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El cambio de los bancos con las cláusulas suelo, ¿una derrota o la forma de evitarla?

Una vivienda en venta.

Garikoitz Montañés

CaixaBank y Bankia anunciaron el pasado 23 de octubre que eliminaban las cláusulas suelo de, en total, 230.000 hipotecas. La mayoría de esas condiciones, según precisaron desde la entidad financiera, provenía de entidades adquiridas, como Banca Cívica y Caixa Girona. En cualquier caso, la noticia dista mucho de dejar la cláusula suelo como un problema definitivamente del pasado. Para empezar, porque todavía hay personas afectadas en otras entidades que tienen que estudiar sus opciones y decidir, por ejemplo, si llegan a un acuerdo con el banco, también pueden recurrir ahora y optar como ha reconocido el Tribunal Supremo a eliminar esta cláusula y reclamar su dinero pero únicamente desde mayo de 2013, o bien esperar a que se pronuncie la Justicia europea. Por el momento, Bruselas ya ha sugerido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que se devuelva por completo el importe cobrado mediante estas cláusulas. Sin límite. Mientras tanto, entidades que promueven demandas en Navarra y Euskadi insisten en que aún queda camino por recorrer, a pesar de que las últimas sentencias parecen haber herido gravemente a estas cláusulas, un límite al interés variable de la hipoteca por lo bajo que se activa si el interés ordinario (que a menudo, pero no siempre, es el Euríbor) cae por debajo de ese suelo.

Alberto Lazcoz, representante de la asociación de consumidores Irache, asegura que la decisión de CaixaBank “va a hacer dudar a mucha gente”, que al ver que se retira la cláusula suelo puede optar por no reclamar y evitarse la tensión de un proceso judicial. Para Lazcoz, la decisión anunciada por CaixaBank con estas cláusulas heredadas es una muestra de que, por un lado, “ven que tienen posibilidades de perder y que lo tienen complicado en la mayoría de los casos, aunque siempre hay excepciones”. Y, por otro, también es una forma de “mejorar su imagen” ante un enfrentamiento que ha generado muchas tensiones, movilizaciones y acusaciones.

Las sentencias, además, siguen conociéndose. Irache, por ejemplo, anunció la semana pasada una favorable a los intereses de su asociada: un juzgado de primera instancia de Pamplona anuló una cláusula suelo de una clienta con el Banco Popular por considerar que ella no tuvo un conocimiento exacto del alcance de la cláusula. En este caso, el suelo, el mínimo que debía cobrar la entidad, era de un 4%, mientras que el techo estaba en el 12%, algo que el Juzgado también consideró desequilibrado. En cualquier caso, como se puede cobrar únicamente desde la sentencia del Supremo sobre esta cuestión (de mayo de 2013), la devolución ascendería (aún está pendiente de cálculo) a unos 4.000 euros.

Así, Irache recuerda que unas 1.800 personas ya se han acercado hasta la asociación para interesarse por este tipo de cláusulas, y 309 han optado por una demanda. Pronto se presentará, así, una que incluye a otras 165 personas.

El temor de las asociaciones

Desde otro despacho que ha encabezado este tipo de procesos, Iurisconsum, el abogado Ignacio Ferrer subraya que, pese a este paso de CaixaBank, y a la decisión de otras entidades como Sabadell de atender las reclamaciones y devolver los importes, hay otras como Caja España o Popular que no han eliminado esas cláusulas suelo y alguna, caso de Caja Rural de Navarra, que ahora ofrece otras posibilidades a sus clientes para eliminarlas, como temían asociaciones de consumidores.

Fuentes de la entidad confirman que, desde agosto, ya se ha ofrecido a las personas afectadas por la cláusula suelo que la sustituyan, por ejemplo, por una serie de opciones, entre las que incluyen un interés fijo durante unos ejercicios, o bien que la mantengan, pero ofreciendo toda la información necesaria que, según puntualizan, es lo que ha fallado ante la Justicia, por considerar que estas cláusulas suelo se firmaron sin la trasparencia necesaria. Por tanto, ahora insisten en que decide el o la cliente.

Por casos como este, responde Ferrer, afrontan un caso en Gipuzkoa por 61 escrituras (alrededor de 51 de ellas de personas residentes en Euskadi, y las 10 restantes de Navarra) afectadas por la cláusula suelo, que han motivado una demanda de estas personas que se han asociado en el colectivo Asafsucar (asociación de afectados por cláusulas suelo de Caja Rural). Un juzgado de lo mercantil de San Sebastián no ha admitido que esas alrededor de 120 personas se agrupen en una demanda, asunto que ahora está pendiente de resolverse en un recurso, aunque esa opción de agrupar las demandas ya ha sido avalada por el Supremo. Sea como fuere, este abogado insiste en que “la batalla aún no se ha ganado”, a pesar de que sí parece haber un cambio de estrategia por parte de diversas entidades financieras.

(Edición actualizada).

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