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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Koxka, año nuevo ¿vida nueva?

Una manifestación de la plantilla Koxka, a su paso frente al Parlamento foral.

Garikoitz Montañés

“Cada día que pasa, sabemos que Koxka pierde valor”. Representantes de la plantilla de esta planta industrial, dedicada al mobiliario industrial de frío y ubicada en el polígono pamplonés de Landaben, lamentan de esta forma cómo el proceso para que la fábrica pase a manos de un nuevo comprador sigue alargándose. No obstante, estos trámites afrontan, por fin, su parte final. Al final de 2014 estaba previsto que se aplicara el ERE de extinción ya acordado entre los representantes sindicales y la administración concursal, pero finalmente este paso no se dará hasta que, finalmente, el Juzgado de lo Mercantil dé luz verde al plan de liquidación. Este trámite se producirá, previsiblemente, más allá del Día de Reyes, y así se abrirá la puerta a que entre un nuevo comprador y, por el momento, ya ha trascendido que hay dos empresas interesadas.

La historia de Koxka, tras más de medio siglo de vida, afronta un momento decisivo. La empresa tenía este verano unos 280 trabajadores en Pamplona y alrededor de 55 en Kobol (Peralta); en la actualidad, la firma se encuentra en concurso de acreedores y falta por dilucidar el futuro de la compañía. La plantilla culpa de esta situación a la gestión de los hasta ahora propietarios, el fondo de capital riesgo estadounidense AIAC. La empresa, originalmente familiar, llegó a sus manos tras pasar por Hussmnn, la compra de esta por parte de IR, su desinterés en la firma pamplonesa y la actual crisis económica. Desde el Comité de Empresa describen a AIAC como un fondo buitre que apretó a los proveedores, ajustó los salarios y acumuló deuda hasta llegar hasta la situación de pre-concurso de acreedores y, ya desde el pasado mes de septiembre, el concurso propiamente dicho.

Desde la plantilla reconocen su falta de información y su cansancio ante esta situación. En la actualidad, el proceso concursal sigue adelante y la plantilla afronta un ERE de suspensión, por lo que quienes lo solicitan siguen cobrando el paro pero no pierden su antigüedad en caso de que la plantilla pudiera, finalmente, ser asumida por el nuevo comprador. Si fueran despedidos, en cambio, directamente reiniciarían su vida laboral en la nueva empresa.

En cualquier caso, los representantes sindicales ya alcanzaron un acuerdo con la administración concursal sobre las condiciones del ERE de extinción (ELA y LAB no lo respaldaron, y criticaron a CCOO y UGT por apoyarlo), pero con una condición: que este no se aplicara hasta que se conociera que alguna de las empresas que opten a llevar las riendas de Koxka asumiera la subrogación de la plantilla. Si ninguna estaba dispuesta a hacerlo, entonces también arrancaría este Expediente de Regulación de Empleo de extinción. De esta forma se evita, por ahora, que los despidos de la plantilla se apliquen este fin de año.

A la espera de conocer las ofertas

Por lo demás, el proceso sigue adelante. Representantes de los trabajadores y trabajadoras se han reunido este martes con el administrador concursal para conocer la situación. Por el momento, con el plan de liquidación ya presentado por la administración concursal en el Juzgado, falta que la juez lo apruebe (algo en lo que siempre puede haber recursos de los acreedores) para permitir que las empresas interesadas puedan presentar sus ofertas. Desde la administración concursal ya han trasladado a la plantilla que, por el momento, ha habido entre dos y tres empresas que han mostrado interés por continuar con la producción en Koxka. Pero una cuestión que no ha trascendido es qué parte de la plantilla están dispuestas a asumir.

En principio, según fuentes presentes en esa reunión, se espera que una vez superadas las navidades, tras el Día de Reyes pueda conocerse la decisión de la juez de lo Mercantil, lo que activaría la liquidación de la empresa y la presentación de ofertas. Desde la plantilla siempre se han mostrado convencidos de que Koxka tiene futuro, y que la actividad puede recuperarse, pero está por ver en qué condiciones. El arranque de 2015 se presenta, por fin, como una fase clave para poner punto final a la fábrica actual y desvelar si, finalmente, la empresa puede reiniciarse.

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