Pero pese a todo, el partido que gobierna Polonia obtuvo en las pasadas europeas una victoria histórica, y parece que repetirá éxito en las próximas generales. Entre las claves de ese amplio apoyo están la buena marcha de la economía y, sobre todo, las generosas ayudas sociales que se han aprobado en los últimos años.

¿Qué es lo que más echas de menos de Murcia?

Te voy a dar una respuesta totalmente cliché: mi familia, la gente, la luz y esa forma campechana de ser que tiene el murciano, que es muy nuestra y que se valora más cuando se tiene lejos. Ahora, en verano, te reconozco que un buen quinto a la orilla del mar Mediterráneo suena mejor que nunca.

¿Cuáles son tu plato polaco y murciano preferidos?

En Polonia me gustan mucho las sopas, sobre todo en invierno. En cuanto a mis platos murcianos preferidos, te diría que todos aquellos que me traen recuerdos bonitos de mi infancia. La comida tiene un fuerte componente emocional, especialmente cuando vives fuera.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy terminando mi doctorado sobre marca-país, algo que me interesa mucho porque, gracias a mi trabajo, he tomado consciencia de la importancia que para cualquier entidad territorial, sea un país, una región o una ciudad, tiene una política coherente de promoción de su propia marca. A muchos les suena aún a chino, pero te aseguro que en el mundo globalizado en el que vivimos va a ser cada vez más importante contar con una marca-territorio fuerte. Además, en octubre comenzaré a dar clases sobre periodismo internacional en una universidad privada de Varsovia. Todo un reto, porque será en inglés, pero ¿qué sería de la vida sin retos?

Etiquetas
stats