Reporteros gráficos denuncian el intento de control de Vox en el mitin de Pamplona con la excusa de la seguridad

La Asociación de Reporteros Gráficos de Navarra (AREGNA) ha denunciado el intento de control al que se vieron sometidos por parte de voluntarios y miembros de seguridad privada de Vox en el acto que celebró la formación ultraderechista en Pamplona el pasado día 7 de febrero, que contó con la presencia de Santiago Abascal.

El presidente de AREGNA, José Luis Larrión, considera “inadmisibles” las “presiones” a las que se vieron sometidos fotógrafos y cámaras de televisión tanto en el interior del hotel donde se celebró el acto como en los alrededores. Y añade que denunciarán “cualquier intento de condicionar la libertad de información”. También recuerda que “los profesionales de la comunicación presentes en estos actos solo pretenden ser testigos de la actualidad y transmitir, a través de sus respectivos medios, los contenidos que permitan a los ciudadanos conformar con fidelidad su propia opinión”.

Un vocal de la junta directiva de AREGNA, que cubrió como fotógrafo el acto del pasado día 7, confirma a eldiarionorte.es la “absoluta desconfianza” del partido de Abascal hacia los medios de comunicación: “Teníamos menos libertad de movimientos que en otros actos donde los motivos de seguridad pueden ser más evidentes, como los de la Guardia Civil. Ellos nos dejan más margen”, denuncia.

Un intento de control sin precedentes, que no practica “ningún otro partido en Navarra”, incluyendo a EH Bildu, Podemos, Geroa Bai, Izquierda-Ezkerra, UPN, PSN y PP. “Algunos de ellos son totalmente contrarios a nuestra línea editorial, pero nos ponen muchos menos problemas y entienden mejor la libertad de información”, recalca el profesional.

La “desconfianza” de Vox hacia la prensa libre incluye medidas como citar a los medios una hora antes del acto –“algo totalmente innecesario”, en opinión de AREGNA-, esconder a los medios el paradero de Santiago Abascal, la revisión de mochilas y cámaras a la entrada, la ausencia de libertad de movimientos en el interior del salón -nos dijeron que incluso debíamos ir al baño acompañados“- y la prohibición de tomar imágenes fuera de la sala del mitin para ”preservar la intimidad y la seguridad“ de los seguidores del partido de ultraderecha.

Una vez dentro del salón, la prensa estaba confinada en una esquina alejada del escenario, los periodistas debieron sentarse en el suelo y los fotógrafos y cámaras tomar imágenes “muy forzadas”. Limitaciones que incluían también la obligación de dejar la acreditación a los miembros de seguridad del partido si salían al exterior. Según denuncian cámaras de televisión, el partido pretendió incluso censurar la grabación de imágenes en los alrededores del hotel, si bien tras una discusión con los profesionales cejaron en su empeño al comprender que se trataba de una vía pública y la Constitución protege a los profesionales de la información. “Trabajamos incómodos y presionados”, resumen desde la junta directiva de AREGNA.