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Danza con historia y con futuro

Una actuación del Ballet Nacional Sodre.

Garikoitz Montañés

Un trozo de la historia de Uruguay llega este viernes a Pamplona. El Ballet Nacional Sodre, que el próximo año celebra su 80 aniversario, actúa a las 20:00 horas en el Teatro Gayarre con una representación de El Mesías de Häendel. La obra clásica y la danza contemporánea se dan la mano en un espectáculo con el que pretenden facilitar el acceso del público a un arte que, en ocasiones, puede parecer complicado. Pasado y presente se unen en esta actuación y en el propio ballet, que afronta una refundación de la mano de su director desde 2010, el argentino Julio Bocca, tras el parón sufrido durante décadas por el incendio que en 1971 les dejó sin su sede: el Estudio Auditorio. Y este proyecto para hacer resurgir la compañía, y el ballet uruguayo, busca ahora el respaldo del público navarro.

La cita llega a Navarra tras su paso por ciudades como San Sebastián, Gijón, Avilés, Mallorca o Sevilla. Después, continuará por Logroño o Toledo. Son un total de 27 días por la Península, que ‘acapara’ este año la gira internacional del Ballet Nacional Sodre. “No teníamos pensado hacer esta vez este tipo de recorridos internacionales, sobre todo teniendo en cuenta que el año que viene cumplimos el 80 aniversario y pretendemos hacer una gran gira por todo el mundo, pero surgió esta posibilidad de venir a España [donde hubo conversaciones para contratar al Ballet Contemporáneo del Teatro de San Martín, de Buenos Aires, que finalmente no fructificaron] y, para nosotros, supone una gran oportunidad, que nos ha llegado caída del cielo, de mostrar este renacer del ballet”, cuenta el coordinador de la gira, Gustavo Casco.

Porque, en realidad, tras tantos años sin sede (por razones burocráticas y económicas, la reinauguración se dilató hasta finales de 2009), el Ballet Nacional Sodre ha necesitado un nuevo impulso. Se han perdido generaciones de espectadores y bailarines y, para llevar a cabo esta renovación, se decidió contar con el prestigioso Julio Bocca como director. Esta labor, además de la proyección internacional, también pasa por hacer llegar la danza a los colegios, ya no solo para crear público, sino también nuevos bailarines y técnicos, “y creo que hemos logrado despertar ese interés”, apunta Casco. Para ello, han recorrido buena parte de Uruguay, adaptándose a diferentes escenarios, ya que no todas las regiones disponen de su propio auditorio, y han pasado por gimnasios o, incluso, escenarios al aire libre.

La obra: una apuesta muy directa

En la actualidad, el Ballet Nacional de Uruguay cuenta con 65 bailarines, entre los que además de artistas uruguayos también hay argentinos, venezolanos, peruanos, españoles e, incluso, una japonesa y una australiana. De ahí que Casco, entre bromas, asegure que “intentamos comunicarnos en español, en inglés y, a veces, incluso por signos”. De ellos, 28 bailarines, seis técnicos y cuatro personas de producción giran ahora por España con una nueva obra, cedida por el mencionado Ballet San Martín: una adaptación con coreografía de Mauricio Wainrot de El Mesías de Häendel.

Para Casco, el objetivo de la obra es claro: de forma muy directa, concisa (alrededor de 75 minutos), sin cambios de escenografía, se trata de emocionar al público. Para ello, emplean una música muy conocida y una representación que quizá el respetable no entienda en su totalidad (no hay argumento), pero que sí sentirá. Consiste en una reflexión sobre la espiritualidad que pretende dejar a los espectadores con una sensación de paz. Y, de paso, acercar la danza y permitir que esta compañía se afiance cuando falta muy poco para que se vuelva octogenaria.

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