Cuando alguien conoce lo que hacemos, siempre nos dicen “yo no podría”, pero sí se puede

Apenas tiene un año, y en su corta biografía anota, entre otras peripecias, una adicción a las drogas más duras en su nacimiento, con tal sobredosis de sustancias nocivas en su sangre que casi le cuesta la vida. Hija de politoxicómanos, esta pequeña pasó su primer mes con un coma inducido. Hoy, además de ser un bebé más que saludable, es sin duda una auténtica superviviente. Cuando está a punto de dar sus primeros pasos, un año después de su llegada al mundo es una niña preciosa, rubia, de profunda mirada, blanca piel y sonrisa permanente, que no deja ni un segundo de ser acariciada por la mano de su madre. No es la que la trajo al mundo, pero sin duda la quiere tanto o más que si la hubiera parido.

María Jesús Arana es su madre de acogida. Junto a su marido Aquilino García Martos, y sus dos hijos biológicos, forma una de las quince familias que crían en su casa, como si fueran suyos, a los hijos de otros. Hijos que muchas veces, casi siempre, son los hijos de nadie.

¿Qué significa ser padres de acogida?

Se trata de atender en familia a aquellos niños que nacen en un ambiente de rechazo o abandono, para que no tengan que ir de primeras necesariamente a un centro de acogida, y para que sepan lo que es una familia desde el minuto uno.

¿Cuánto tiempo pueden estar acogidos?

La acogida suele comenzar con lo que se denomina “urgencia diagnóstico”. En veinticuatro horas te avisan para la recogida, y el máximo de estancia es de nueve meses. En función de la resolución de su situación legal, se puede demorar o adelantar.

¿Cuál es la situación de los niños que acogéis?

La gran mayoría de estos pequeños tiene una historia triste... Otros no, pero la mayoría sí. Ésta estuvo en la UCI su primes mes de vida.

¿Cuántos niños habéis acogido en tu familia?

Varios... Ocho niños, todos chicos, menos ésta que es la primera niña. Es 'la niña de mis ojos'.

Será muy duro desprenderse de ellos. ¿Cómo es el momento de la despedida?

Es un trago muy gordo. Se les quiere mucho. Cuando se van nos autoconvencemos de que con ellos se va una parte de nosotros, de nuestra forma de ser, de vivir... Pensamos en que hemos ayudado a forjar su personalidad, su educación, y eso es grato, por lo que una cosa compensa la otra.

¿Después perdéis completamente el contacto, no?

Totalmente, y es duro, pero entendemos que un niño que entra en adopción necesita tras la acogida un periodo de adaptación a la adopción, con su nueva familia. Hay cierta reserva en que no se rompa el vínculo con nosotros, así que aunque sea duro, la ruptura total facilita las cosas para ellos.

¿Cuántas familias participáis en el programa de acogida?

Somos menos familias de las que quisiéramos... Hemos sido más de treinta, pero actualmente y por la crisis nos hemos quedado en la mitad.

¿Y cómo se os ocurrió la campaña #PañalesParaTodos?

La idea surge de la necesidad de apoyar económicamente a las familias de acogida para poder seguir, y para que se sumen otras. Los productos infantiles son caros, la alimentación y los pañales sobre todo.

¿Cómo se puede colaborar?

Éste es un proyecto solidario para ayudar a familias de acogida de toda España

 que fundamos el 25 de octubre de 2012

. Es una campaña en Red, y tenemos página en Facebook y un hastag en Twitter por el que se nos conoce y que se encuentra en cualquier buscador de Internet: #pañalesparatodos. Además, hay puntos de recogida en varias pedanías del municipio de Murcia, y colectivos que nos apoyan, como la Asociación de Comerciantes de Puente Tocinos, que durante el pasado fin de semana ha ayudado a la recogida de chupetes, biberones, alimentación infantil, leche, potitos, carritos…

¿Qué les dirías a las familias que estén pensando en acoger, como vosotros, para que se animen a hacerlo?

Cuando empezamos a acoger, nos pareció que podíamos aportar un pequeño grano de arena y ayudar a unos pocos niños. El resultado es que esos niños nos han dado tanto, que el pequeño esfuerzo que nuestra familia ha hecho no es comparable a la huella dejada por ellos, que es imborrable.