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Sobre este blog

Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.

Condones vascos contra la gonorrea española

Iker Armentia

Aprendí a montar en bicicleta donde Arzalluz dijo “este pueblo no cabe en la Constitución”. Antes de que el horizonte se llenara de torres de viviendas, el PNV celebraba el Alderdi Eguna (Día del Partido) en las campas de Salburua a las afueras de Vitoria, cerca de casa de mis padres. Una vez al año, mientras estaba tirado en el sofá viendo alguna película los sábados por la tarde, escuchaba en la calle gritos de “independentzia” y solía pegar un respingo y asomarme a la ventana a mirar si había bronca. Era raro, por esa calle, la calle Santiago, nunca pasaban las manifas en Vitoria.

Al rato caía en la cuenta de que eran los militantes de EGI, la organización juvenil del PNV, que, acampados durante el fin de semana en Salburua, cruzaban el barrio para dirigirse al centro de la ciudad. Probablemente en mi adolescencia escuché a Iñigo Urkullu gritar a pleno pulmón “IN-DE-PEN-DEN-TZIA”. Ahora es más fácil encontrarte con el Yeti.

Cuando la fiesta se había pasado y los jóvenes del PNV habían desmontado sus tiendas y regresado a casa, volvíamos a las campas de Salburua a hacer volar cometas o buscar grillos con una paja de hierba, y nos encontrábamos los restos del jolgorio. Nos encontrábamos, por ejemplo, condones usados. Admiraba al PNV: follaban.

Todo esto me viene a la cabeza porque las juventudes del PNV han repartido en esta campaña electoral 10.000 preservativos bajo el lema “Protege lo tuyo. Que el 26 de junio no te la metan doblada”. “Lo que buscábamos era animar a la juventud a votar al PNV”, explicaban desde EGI a Verne. “Y como centramos nuestra campaña en que protegemos sus intereses, sus becas, la cultura, del centralismo…. pensamos en la idea del preservativo”. Dicho de otra manera: condones vascos contra la gonorrea española.

La campaña tiene su gracia hasta que te preguntas si los condones vascos sirven también para la gonorrea vasca, no sea que te aventures a hacerlo a pelo pensando que en Euskadi no hay gonorrea, y luego pasa lo que pasa y Anticorrupción manda a la Guardia Civil a buscar cajas de documentos en la lonja de Pasaia. O un juez abre juicio contra los ex altos cargos del PNV acusados de liderar una trama de corrupción en Álava. O las Haciendas vascas son un coladero de fraude fiscal. O meten en la cárcel al que tiene que controlar a los defraudadores de Bizkaia.

Ya saben, se supone que en El Oasis Vasco no hay gonorrea.

Como en todas las elecciones generales, en Euskadi se ha reproducido el debate sobre quién va a defender mejor los intereses de los vascos en el Congreso: ¿los partidos abertzales o los no abertzales? El PNV es el más contundente en plantear este discurso. “Primero Euskadi. Es lo que importa”, dice su lema, reforzado con los preservativos de EGI.

En las elecciones generales las formaciones nacionalistas suelen denunciar que juegan con desventaja. En EH Bildu andan muy preocupados por el mordisco electoral que les ha dado Podemos, y en el PNV sueñan con ser decisivos después de cuatro años de mayoría absoluta del PP y se quejan de que en los medios apenas se hable de los vascos. “Nosotros no tendremos televisiones, pero tenemos batzokis”, titulaba en su videoblog el director general de la televisión pública vasca durante 9 años, Andoni Ortuzar, ahora presidente del PNV. Pero el PNV no tiene demasiados problemas. Gana casi siempre, e incluso gana a veces cuando pierde. Y Errejón ya les ha escrito una carta de amor.

Contaba Alfonso Alonso el otro día que se le acercaron unos conocidos del PNV y le dijeron: “Algo tendréis que hacer, que vienen los de Podemos”. Alfonso Alonso con su sorna habitual les respondió: “Sí, mirad, podemos hacer algo, podéis votar en secreto al Partido Popular”. Y eso es lo que hará mucha gente en Euskadi este domingo: votará, en secreto o no, a un partido diferente al que lo hará cuando tenga que elegir al lehendakari en octubre.

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Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.

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