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“Intentamos hacer comedia de lo que nos está atormentando a todos”

El actor Pablo Chiapella. |

Rubén Alonso

El famoso actor Pablo Chiapella, conocido principalmente por su papel de Amador en la serie 'La que se avecina', llega al Festival de Invierno de Torrelavega con la representación teatral 'La puerta de al lado'. Se trata de una obra que, en palabras del propio protagonista, transmite el mensaje de que “a veces buscas lo que crees que es más beneficioso para ti, y luego resulta que lo completamente opuesto es lo que te despierta el amor y probablemente el aprendizaje”. El popular artista califica de “desorbitado” el 21% de IVA, y asegura que él “ha tenido bastante suerte” en su carrera por “coincidir con una serie tan longeva como la que protagoniza en Telecinco, algo que no es habitual”.

Es inevitable que la gente le identifique con Amador, su personaje en 'La que se avecina', y en muchas ocasiones ha comentado que se parecen “en el físico” y se diferencian en “todo lo demás”. Entonces, ¿cómo es Pablo Chiapella?

[Ríe] Esa pregunta es difícil, ¿eh? Con respecto a Amador también comparto la impulsividad, pienso las cosas dos veces -él ni una-, pero soy muy impulsivo. Además, tengo un toque enérgico como tiene él, no a ese nivel, pero me muevo mucho y no puedo parar de hacer cosas. Soy un tío al que le encanta su profesión, estar con su familia, con sus amigos... muy normal. También me gusta la música, el cine y la buena vida [ríe]. Sobre todo disfruto de mi profesión y ahora mismo de la paternidad que está siendo toda una aventura. Así que me considero un hombre bastante de mi familia, bastante de mis amigos y muy 'normalito', quitando que tengo una profesión bastante particular. 

¿Cómo es el día a día en el rodaje de 'La que se avecina'? ¿Se hace duro?

Se hace duro porque hay mucho que estudiar y es una serie muy exigente en cuanto a la energía que hablábamos antes. Es un personaje muy llevado al extremo y cuando estás interpretándolo te agotas, te quedas sin energía porque se la lleva él toda. Además, es duro porque rodamos todos los días y cuando terminamos hay que estudiar para el día siguiente, con lo cual llegas a casa y sigues conectado con la serie, sigues enganchado al personaje. 

Nosotros tenemos un horario bastante bueno, porque solemos salir sobre las cuatro y media o cinco de la tarde, pero también es cierto que a las seis de la mañana estamos en marcha para empezar a grabar a las ocho. Los fines de semana hay mucho trabajo también rulando con el teatro, en este caso por España. Antes estábamos en el Teatro Marquina en Madrid y ahora donde nos toque. 

¿Qué diferencia hay entre el rodaje en televisión y el ensayo de teatro?

En el ensayo tienes más libertad de equivocarte, pero yo personalmente me doy la libertad de equivocarme en ambos porque me suelo tirar a la piscina sin pensar mucho; si sale bien, bien, y si no se repite. Claro, la tensión que genera el hecho de que sea un producto que va a permanecer a lo largo del tiempo no la tienes en un ensayo que es más dilatado y estás aún descubriendo que es lo que vas a hacer definitivamente. Son dos posiciones distintas, cuando ya tienes que resolver y cuando estas buscando lo que vas a hacer en el directo.

¿Cómo lleva que su personaje haya tenido tan buena acogida entre el público, hasta el punto de que sus expresiones y su tema musical se hayan hecho tan populares?

Eso siempre se lleva bien porque es para lo que lo haces, para que la gente lo disfrute y lo haga suyo. En este caso es lo que ha ocurrido, la gente ha cogido a Amador y lo ha hecho suyo. Les parece que es alguien más de la familia y todo eso me enorgullece porque es una consecuencia del trabajo bien hecho. Sobre todo porque el personaje no tiene aristas por donde verme a mí, ven a Amador y solo ven a Amador. Eso es un éxito. Luego te puede gustar más o menos como es.

¿Ha habido alguien que le haya dicho que es fan de Amador y le haya sorprendido? 

Muchas veces porque esta serie tiene un target muy amplio, en muchas franjas de edad. Le gustas al niño y al abuelo, y entre medias al tío, al primo y al hermano. Por eso, muchas veces ves a gente mayor que crees que no va a encajar mucho con el tipo de comedia que hacemos en 'La que se avecina' y que les encanta tu personaje. Luego, entras a un hospital y le gusta a los médicos, pasas por una obra y le gusta a los obreros... es muy general y eso me sorprende mucho; que no diferencia de clases sociales, ni de géneros, ni de edad. 

El personaje ha experimentado una evolución a lo largo de los años. ¿Le queda todavía por hacerlo?

