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“Con la crisis se apuesta más por evitar desahucios, pero no se debe dejar la exclusión residencial en segundo plano”

Las autoridades inauguran las I Jornadas de exclusión residencial en Euskadi

Paola Fernández

San Sebastián —

La técnica de intervención social participante en el grupo de trabajo Kale Gorrian, Iratxe García, cree que “es cierto que estamos en una situación de crisis económica y social”, por lo que “es difícil tomar ciertas medidas”, ya que por un lado “no hay esa partida económica de la que se disponía antes” y, por otro “se apuesta más por evitar desahucios”. Así, entiende que “en vez de dejar que aumente esa población de personas sin hogar, se intente paliar el número de personas que puedan acabar en la calle”, pero no cree que se deba dejar la exclusión residencial “en segundo plano”, porque todavía “se pueden seguir haciendo mejoras en los sistemas de servicios sociales”.

Durante las I Jornadas sobre exclusión residencial en Euskadi celebradas este martes en el Museo San Telmo de San Sebastián, el SIIS Centro de Documentación y Estudios ha presentado un estudio que se realizó en el 2012 en el que se concluyó que en Euskadi 1.704 personas se encuentran en exclusión residencial grave y de ellas 243 viven en la calle. Según una de las creadoras del informe, Raquel Sanz, esto ha servido para conocer esta realidad y diseñar estrategias de intervención social, porque “estas personas pertenecen a un colectivo que no tiene voz pública y muchas veces su situación se construye a partir de una imagen social que está llena de estereotipos que no se ajustan a la realidad”. García no cree que este informe “vaya a saco roto”, porque existen ejemplos de mejoras como la celebración de estas Jornadas o que se haya ampliado a todo el año la apertura del centro de baja exigencia Gaueko en San Sebastián. “No es cuestión de simplemente hacer recuentos y ya está, sino de hacerlos e intentar buscar soluciones a las necesidades que se detectan”, afirma.

El trabajo de campo de esta investigación se realizó, de forma simultánea, en los tres Territorios Históricos, gracias a la participación de 678 personas voluntarias. Entre estos datos destaca el alto porcentaje de hombres, 87% y la edad media de 35 años. Además, aunque el 87% cuente con tarjeta sanitaria, Sanz señala que “todavía hay una parte importante que no cuenta con ella”, sobre todo teniendo en cuenta que el 38% de las personas analizadas tiene alguna enfermedad crónica, el 8% tiene VIH, SIDA o hepatitis y el 14% problemas mentales. La participante de Kale Gorrian ha querido destacar la importancia de la participación ciudadana para la “sensibilización y la visibilización de la situación”, porque a su juicio “la gente se queda con la estética fea de me están molestando en mi portal, pero hay una realidad de fondo”.

Lo primero una vivienda

Durante estas jornadas también se han expuesto tendencias innovadoras desarrolladas en varias ciudades europeas como el ‘housing first’. Iratxe García ha apuntado que estas les sirven a los técnicos “para cambiar un poco la perspectiva a la hora de intervenir”. En este sentido, ha explicado que aquí para entrar en un centro existen siempre unos requisitos. Así, cuando una persona que vive en exclusión residencial es consciente de su problemática y quiere hacer un cambio, “tiene que pasar por un examen brutal”, ya que “el tema del alcoholismo o la enfermedad mental son características que suelen acompañar a personas sin hogar”. Por ello, muchas veces lo que se consigue es que “la persona recaiga”.

El ‘housing first’ lo que propone es que se le dé acceso a la vivienda y luego se va trabajando poco a poco aspectos como el conductual, las habilidades sociales, el consumo de sustancias o enfermedad mental, “la persona se va adaptando a los ritmos”, porque si una persona entra en un proyecto de larga estancia se tienen que habituar a las normas y a convivencia con personas que no están dentro de sus amistades. García asegure que “hoy por hoy, lo que hay da resultados positivos, lo que es cierto es que el grado de exigencia muchas veces dificulta el acceso a la persona”, por ello se está empezando a dar “flexibilidad”.

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