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Guipúzcoa adjudica la construcción de una incineradora para poner fin al problema de las basuras

Imagen del vertedero de Meruelo gestionado por MARE. | JAVO DÍAZ VILLÁN

Rubén Vivar

El Consorcio de Basuras de Guipukoa (GHK) ha adjudicado por 768 millones de euros la construcción de una incineradora en la localidad de Zubieta que servirá como solución definitiva al grave problema que tiene la provincia vasca con la gestión de sus residuos. La ganadora del concurso resuelto este miércoles ha sido la UTE formada por Urbaser y por varias empresas locales, que además de construir la incineradora, también se harán cargo de gestionarla y explotarla durante los próximos 32 años, por lo que cobrarán un canon anual de 24 millones de euros.

No obstante, el plazo para levantar el llamado Complejo Medioambiental de Guipuzkoa es de 30 meses, con lo que la nueva infraestructura no entrará en funcionamiento, previsiblemente, hasta el verano de 2019, lo que obliga al Consorcio vasco a seguir dependiendo de acuerdos externos como el que tiene firmado con Cantabria.

El acolmatamiento del último vertedero guipuzcoano, ubicado en Lapatx (Azpeitia), y la negativa de la Mancomunidad de Urola Erdia a demorar la fecha prevista para su cierre, dejó a principios de este año a la Diputación sin un lugar donde verter las 165.000 toneladas de fracción resto que se producen anualmente en el territorio.

Ante el rechazo de sus vecinas Vizcaya y Álava a recoger estos residuos, el Gobierno foral buscó ayuda en Cantabria, que a través de la firma de un convenio permite acoger en la planta de Meruelo un máximo de 156.000 toneladas.

Se trata de una solución transitoria, ya que el acuerdo tiene fecha de caducidad -el 31 de diciembre de 2017- y las autoridades cántabras han manifestado su deseo de no renovar el pacto debido a la presión social y de los grupos de la oposición, contrarios -excepto Ciudadanos- a recibir la basura vecina.

Además, el acuerdo alcanzado entre ambas administraciones es económicamente costoso para la provincia vasca, que no está satisfecha con el precio negociado, tal y como ha reconodido el presidente de GHK, José Ignacio Asensio (PSOE). El Consorcio paga a Cantabria 85 euros por tonelada -7,2 millones de euros en lo que va de año- y tiene que asumir entre 20 y 25 euros adicionales por tonelada debido al coste del transporte.

Para intenar aminorar este desembolso e ir despejando el camino hasta la fecha marcada en rojo -verano de 2019-, GHK ha firmado en las últimas semanas nuevos convenios que son más ventajosos que el rubricado con la comunidad cántabra.

Así, el Consorcio podrá llevar durante los próximos tres años un total de 102.000 toneladas a un vertedero industrial de titularidad privada ubicado en Mutiloa, un municipio ubicado dentro de la propia provincia guipuzcoana. Este vertedero es propiedad de Ferrovial, que a cambio recibirá 18 millones de euros, y que a su vez permitirá a GHK ahorrarse 3,5 millones de euros anuales si tuviera que llevarlo a Cantabria.

El otro acuerdo, suscrito hace poco más de un mes, también es por un periodo de tres años y tiene como destino la localidad de Tudela. En este caso, el Consorcio ha firmado un preacuerdo con la Mancomunidad de la Ribera de Navarra para exportar un máximo de 75.000 toneladas anuales al vertedero de 'El Culebrete', sin que hayan trascendido las cantidades pactadas.

Pese a ello, fuentes del Consorcio de Residuo de Guipúzcoa han confirmado a eldiario.es que no tienen intención de reducir la cantidad residuos previstos en Meruelo, que asciende a 80.000 toneladas durante el año 2017.

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