Yo creo que sí. Amador es un personaje que creció evolucionando, o involucionando, según lo mires. Al principio era banquero, sabía contar y leer y ahora prácticamente no sabe, ha perdido muchas capacidades a lo largo de las temporadas. A lo mejor al final termina siendo una alimaña a la que hay que subtitular cuando hable. Aún hay margen. 

Llama la atención que en las últimas temporadas hay capítulos en los que se abordan temas muy relacionados con la actualidad en España, como la corrupción, las centrales nucleares y aquel de la independencia de los rellanos, por citar algunos. ¿Se pretende transmitir algún mensaje?

Yo creo que se intenta hacer comedia de lo que está ocurriendo y de lo que nos está atormentando a todos un poco. Es una forma de convertir algo que genera mucho dolor en un momento de distensión y de poder ver la parte cómica, que viene muy bien. Consigues ver la parte divertida de las cosas para no sufrir tanto. Pienso que ese es el único objetivo, no pretende dar ningún mensaje de ninguna ideología. Simplemente hacer reír con algo que de primeras no es divertido. 

En una ocasión en la que le preguntaron a qué se hubiese dedicado si no fuera actor dijo: “Estudié Educación Física, imagino que estaría eligiendo chándal y pito, o en alguna manifestación quejándome de la injusta bajada de los sueldos a la docencia”. ¿También muestra una postura crítica con el tratamiento del Gobierno a la cultura?

Eso está claro, se paga un IVA desorbitado y muchas cosas no se pueden llevar a cabo por lo caro que es levantarlas, cuando luego hay otros sectores mucho más beneficiados que creo que aportan mucho menos al individuo. No soy quién para decir qué sería normal, pero desde luego sí sé que el 21% es una salvajada. 

¿Se ha encontrado dificultades en su carrera?

Yo la verdad que he tenido bastante suerte. Empecé cuando era alumno de segundo año de intérprete a trabajar como profesional con una propuesta de una de mis profesoras. Debuté ahí, en la obra 'Yvonne, princesa de Borgoña', inmediatamente después en Réplika, la academia donde estudié, protagonicé 'Alguien voló sobre el nido del cuco', ahí enganché con 'Chanante'... una cosa llevó a la otra y realmente solo he estado el primer año sin trabajar. Desde entonces no he parado. También es verdad que he tenido la suerte de coincidir con una serie tan longeva como es 'La que se avecina', algo que no es habitual. No tengo queja a día de hoy. 

¿Qué significa Ernesto Sevilla para usted?

Sobre todo significa amistad, es amigo mío desde hace treinta años y es un inseparable, hasta el punto de que somos más hermanos que los hermanos que hacemos en 'La que se avecina', mucho más. Significa también el pistoletazo de salida y el empujón inicial para que yo comenzara esta aventura. Por eso, significa muchas cosas Ernesto Sevilla en mi vida. Sobre todo mucha risa [ríe], me parto de risa con él porque es una de las personas más divertidas que conozco.

Hablemos de la obra de teatro que trae a Torrelavega, 'La puerta de al lado'. ¿En qué consiste y cómo es su personaje?

Son dos personajes cercanos a los 40 años que, a pesar de tener una vida laboral y social bastante completa, no han encontrado el amor verdadero. Mi personaje, 'él', porque no tiene un nombre definido, no tiene problema para tener aventuras pasajeras, pero la exigencia del trabajo y de la ciudad los ha sumergido a ambos en una soledad, en una soledad acompañada. Entonces, deciden a la vez, sin ser conscientes de ello, buscar el amor en las redes sociales, en una página de contactos, y finalmente terminan encontrándose en el rellano de la casa.

En un primer momento parece que no se pueden aportar nada el uno al otro porque son completamente distintos, pero al final en esa pelea dialéctica, sobre todo, termina surgiendo la chispa y el amor real. Transmite el mensaje de que a veces buscas lo que crees que es más beneficioso para ti -que es lo que se supone que haces en una red social- y luego resulta que lo completamente opuesto es lo que te despierta el amor y probablemente el aprendizaje.

¿Qué papel le gustaría interpretar que no haya hecho?

Muchísimos. Estar en una serie que tiene tan largo recorrido es bueno porque tienes trabajo, pero te priva de hacer muchos personajes. Me gustaría hacer muchos y no sabría decirte cual, de repente te digo uno y me llega un guión con otro que no había ni pensado y pienso que es mejor.

El que venga lo voy a estudiar, porque lo que sí tengo ganas es de cambiar. Ya lo hice con este personaje de 'él', en 'La puerta de al lado' pero como es un ciclo que empieza a terminarse tengo que pensar en el próximo. Además, no me defino por un personaje en concreto, sino por un guión o una historia, por eso no sabría decirte. Me gustaría hacer de un marinero, eso sí que lo sé. Me atrae el mundo marino, su estética y las tramas marineras. 

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