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Sin hogar en San Fermín: porque “no todo el mundo está de fiesta”

Garikoitz Montañés

Los hoteles de Pamplona rozaban el 70% de ocupación a un mes del inicio de las fiestas, y eso a pesar de que desde la Asociación de Hostelería de Navarra aseguran que la asistencia a los festejos sigue descendiendo durante los últimos años. En unas fechas en las que la población de la capital navarra se dispara, es habitual ver a mochileros durmiendo en los parques, bancos o en los accesos a comercios. Esa imagen de las fiestas se confunde con otra realidad: ¿qué pasa con las personas sin techo durante los sanfermines en Pamplona?

Desde la ONG París 365, conocida sobre todo por la gestión de su comedor social (entre otros servicios), echan en falta que sigan activos más recintos municipales durante las fiestas. París 365, por ejemplo, da durante los sanfermines un uso comercial a su comedor, al ofrecer menús solidarios por 25 euros para todo tipo de público pero, además, a través de otro local, ofrece un menú en las mismas condiciones pero para llevar a personas con necesidades sociales. En concreto, la ONG cierra antes de las fiestas las posibles personas beneficiarias de este servicio (en la actualidad son 110), para así confirmar que atienden a personas en una situación de necesidad (algo que, defienden, resultaría más complicado si ese listado de personas beneficiarias siguiera activo durante las fiestas), ya sea dándoles una cesta de la compra para todo el mes antes de San Fermín o bien repartiendo cada día esos menús para llevar para personas que sufren pobreza energética o que carecen de hogar.

La coordinadora de proyectos de París 365, Eliana Alemán, reconoce las dificultades de ofrecer servicios de este tipo durante las fiestas, dado el aumento de la población, pero cree que por parte del Ayuntamiento por lo menos debería haber algún tipo de ayuda. “No todo el mundo está de fiesta”. lamenta. En el caso de París 365, su prioridad es garantizar a estas personas el acceso a la alimentación, pero Alemán echa en falta por ejemplo que el albergue siga funcionando, en el programa para personas empadronadas.

Desde la fundación Xilema, que gestiona el Centro de Atención a Personas sin Hogar de Pamplona (en 2014 atendió a 1.882 personas diferentes a través de sus tres programas, según se recoge en su memoria), explican que este se cierra entre el 5 y el 14 de julio porque su funcionamiento es incompatible con el descanso de los usuarios (la mayoría de los atendidos son hombres de entre 35 y 54 años), especialmente durante los fines de semana. Por ello, se opta por derivar a las personas del programa de empadronados, que residen en Navarra pero duermen en este centro, a albergues de otras ciudades como San Sebastián, Huesca u Oviedo, entre otras. Para ello, se les abona tanto el billete de ida como el de vuelta y la estancia en estos centros está concertada. “Van a los lugares que ellos eligen y tienen el sitio reservado”, especifican desde la entidad.

Por otro lado, tampoco está operativo el servicio para itinerantes, como se llama a las personas sin hogar que no están empadronadas en la ciudad y que se mueven de forma constante, una función para la que el albergue dispone habitualmente de 25 plazas, pero que exige que no haya consumos como una de sus reglas básicas. Y el tercer programa que para durante las fiestas es el mencionado de los educadores de calle: las atenciones durante ese periodo corresponden a la Policía Municipal y los servicios de emergencia.

Una labor más complicada en fiestas

Alemán, al valorar esta situación, entiende que el programa para itinerantes no funcione porque podría atraer a personas que simplemente visitan los sanfermines y que busquen un alojamiento gratuito durante tres días (es el máximo que se ofrece con este programa) y no a aquellas que sufren una alta exclusión, y también que no se desarrolle el programa de educadores porque su labor resulta más complicada durante los festejos, pero no está de acuerdo con el cierre momentáneo del albergue. Porque le parece “terrible” que, al final, las personas sin hogar sean derivadas a centros de otras ciudades: “Para nosotros también es complicado ofrecer el servicio durante las fiestas, pero lo hacemos porque vemos que hay gente que lo necesita”.

El verano es, además, una época en la que generalmente aumenta el número de personas que duerme en la calle. Los educadores de calle de Xilema calculaban antes del estío que en Pamplona había unas 15 personas viviendo de esta forma pero, por ejemplo en sanfermines, es más habitual que haya personas durmiendo en parques o coches, y esto último, por ejemplo, complica la labor de los educadores para poder localizar y acompañar a estas personas.

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