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Una nueva proyección de 'Edificio España', otra conquista

El 'Edificio España', ubicado en pleno centro de Madrid.

Garikoitz Montañés

La Filmoteca de Navarra acogerá este miércoles la proyección del documental Edificio España. Con esta película arranca la sexta edición del ciclo Arquitectura de cine, organizado en Pamplona por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, principalmente dirigido a amantes de la arquitectura, el urbanismo o el diseño. Sin embargo, la simbología en torno a esta película es aún mayor. Por el edificio que es, por cómo se construyó, se vació, reformó y volvió a paralizar, afectado por la actual crisis económica. Edificio España es un símbolo de la opulencia de tiempos pasados y del mercado inmobiliario, pero también del poder del sistema financiero. Porque el Banco Santander, antiguo propietario del edificio y que en su día permitió el rodaje durante las obras de rediseño de este ambicioso bloque situado en la plaza de España de Madrid, después vetó su exhibición durante alrededor de 15 meses. Así que cada proyección de esta obra es, al final, una prueba de que el arte puede vencer a otros intereses.

Su director, Víctor Moreno (Santa Cruz de Tenerife, 1981), reconoce que cada proyección es una conquista. Y valora “la repercusión” que acompaña a la obra, a pesar de no tener el tirón de las películas mainstream por aquello de ser un documental, pero con el empuje que, entre otras cuestiones, le ha brindado contar con una nominación a los Goya en 2015 como mejor película documental. Un reconocimiento merecido tras su rodaje en un lugar emblemático, en un momento clave y su salida a la luz a pesar de las dudas del Banco Santander; Edificio España tiene una historia antes, durante y después de su realización.

La historia del Edificio España, en general, está marcada por las cifras, como a menudo ocurre en los proyectos caracterizados por su ambición y su simbología. El rascacielos de unos 117 metros de altura, fue impulsado en 1953 como muestra de prosperidad del régimen franquista. Tiene 28 plantas y albergó 200 viviendas, 400 oficinas, galerías comerciales, restaurantes y hasta un hotel. Era lo que se conoce como un edificio ciudad, por cuyo hall podían pasar unas 3.500 personas al día. Sin embargo, se quedó vacío. En 2005, lo adquirió un fondo inmobiliario dependiente del Banco Santander (se estima que pagó por él a la inmobiliaria Metrovacesa alrededor de 389 millones de euros) y, en 2007, afrontó una importante renovación integral. Entre los proyectos barajados, estaba convertirlo en una sede de 300 viviendas de lujo, un hotel y diversos locales comerciales.

Moreno se propuso entonces grabar esta transformación, y así empezó en septiembre de 2007 su documental. Al principio, se trataba de captar ese proceso y el trabajo de alrededor de 200 obreros pero, con la explosión de la burbuja inmobiliaria, el documental sobre el Edificio España se convirtió en un símbolo de la crisis, después de que, poco a poco, se fuera quedando sin trabajadores y sin función. La reforma se paralizó y, en 2010, el equipo volvió a la zona para mostrar una mole sin uso, muestra de tiempos (y capitalismos) pasados. “Mi intención era grabarlo sin salir nunca del edificio, pero al final todo lo que estaba pasando fuera se coló en el interior”, rememora Moreno. Y lo llamativo del proyecto es que supo reaccionar, adaptarse a esa realidad y reflejarla. De ahí que su director hable del documental como una narración “incuestionable” de lo ocurrido, sin exageraciones. Solo el reflejo de la vida de 200 obreros, nativos y extranjeros, que se quedaron sin trabajo mientras reformaban un símbolo en un país en el que muchos de esos símbolos se caían.

El documental de Moreno, de 94 minutos de duración, vio la luz después de cuatro años de trabajo en certámenes como el Festival de Cine de San Sebastián, en 2012. Pero ese no fue el inicio de su comercialización. El Banco Santander creyó que el documental (en el que, por cierto, nunca se mencionaba el nombre de la entidad financiera) podía afectar a la comercialización del edificio y decidió apelar a una cláusula del contrato con los responsables de la cinta e impedir su proyección. A través de un burofax, en octubre de 2012, dejó claro además que el equipo no podía hacer referencia a estas razones.

Un recorrido “doloroso”

Así arrancó una pelea en silencio, de “incomprensión, dolor, frustración e incomodidad”, después denunciada a través de los medios de comunicación, donde hubo muestras de apoyo al proyecto de profesionales del mundo del cine. Al final, fueron 15 meses en los que los responsables de Edificio España rechazaron “por lo menos” más de 30 posibles exhibiciones, además de perder la posibilidad de participar en muchos festivales. Y, finalmente, tras estas movilizaciones, el Santander dio su brazo a torcer y, en febrero de 2014, concedió a Moreno total libertad para proyectar su obra. Cabe recordar que, en junio de 2014, el banco tramitó la venta del edificio (se habló de 265 millones) al magnate chino Wang Jianlin; Moreno, no obstante, asegura, con algo de cansancio en la voz, que está embarcado en otros proyectos y que ya no sigue el devenir del recinto.

Ahora, Edificio España abre con normalidad un nuevo ciclo de cine en Pamplona. El Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro y la Filmoteca de Navarra inician así una serie sobre arquitectura y urbanismo que continuará los días 13, 20 y 27 con las películas Unfinished spaces (2011), The Competition (2013) y Strangers when we meet (1960). La entrada es libre hasta completar aforo, pero para asistir basta con retirar una entrada una hora antes de la proyección (20:00 horas) en la propia Filmoteca. El director del documental, Víctor Moreno, acudirá a esta muestra para presentar un largometraje que, asegura, volvería hacer si estuviera en su mano, pero que no es un documental más, sino “una huella” de algo, la burbuja inmobiliaria, “que no debemos olvidar”.

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