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Las jóvenes promesas musicales se reúnen en la 'Escuela de Rock'

El campamento del Escenario Santander cubre todas las vacantes cada semana. | PABLO GUERRERO

Sara Aja

El campus 'Escuela de Rock' es más que un refugio para los amantes de la música. Durante cinco días, los niños conviven juntos en una experiencia en la que descubren nuevos grupos, nuevos sonidos y canciones, las comparten con amigos con gustos similares, investigan en sus capacidades para defenderse con un instrumento, pierden la vergüenza ante un público que también ha aprendido a reconocer el valor en el esfuerzo de los demás.

El campamento más rockero del norte aporta esa dosis de motivación a los pequeños que siempre han soñado con ser grandes estrellas de la música. 'Escuela de Rock' muestra a los niños una panorámica de la profesión de los músicos, desde el diseño del logo y la vestimenta, hasta terminar grabando una canción en un estudio real y defenderla en directo ante un público.

Es viernes en Escenario Santander y se nota.  Comienzan los últimos ensayos para el concierto que los campistas de 'Escuela de Rock' han estado preparando durante la semana para sus familias. Unos 70 niños se amontonan en el recinto: gritos, carreras, bailes improvisados, la impaciencia se apodera de los menores. Impaciencia, porque no reconocerán ante nadie que están nerviosos.

El espectáculo comienza con un trío de niñas que tocan 'I don’t know my name'. Es la canción con la que Grace VanderWaal, neoyorquina de 12 años, consiguió impresionar a los jueces de 'America’s Got Talent' en su audición. Uno de los coordinadores del campus cree que los talent shows han propiciado el éxito del campamento porque “a los niños les ilusiona poder verse sobre el escenario”, admite Javier Palacios.

Tras el aplauso para el primer tema, completan la totalidad del espacio del escenario unas 15 niñas. Conocen su ubicación sobre las tablas y su papel en la canción que van a interpretar, 'Zombie', todo un clásico de The Cranberries. Mateo Iglesias, uno de los monitores que trabaja con los campistas durante la semana, comenta que la niña que va a defender el compás con el bajo tiene 11 años y cogió por primera vez ese instrumento ese mismo martes.

Los menores, la mayoría niñas, escogen las canciones que van a preparar de una lista que ofrecen los monitores. Iglesias advierte de que la selección del repertorio ha de promover valores que no perjudiquen el desarrollo de los menores, que el rock va más allá del 'sexo y drogas', además de tratar de romper estigmas de género, afirma que “el rock no es solo para chicos”. Tras el inconfundible estribillo de la banda irlandesa, el conjunto de niñas se atreve también con 'Have you ever seen the rain?' de los Creedance Clearwater Revival.

Hasta aquí llega el espectáculo de los campistas, un grupo veterano y curtido en los directos toma ahora las riendas del rock, los niños aún tienen sorpresas para sus familias. Angelica, de 11 años, baja del escenario algo cabizbaja y confiesa que estaba “muy agobiada por poder sujetar el folio con la letra de la canción para que pudieran leerlo sus compañeras”, dice.

Angelica adora a Iron Maiden y le apasiona la música rock desde pequeña, cuando coreaba con su padre todas las canciones que sonaban en la radio. Vino el año pasado y repitió, al igual que Irene, que ya es 'veterana' (tiene 16 años) y recomienda a aquellos amantes de las guitarras eléctricas ir a probar a 'Escuela de Rock'. Ambas están aprendiendo a tocar la guitarra, cantan y podrían recitar una lista infinita de grupos y temas rockeros.

Es el perfil que encaja en este campamento, aquellas jóvenes promesas que sienten curiosidad por conocer más del mundo de la música rock, desde grabar una canción, estar en el escenario, vestirse, maquillarse, diseñar el cartel y el logo de una banda. “La primera intención de 'Escuela de Rock' es hacer cantera a través del día a día de Escenario Santander, lo que ocurre día a día, conciertos, producir y grabar un disco”, explica Palacios, quien añade que más de 20 personas trabajan cada semana para lograr el objetivo y que cree que entre sus campistas hay talentos que despuntarán en el futuro si continúan tan entregados.

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