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Los acusados de desórdenes terroristas en Pamplona en 2017 se desvinculan de las barricadas

navarra.eldiarionorte / EUROPA PRESS

Los cuatro jóvenes acusados de desórdenes públicos terroristas por los disturbios ocurridos en Pamplona el 11 de marzo de 2017 han asegurado durante el juicio que acoge en su contra la Audiencia Nacional que no lanzaron piedras ni quemaron contenedores y que solo participaron en la manifestación convocada por el entorno de la izquierda abertzale para protestar contra la represión “en general” y en concreto de la juventud.

Los acusados, que se enfrentan a siete años de cárcel cada uno por estos hechos, han explicado ante el tribunal que no guardan ningún tipo de relación con las personas que convocaron la manifestación que derivó en grandes disturbios en el caso viejo de la ciudad y que no se profirieron gritos a favor de la banda terrorista ETA o de los presos, pero sí acerca de que la “lucha es el único camino”.

Tres de ellos --Asier P.B, Rubén I.B y Endika E.M-- están siendo representados en el juicio por el histórico letrado de la izquierda abertzale Íñigo Iruín. En su declaración como investigados han precisado que se desplazaron desde Rentería (Guipúzcoa) para participar en la concentración en un autobús alquilado para ello “porque salía más barato” y que recibieron el alto de la Guardia Civil antes de entrar en Pamplona. Según Asier P.B, los agentes les identificaron y les dejaron continuar a sabiendas de que iban a participar en la marcha, de ahí que no sospecharan que no estaba comunicada a las autoridades.

Este acusado ha dicho que en el momento comenzaron los disturbios se produjeron cargas policiales y los tres amigos salieron corriendo y se refugiaron en un bar. Momentos después, agentes de paisano se acercaron a ellos para pedirle la hora, les identificaron y detuvieron propinándole un puñetazo a Asier, que le provocó su caída al suelo.

Rechazan ser las personas del vídeo

Asier P.B también ha negado el ser el joven que aparece en el vídeo visionado durante esta primera sesión de vista oral ya que, según su relato de los hechos, él acudió con sudadera roja y el identificado portaba ropa negra. Por su parte, Rubén I.B también ha negado ser el joven identificado por los agentes porque dice que no portaba pasamontañas y que huyó al estallar los disturbios en los que se lanzaron piedras, contenedores, artefactos pirotécnicos y se intentaron quemar cajeros.

Misma versión ha mantenido Endika E.M en su interrogatorio ante el tribunal que preside la magistrada María José Rodríguez Duplá, a quien le ha dicho que la marcha duró apenas unos minutos y que no participaron juntos en la misma ya que él iba detrás y sus amigos por el medio. También ha detallado que se vieron obligados a volver a la plaza de la Fuente de Navarrería porque era el punto fijado para reunirse y volver de nuevo a la zona donde les había dejado el autobús.

Sin embargo el fiscal del caso --el mismo que ejerció la acusación en el juicio sobre las agresiones de Alsasua-- apunta en su escrito que estos tres detenidos, más Julen P.G, el cuarto acusado, acudieron a la convocatoria de aquel 11 de marzo para realizar “ataques perfectamente organizados” usando para ello guantes y capuchas con las que ocultar su identidad. Enmarca estas acciones en el ámbito de la campaña de violencia ('kale borroka') organizado por la izquiera abertzale.

Cita con una mujer

Por su parte, Julen P.G ha explicado que acudió a Pamplona porque tenía una cita con una mujer, si bien ha reconocido que participó en la marcha y que portaba una piedra en la mano, de acuerdo con las imágenes visionadas en la vista oral, aunque ha negado que la lanzara contra los agentes.

El interrogatorio a los acusados ha seguido a la exposición de cuestiones previas en las que la defensa ha pedido al tribunal que sus clientes declararan tras las testificales para evitar que todo el juicio gravite en relación a sus testimonios. El tribunal, de acuerdo con el criterio de la Fiscalía, ha denegado la solicitud y ha decidido no alterar el orden de pruebas porque considera que sus derechos ya están garantizados.

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