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Valcaldera, el testimonio de una masacre

El homenaje se celebró en 2014 por primera vez / Foto: Hedy Herrero / affna36.

Garikoitz Montañés

De 53 presos, solo uno logró escapar de los fusilamientos de Valcaldera, en el municipio navarro de Cadreita. Con una herida de bala en una pierna, echó a correr aprovechando que se hacía de noche, se subió a un árbol mientras lo buscaban sus verdugos, logró remontar el río Aragón, llegar a los Pirineos y pasar la frontera a Francia. Fue Honorino Arteta Echarri, también acordeonista de la peña La Veleta entre los años 1931 y 1936, cuya historia ahora puede resultar más conocida para la ciudadanía navarra en general porque su nieta, Chantal Estrade, fue una de las lanzadoras del chupinazo de San Fermín de este año. Estrade afirmó antes del pasado 6 de julio que ese honor, el de prender la mecha del cohete festivo, era una forma de “honrar la figura de nuestros abuelos”. Algunos de ellos, de quienes perdieron la vida en torno a la Guerra Civil, aún no han sido exhumados.

La historia de Arteta no es la única que se conoce de aquella masacre, en gran medida porque fue un secreto a voces. “Las instituciones y la iglesia también sabían qué estaba ocurriendo aquel 23 de agosto de 1936 porque, por ejemplo, se movilizó a una cofradía para atender a los condenados a muerte”, cuenta Eneko Arteta, cuyo padre era primo carnal de Honorino.

Valcaldera, en cuya investigación han buzeado escritores como Galo Vierge o Miguel Sánchez-Ostiz, pasó a la Historia como el primer fusilamiento masivo en Pamplona tras el alzamiento. Quienes lo sufrieron eran personas asociadas a sindicatos, a la organización de huelgas o partidos de izquierda y, según relata Arteta, días antes de ser ajusticiados se les dijo que iban a ser liberados, que “no tenían de qué preocuparse si no tenían delitos de sangre o no eran comunistas”. Pero aquel día, casi al anochecer, cuando les sacaron de la cárcel de Pamplona y vieron que en el autobús les acompañaban falangistas, requetés y confesores, supieron que no sería así.

El programa

La asociación de familiares de fusilados de Navarra, affna36, ha organizado para este próximo domingo un acto en recuerdo de lo sucedido, una actividad que afronta ahora su segunda edición, tras la celebrada en 2014. Para rememorar estos fusilamientos (en la web de la asociación puede verse el listado de las 52 víctimas y el único fugado), el programa incluye un acto dividido en dos partes. Primero, a partir de las 18:00 horas, en el solar que antes albergaba la cárcel de Pamplona se recordarán los nombres vinculados a la masacre. La entidad también vuelve a reivindicar, como ya hizo el año pasado, que se investigue qué pasó con los restos, que fueron exhumados de Cadreita, trasladados al Valle de los Caídos y, después, supuestamente volvieron a Navarra en 1979 (en principio, tras un homenaje celebrado en Corella, pudieron ser enterrados en un cementerio próximo), aunque, según apuntan desde affna36, aún no está claro su destino final.

Además, este próximo domingo un autobús (para reservar plaza, las personas interesadas pueden apuntarse hasta el próximo 21 de agosto) trasladará a las personas asistentes hasta el corral de Valcaldera, aquel punto en el que, al parecer, se trasladó a los prisioneros porque se habían preparado las fosas para enterrarlos. Allí, sobre las 19:30 horas, finalizará el acto en una hora similar a la que, al parecer, se produjeron los disparos hace 79 años.

El colectivo iniste también en solicitar que Valcaldera sea reconocida por la ley foral de Memoria Histórica, esa que el nuevo Gobierno Foral se ha comprometido a cumplir (contempla acciones como promover exhumaciones y eliminar símbolos franquistas), como un lugar clave vinculado a la Guerra Civil. Como un entorno trágico que no hay que olvidar, sino destacar y señalizar.

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