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Íñigo de la Serna ficha como asesor externo de un comité del Banco Interamericano de Desarrollo

Íñigo de la Serna

Rubén Alonso

Íñigo de la Serna ha pasado en apenas seis meses de ser la cara visible y el centro mediático del PP cántabro al más absoluto ostracismo político. Y durante este tiempo, en el que ha vuelto al sector privado, se ha integrado de manera profesional hasta en tres empresas. La última, tras las ya conocidas de caza talentos y smart cities, es el Banco Interamericano de Desarrollo, como asesor externo de uno de sus comités.

El exalcalde de Santander, que impulsó la candidatura de María José Sáenz de Buruaga en el polémico Congreso regional que abrió en canal el partido en marzo de 2017, ha permanecido en la sombra en la etapa de mayor crisis interna vivida en las últimas semanas.

Y es que el exministro de Fomento, que dejó la primera línea política tras la moción de censura a Rajoy del pasado verano para integrarse en el sector privado, no se ha presentado en los actos de Pablo Casado ni ha respaldado públicamente a la actual presidenta de los populares cántabros, que aupó en su día, y que ha sido humillada por Génova con el nombramiento de Ruth Beitia como candidata.

Ni siquiera en los momentos más críticos, cuando Buruaga viajó con su equipo más cercano a Madrid a tratar de frenar la designación de una cabeza de lista afín al sector crítico con la dirección regional o cuando se especulaba con una cascada de dimisiones en la Ejecutiva, De la Serna ha aparecido para posicionarse públicamente junto a la que en su día apoyó para descabalgar a su adversario político, el expresidente Ignacio Diego. No lo ha hecho, a pesar de que hace un año, cuando todavía era ministro, 'lanzó' su candidatura asegurando que era “la persona idónea” para liderar la candidatura del PP.

Además, el exdirigente popular tampoco acudió a la Convención Nacional celebrada este fin de semana, ni a la presentación oficial de las candidaturas de Ruth Beitia y Gema Igual, su mano derecha y sucesora al frente del Consistorio de Santander cuando asumió la cartera de Fomento que le otorgó Rajoy. Y, de momento, tampoco se ha pronunciado sobre la renuncia de la exatleta que ha provocado un giro en los acontecimientos con el nombramiento, esta vez sí, a la segunda, de la presidenta del PP como candidata en las autonómicas de mayo.

El silencio en la sombra es total, hasta el punto de que mantiene inactivas sus redes sociales, cuya última publicación se remonta a julio de 2018, cuando se despidió de la política. Y es que el exministro ha sabido encontrar acomodo en el sector privado para poder permitirse estar lejos de los focos y de la vida pública.

Tras casi dos décadas dedicadas a la política, De la Serna fichó por Seeliger & Conde (S&C), la misma multinacional dedicada a la caza de talentos que acogió a Esperanza Aguirre cuando abandonó la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2013. Además, recibió el pasado mes de octubre la autorización para fichar por la tecnológica NEC, donde trabaja en la implantación de las smart cities, y que fue adjudicataria durante su mandato en Santander. Y, finalmente, ha sido nombrado asesor externo de un comité del Banco Interamericano de Desarrollo.

Esta tercera empresa privada en la que ha aterrizado el exministro es una organización financiera internacional, creada en el año 1959, con sede en Washington (EEUU). “Su propósito es el de financiar proyectos viables de desarrollo económico, social e institucional y también promover la integración comercial regional en América Latina y el Caribe”, según recoge.

Los otros ministros de Rajoy

La moción de censura que echó a Rajoy del Gobierno dejó sin cartera a sus ministros. La mayoría (diez de un total de 13) tenían escaño en el Congreso, donde permanecen todos salvo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la extitular de Defensa, María Dolores de Cospedal. También dejó su acta de diputado el propio Rajoy, que regresó a una plaza de registrador de la propiedad que había mantenido 28 años en “servicios especiales”.

Otros como Rafael Catalá (Justicia) y Román Escolano (Economía) compatibilizan su escaño con la actividad privada. El primero obtuvo luz verde de la Oficina de Conflictos de Intereses para incorporarse a los patronatos de las fundaciones del Atlético de Madrid y de la compañía de abogados Legálitas. También recibió autorización para darse de alta en el Colegio de Abogados de Madrid y para ejercer como senior advisor en el despacho Herbert Smith Freehills.

Escolano, por su parte, que solo estuvo tres meses en el cargo tras sustituir a Luis de Guindos cuando éste se marchó a ocupar la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), recibió en agosto el permiso para incorporarse al Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), un centro académico que es propiedad de la Asociación Española de la Banca (AEB), la patronal de las entidades financieras. Poco después, en octubre, fichó como asesor externo de la consultora Ernst & Young.

Sin embargo, el caso de la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, está muy ligado al del De la Serna, puesto que este le apoyó abiertamente en el Congreso Nacional del que salió vencedor Pablo Casado, situación que, por la falta de integración, motivó la salida de la política de ambos veteranos del PP.

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